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Yuri cada vez tenia mayores responsabilidades en la empresa, a veces asistía a las juntas de Otabek o hacia lo que al alfa no le gustaba como calcular impuestos, atender a otros omegas y Mila le llevaba té mientras que a Otabek café.

Yuri se sentía cada vez más preparado para dirigir la empresa de su difunto abuelo y eso le hacia feliz aun cuando cada dos horas sin falta tuviera que ir a orinar o comer algo dulce pero fuera de eso todo iba de lo más normal.

—Me gusta esto —dijo Yuri, recargando sus codos en el escritorio de Otabek. —¿No te gusta?

—Disfruto de tu compañía, es bueno tener a alguien cuando solías estar sólo —dijo Otabek sellando papeles.

—Sigues sin verme —resoplo el rubio.

—Lo lamento —el alfa dejo su sello y miro a Yuri. —Me gusta que estén aquí —dijo refiriéndose a Bolita.

Habían pasado dos meses desde que Yuri trabajaba con Otabek y no tenían problemas muy seguido pero al omega le molestaba que el alfa se preocupaba más por los papeles y juntas que por él.

—Hoy, como todas las semanas vendrán los socios potentes de la empresa y me gustaría que entraras conmigo —dijo el alfa recargando su cara en la palma de su mano mientras veía fijamente al rubio.

— ¡Me encantaría! —chillo el omega y abrazo a Otabek sorprendiéndolo pero aún así correspondió el acto. —¡Vamos!

—Primero, deberás ir a baño y cambiarte.- el alfa señalo el cuarto de baño.

— ¿Cambiarme? ¿Cómo? ¿Con qué?

—Haces muchas preguntas, solo ve y cambiante con la ropa que esta ahí.

Yuri se levantó del escritorio y camino hasta el baño moviéndose como un pingüino ya que su aún más abultado vientre le impedía caminar normalmente. Una vez en el baño Yuri descubrió una bolsa que contenía un traje que sustituiría sus ropas de maternidad, salió del baño vistiendo el traje negro que Otabek había comprado y este asintió afirmando que se veía bien.

—Entremos a la siguiente sala.

Yuri entro a la sala de conferencias y se sentó a lado de Otabek en espera de los socios y cuando estos llegaron estrecharon la mano del alfa y después la del omega como si fueran iguales, no tuvieron prejuicios ante el rubio y eso lo hacia feliz pero cuando el último socio entró paso ignorando a Otabek y cuando llego frente a Yuri lo miro de abajo a arriba y río.

— ¿Qué hace un omega en cinta en la conferencia? ¿Ahora tienes empleados de tan bajo nivel? ¿Y en cinta? —rió el hombre y el rubio tomo la manga del sacó de Otabek y luego se oculto detrás de él mientras rugía hacia la amenaza, era normal que los omegas en cinta se cubrieran detrás de su alfa como protección.

—Él es Yuri, no es mi empleado y además de eso porta a mi primogénito en su vientre —dijo Otabek y los demás socios lo felicitaron por la noticia, al fin tendría a una persona que heredaría la empresa y eso era fantástico.

— ¿Primogénito? ¿Él? —el padre de Sara aún no creía que fuera posible. —Pero el omega parece estallar por el embarazo.

—Tiene cinco meses...—contesto el alfa dueño de la empresa.

— ¿Cinco? ¿Por esta... cosa dejaste a mi pequeña? Es una abominación, pecado. Simplemente no lo puedo aceptar —grito el hombre. —No permitiré que mi hija haya sido despojada de todo por un omega que solo te esta utilizando para conseguir dinero. No dejare que despojes a mi hija —señalo a Yuri y salio de la sala dejando a todos con la boca abierta y al rubio con un mal presentimiento sobre el futuro.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora