Cuando el Omega Yuri Plisetsky durante su celo llama la atención de un Alfa cuyo apareamiento fue inevitable el Omega se entera de que esta en cinta pero el Alfa desapareció después de ese día así que el pequeño Yuri se dedica a buscar a ese superio...
Otabek se la paso lo que quedaba del día en la mansión Nikiforov donde los casados, Mila y la pareja disfuncional pasaron un rato mirando las fotos del pequeño Yuri.
— ¿Cómo es posible que tengan fotos mías cuando solo era un cachorro? —preguntó Yuri cuando Viktor pasaba las hojas del álbum de fotos.
—Son secretos de un padre —contestó Viktor. —Cuando tengas a tu cachorro te lo explicaré.
— ¡Explícame ahora, anciano! grito Yuri.
—No te alteres, te he dicho que te explicaré pero ahora no así que cállate admira el arte de la fotografía.
Siguieron viendo las fotos del pequeño Yuri hasta que llegaron a las fotos de los casados; su tiempo juntos, la boda y la luna de miel y al final venían fotos de la familia y en la mayoría Yuri estaba distraído... Y había un apartado que estaba mayor mente en blanco que decía "Hijo-Nieto." tenía una fotografía de ultrasonido y bajo esta estaba escrito en letra cursiva "Primerfotodemorita." y lo demás estaba en blanco.
—Tenemos este apartado para cuando nazcan los bebés —sonrió Yuuri. —No tenemos foto de tu ultrasonido sonido.
Yuri frunció el ceño y miro a Otabek quien estaba mirando fijamente la fotografía. El alfa aun tenía la fotografía del ultrasonido y gracias al ver ese álbum familiar supo que debía hacer uno para la pequeña Bolita.
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Los días pasaron y Yuri tuvo que ir a la oficina para aprender a dirigir una empresa así que un lunes fue a ALV ya que se la paso en casa para recuperar fuerzas.
Una vez en la oficina de Otabek se sentó en el pequeño escritorio que habían colocado a lado del de el alfa. Existía una gran diferencia entre los papeles que atendía Otabek a los que tenia Yuri, el alfa se ahogaba en trabajo y el omega apenas recibía una hoja.
— ¿Por qué nuestro trabajo no es igual? —preguntó el rubio.
—Porque esta es mi empresa, la mayoría de los casos van dirigidos a mi, te estoy dando los que son en general para la empresa —dijo Otabek una vez más sosteniendo papeles.
— ¿Me estas dando la cuenta de los gastos? —pregunto Yuri leyendo los papeles que acababa de llegar a su escritorio.
—Son cosas generales, debes aprender sobre la administración... Ver cuanto gastas y si lo que ganas es suficiente para pagar los gastos.
—A tu empresa es obvio que le alcanza para pagar los gastos —dijo el omega rodando los ojos.
—Pero tu no sabias eso... ponte a administrar —señalo los papeles que tenia el rubio en la mano sin siquiera verlo.
—Mínimo mirarme cuando me hablas —se quejo Yuri y se cruzo de brazos. —Ademas quiero cerezas —Otabek suspiro y apretó un botón del teléfono fijo que tenia a un lado de más papeles.
—Mila, consigue cerezas para Yuri... y un poco de "trabajo de verdad" —dejo de apretar el botón y miro al omega. — ¿Feliz? —preguntó.
—No del todo, no quiero que me hagas feliz haciendo lo que pido sino lo que no te pido.
—No te entiendo... ¿qué no me has pedido? —el alfa estaba confundido, demasiado confundido y no le ayudaba que Yuri no fuera directo al hablar, eso le molestaba. Adoraba las cosas directas, al grano, cha-cha-charla cierre; las cosas como eran sino ¿para que rayos servia la comunicación? —¿Hay algo que quieras que haga... pero que no me quieras decir?
—No, no hay nada, Otabek.
El alfa estaba a punto de levantarse y gritar cuando abrieron la puerta e impidieron su acto. Era Mila quien había abierto la puerta y detrás de ella estaban los socios del dueño de la empresa. Otabek olvido por completo que era lunes y debía atender los asuntos mas "Importantes." de Altin Lux Vision. Se levanto, pidió disculpas por hacerlos esperar, le pidió disculpas a Yuri y fue a la sala de conferencias en la habitación continua. Mientras la mayoría de los socios entraban el ultimo lo detuvo... el padre de Sara.
—Lo lamento señor Altin pero tengo entendido que usted rechazo a mi hija y la dejo plantada.
—Si así es y lo lamento tanto pero las cosas con ella no funcionarían del todo, lamento que no podamos relacionarnos mas allá de nuestras empresas.
—Señor... usted se va a arrepentir de no haber aceptado a mi pequeña Sara como esposa —el hombre entro a la sala de conferencias dejando atrás a Otabek quien estaba perplejo ante tal afirmación y amenaza.
