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Yuri estaba en casa más que preocupado, Viktor había ido a amenazar a Otabek y en el peor de los casos lo había asesinado.

—Yuri calmate, el bebé debe de estar mal —dijo Yuuri tomando el hombro del rubio. —Debes calmarte.

—No puedo calmarme, el estúpido de Viktor ha salido para cazar a Otabek —sollozó el rubio. —No podría soportar que lo dañara.

—No le hice nada —dijo Viktor recostándose en el sofá de la sala.

Yuri corrió al encuentro de ese Alfa no podía creer qué Viktor estuviera tan pronto en casa y mucho menos que dijera que nada le había hecho nada a Otabek.

— ¿No le hiciste nada? ¿Estas seguro? —preguntó el rubio frente al alfa.

—Yo solo digo la verdad... es un idiota. ¿Porqué él de todas las personas?

—No lo sé, simplemente paso —el rubio se rascó el cuello y miró a Yuuri. —Solo paso, no es que lo tuviera planeado.

—Me dijiste que tomó los supresores. Me metiste —el alfa hizo un puchero y lágrimas se acumularon en sus ojos. —Con Otabek —suspiró.

—No llores, amor —el omega mayor corrió para abrazar a su alfa. —Yo también creí que los tomó.

Yuri necesitaba encontrar una forma para saber qué Otabek estaba bien así que tomo su celular y le llamó a Mila.

Esperó a que contestará y cuando estaba por perder la esperanza Mila contestó.

— ¡Hola! —saludó Yuri. —Soy yo... Yuri —dijo por sí no reconocía su voz.

Hola, Yuri... ¿No te dije que no era necesario llamar y sólo vinieras?

Si, pero no llamo para una cita —se tomó un momento antes de volver a hablar. —Quiero saber sí Otabek esta bien.

Eso deberías preguntárselo mismo, apunta que ya te doy su número privado Mila dictó un número que Yuri aprendió y luego llamó en espera de una respuesta.

Tardo un momento en contestar pero cuando lo hizo el corazón de Yuri se detuvo al escuchar la grave voz del alfa al preguntar quien era, suspiro de alivio y agradeció mentalmente a Viktor por que no lo matara.

— ¿Quién habla? —volvió a preguntar Otabek, se escuchaba tranquilo y con vida principalmente.

—Yuri, soy Yuri, Otabek —dijo el omega apresuradamente.

Te he dicho que no me llames por mi nombre se escuchó irritado y Yuri podía jurar que había rodado los ojos al decir esa frase. —¿Porqué tienes mi número?

—Mila me lo dio, solo quería saber como estabas supe que Viktor fue a buscarte.

—Si... —silencio —El viejo me busco pero llegamos a un acuerdo así que no deberías preocuparte.

Otabek estaba actuando de forma amable y eso preocupo al menor, el alfa no era así, nunca fue amable con él es más lo jodía, jodía la mente del omega con sus extraños actos. Un día le ignoraba y al otro le sonreía era demasiado para un solo ser más si se encontraba en cinta.

—Lo entiendo. Hasta luego —Yuri colgó y subió a la habitación del bebé.

Otabek se empezaba a rendir ante él y no se lo creía, le parecía una misión imposible y en parte lo era. Agradeció que el alfa empezara a aceptar al omega y su cachorro.

Yuri se mordió el labio para evitar gritar de la emoción que lo invadía, quería gritarle al mundo entero que su cachorro estaba cada vez más cerca de tener a un padre.

Dos meses con dos semanas... diez semanas de 36, solo debía aguantar 36 semanas más para que Otabek se quedara a su lado y viera por primera vez a su hijo.

— ¡Te amo, bebé! —dijo Yuri y sonrió, era la sonrisa de alguien que espera a su hijo con esperanza.

Yuri volvió a la semana para ver a Otabek, su vientre era como el doble del de el omega mayor (El vientre de Yuuri era como si solo estuviera inflamado pero el de Yuri era como si se hubiera comido todo un pastel y su estomago aun no lo digería co...

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Yuri volvió a la semana para ver a Otabek, su vientre era como el doble del de el omega mayor (El vientre de Yuuri era como si solo estuviera inflamado pero el de Yuri era como si se hubiera comido todo un pastel y su estomago aun no lo digería combinado con inflamación) y eso todos en la mansión lo habían notado. Viktor y Yuuri le pidieron más de una vez que volviera al médico para checarse pero Yuri siempre decía que estaba bien y que no sentía nada fuera de lo normal.

Yuri entró como si nada a la oficina de Otabek y lo saludo.

—Buenos días, Beka —saludó el rubio agitando la mano.

— ¿Beka? —el alfa dejó unos papeles en su escritorio y miro al menor. — ¿Porqué Beka? ¿Porqué entraste como si fuera tu casa? —dio un vistazo detras del chico para ver como lentamente se cerraban las puertas.

—Tú nombre es demasiado largo y se me ocurrió Beka mientras tomaba una ducha — explicó el rubio mientras se recargaba en el escritorio.

—Largo. Es lunes y tengo asuntos importantes —Otabek hizo un gesto con la mano en señal de que se fuera. —Vete.

Pero antes de que Yuri pudiera salir con la cabeza agachada y la cola entre las patas los socios de Otabek comenzaron a llegar impidiendo la salida del omega.

— ¡Mierda! —murmuró Otabek y se levantó de su cómodo asiento de piel. —Señores —saludó.

Todos respondieron el saludo con la cabeza y se dirigieron a la sala de juntas pero el último, miró a Yuri de mala manera como la última vez.

Quizá no había visto al omega demasiadas veces pero eran las veces suficientes para tenerle rencor y tenerlo en su lista negra. Yuri se estaba robando la atención de Otabek y eso irritaba a ese hombre, no podía permitir que alguien de tan baja clase que solo se había embarazado, en su opinión, para amarrar al hombre más rico de la ciudad se quedara con la fortuna.

Al pasar a lado del omega lo empujó "levemente." haciendo que este diera tres pasos hacia atrás.

—Vete de una vez Yuri, vuelve mañana —pidió Otabek y antes de atravesar la puerta de la sala de juntas Yuri hablo.

—No vendré mañana.

El alfa se sorprendió ante tal atrevimiento de desafío, ningún omega lo había retado de esa forma, de hecho nadie más que Viktor lo había hecho.

— ¿Cómo dices? —el alfa camino hasta el omega frunciendo el ceño. —Repitelo. Repite que no vendrás.

—N-no v-ve-vendre mañana —dijo el omega tartamudeando y temblando. No era nada a lado del alfa y aun así intentaba igualarlo.

Y de un momento a otro, sin previo aviso la palma de la mano de Otabek golpeo la mejilla izquierda de Yuri volteando su rostro. El omega no vio venir tal acto, el alfa lo había echado y criticado pero nunca golpeado. Yuri tomó su mejilla ardiente y miró indignado al alfa.

—No vuelvas a desobedecerme —fue lo que dijo Otabek antes de dejar solo a Yuri entre dolor y lágrimas.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora