Cuando el Omega Yuri Plisetsky durante su celo llama la atención de un Alfa cuyo apareamiento fue inevitable el Omega se entera de que esta en cinta pero el Alfa desapareció después de ese día así que el pequeño Yuri se dedica a buscar a ese superio...
Yuri estaba feliz ya que en tres meses daría a luz a su pequeño cachorro de género indefinido y posiblemente estaría con su alfa.
—Yuri —grito el omega mayor desde la cocina. —He preparado Pirozhki.
Yuri ya no tenía que subir escaleras ya que habían construido pequeñas habitaciones en la plata baja para que los omegas no se esforzarán tanto en subir escalones.
—Gracias por la comida —agradeció el gatito y devoró los Pirozhki como si no hubiera comida en siglos aunque solamente había pasado media hora desde que probó bocado.
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Viktor planeo tomar un descanso de su trabajo por dos meses, los últimos dos del embarazo de su omega que increíblemente daría a luz el mismo mes que Yuri "su gatito" Plisetsky.
Había dejado todo listo en su nuevo trabajo como entrenador de patinaje para atender a su esposo, sabía bien que Minami daría lo mejor de él, le había explicado todo a detalle, le había explicado su situación en la mansión y que debía faltar, un mes explicándole día tras día lo mismo.
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Otabek planeo el parto de Yuri, sabia que debía ser por cesaría y que necesitaría de todo el apoyo del mundo ya que su omega, que no era su omega, pero consideraba su omega había adoptado el dramatismo de Viktor. Pidió una habitación en el hospital con dos meses de anticipación ya que no sabia si su parto se adelantaría o se daría en el tiempo, debía estar preparado para todo e incluso tomo un par de clases de paternidad a la que obligó a Mila a acompañarlo ya que sería vergonzoso llegar solo.
Un mes de clases, dos meses con habitación apartada, un bebé en camino... Y la amenaza cada vez más cerca.
La venganza que tomaría el padre de Sara nadie la esperaría, nadie tomó en cuenta su amenaza y alguien lo pagaría con sangre, dolor y lágrimas. El drama se aproximaba tan rápido como los partos. La venganza de la familia Crispino seria aún más grande de lo que estaba por llegar.
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— ¿Has pensado en nombres para tu cachorro? —preguntó el omega mayor.
— ¿Nombres? —Yuri no había pensado en eso aun cuando despertaba con antojos, nauseas y un estómago abultado le seguía pareciendo un sueño que estuviera en cinta, un sueño que pronto acabaría.
—Mi bebé va a ser niña pero Viktor aun no sabe como llamarla.
— ¿Niña? —Yuri tampoco sabia de que sexo era su bebé así que mucho menos había pensado en nombres. —No- no se que va a ser bolita.
— ¿Bolita? —pregunto Yuuri con una sonrisa. —¿Por qué bolita?
—Otabek le llamo así, también se quedo con la fotografía del ultrasonido.
—Ya veo... Bolita por ahora esta bien, cuando nazca pensaras en un nombre y sabrás que es el nombre perfecto cuando veas a tu cachorro en tus brazos.
—Supongo —el rubio levanto los hombros. —Debería preguntarle a Otabek, solamente manda cartas y no me ha dejado ir a verlo. ¿Tienes idea de por qué?
Yuuri no dijo nada, recordaba haberle dicho al alfa que se alejara y al parecer le había escuchado cosa que no esperaba de alguien tan testarudo pero quizá, sólo quizá Otabek se estaba ablandando al esperar a su cachorro Bolita.
