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Cuando volvió a la mansión vio como un camión entraba por el portón y eso lo tomó por sorpresa, nadie iba a la mansión... Nunca.

Entro a la casa antes de que las personas que venían en el camión bajaran.

— ¡Yuuri! —gritó el rubio. —¡Yuuri!

El omega mayor salió de la cocina y le sonrió a Yuri, camino hasta él y lo abrazo.

— ¡Gatito! —Yuuri estaba actuando extraño y era culpa de las hormonas, estaba mucho más maternal que antes y eso incomodaba un poco al rubio. —Viktor a comprado cosas para nuestro bebé pero en secreto pedí dos de todo, ya sabes, para tu cachorro.

Eso llego al "frío" corazón del rubio haciendo que sus ojos se aguadaran soltando pequeñas lágrimas saladas, Yuuri era como su madre, incluso más maternal que su propia madre y se preocupaba demasiado por él.

—Gracias —susurró Yuri correspondiendo el abrazo del mayor.

— ¿Quieres ver las cosas? —preguntó Yuuri con voz suave y el rubio asintió.

16 habitaciones en toda la mansión y sólo ocupaban dos, la principal donde dormía el matrimonio y una en la segunda planta que era la que ocupaba Yuri, las cosas del bebé del omega mayor fueron colocadas en la habitación siguiente de la principal mientras que el duplicado eran llevadas a una habitación a lado de la del rubio.

— ¿Qué dirá Viktor cuando se entere de que gastaste el doble? —preguntó el rubio mientras subían a ver la habitación de su cachorro.

—No se dará cuenta, compra muchas cosas sin siquiera ver su precio —dijo Yuuri restándole importancia y era verdad el alfa compraba de todo, derrochando dinero como si lo cagara y eso también era verdad.

Una vez en la nueva habitación Yuri no supo que decir o hacer, había una cuna blanca en una de las esquinas, un pequeño armario en la esquina contraria, un baúl en la piecera de la cuna y un oso de felpa blanco gigante a lado de la ventana.

—Dios —fue lo que salió de la boca del menor y luego la cubrió con sus manos.

—Dentro del baúl están por meter pañales, y te dejare unos libros en tu habitación para que aprendas un poco más sobre el embarazo.

—Fui a hacerme un ultrasonido —dijo el rubio caminando para ver de cerca la cuna. —Otabek se quedo con la fotografía.

— ¿Qué? —Yuuri no estaba entendiendo lo que decía el rubio.

—Fui a decirle, él aun no lo cree pero se quedo con la primer foto del bebé —Yuri estaba mucho pero mucho más sensible que el omega mayor. —Se que no te conté nada de eso, me refiero a las salidas para verlo, pero es que no podía, no podía soportar ver como eres más feliz que yo.

—Yuri... ¿tu embarazo va bien? —el omega mayor se preocupó, no sabía sí el menor estaba yendo a los chequeos adecuados o sí las cosas marchaban bien con su cuerpo, aun era joven para tener a su primer cachorro.

—La doctora dijo que si, con eso me basta. Seguiré los consejos del libro y dejaré de ver tan seguido a Otabek.

No iría todos los días, solo el primer día de cada semana para que el alfa viera el progreso del embarazo, como aumentaba su vientre y para ver como lo tomaba Otabek.

—Otabek quizá algún día lo acepte, yo ya lo hice —dijo Yuri con una sonrisa melancólica. —Nuestro hijo no desaparecerá de un día a otro.

—Maduraste en dos meses, fue demasiado rápido, quizá debas tomarte un tiempo —sollozó Yuuri y abrazo al menor.

Dos omegas embarazados en una casa no era la mejor opción para Viktor pero él aun no sabía eso así que debía esperar mínimo dos semanas más para saberlo.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora