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Viktor volvió a casa temprano para ver como había quedado la habitación de su próximo hijo y eso lo tenía más que emocionado, nunca pensó que formaría una verdadera familia con su omega, cuando lo acogió Yuuri estaba hecho un desastre, desnutrido, mal vestido, mal tratado y con golpes en el cuerpo; llevaba la vida de una mascota pero al encontrarlo lo compro y se lo llevó con él. De eso habían pasado cinco años aproximadamente y no pensó que ese omega se aferraría a él, a su salvador. Lo cuido y alimento, ducho y revisó, vistió y amo, amo tanto que se enamoró de él y el sentimiento fue mutuo. Cuatro años después de acogerlo bajo su imponente figura se casaron con más lujo y riqueza que nadie en na ciudad, Yuri aun no estaba en sus vidas, pero, Viktor no creía que después de todo por lo que paso su omega, estuviera dispuesto a tener a su cachorro.

— ¡Yuuuuuuuriiiiiiiii! —gritó el alfa. — ¡Quiero ver la habitación de nuestro cachorro!

Yuuri dejó la habitación junto con el rubio para ir a recibir al alfa.

— ¡Hola, Viktor! —saludo el omega mayor lanzándose a los brazos de su alfa desde el tercer escalón y este lo atrapo en un abrazo. — ¡Volviste temprano!

—Puedo salir temprano cuando quiera —Viktor beso el rostro de Yuuri y este le correspondió sujetando su cuello para darle un beso largo y profundo. — ¡El embarazo te esta poniendo cachondo!

— ¡No empieces clavo! —gritó Yuri desde las escaleras. — ¡Ve a ver de una maldita vez la habitación de tu hijo!

—Tú te estas poniendo de mal humor —Viktor bajo al omega de sus brazos y avanzo hasta el menor. — ¿Acaso un embarazo afecta a todos los omegas de la casa?

Claro que un embarazo no afecta a todos pero si cada omega esta embarazado claro que afecta y demasiado, las hormonas están hasta el tope y si se sienten amenazados darán pelea no importa quien sea.

—Claro que no —dijo Yuri rodando los ojos. —Mejor voy a mi habitación.

Yuri subió al segundo piso y se dirigió a la habitación que sería de su cachorro, estaba feliz por el hecho de Yuuri se había preocupado por él y su bebé.

Se quedo en la habitación mirando la cuna que tenia cobijitas color crema y hueso, el baúl y los cientos de pañales, el oso gigante que tenia un moño rojo.

Se quedó dormido sin darse cuenta.

El lunes había llegado y con eso Yuri fue una vez más a la oficina de Otabek

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El lunes había llegado y con eso Yuri fue una vez más a la oficina de Otabek. Su vientre se empezaba a abultar y lo ocultaba usando ropas holgadas ya que el alfa de la casa no se podía enterar o la tercera guerra mundial se presentaría en un abrir y cerrar de ojos.

—Buenos días, Mila —saludo el rubio esperando a que las personas que estuvieran en la oficina salieran.

—Buenos días, el señor no ha de tardar... —Mila no logró terminar la frase cuando Otabek salió de la oficina golpeado las dos puertas y haciéndose presente.

—Hola —saludo el alfa cuando recobró la compostura. —Tu olor...

—Claro, le resulta desagradable —Yuri agachó la cabeza. —Quiero mostrarte algo — el rubio se acercó al alfa y este retrocedió.

—Aléjate —dijo Otabek levantando las manos.

—Tienes que verlo —el rubio tomó el borde de su camiseta y la levanto lo suficiente para que su vientre fuera descubierto —Se empieza a abultar.

El alfa no dijo nada pero se acercó para ver mejor y para él no estaba sólo un poco abultado sino bastante, había visto al omega desnudo y lo recordaba delgado, mucho más delgado. Acercó su mano derecha para tocar el vientre de Yuri y cuando su mano hizo contacto con la piel del omega sonrió para luego colocar la otra mano.

—Esta demasiado abultado para tu tiempo. ¿No? —preguntó el alfa levantando la mirada al rostro del omega, la blanca piel y esos grandes ojos mirándolo le hicieron tragar en seco.

—La doctora dijo que se estaba desarrollando bien —el omega bajo su camiseta haciendo que Altin quitara el tacto de su piel, pero aun podía sentir el calor de esta.

—Ya veo —Otabek se enderezó y acomodo el sacó. —Sí es todo retírate, a mis socios no les gustara que estés por aquí. —Fue lo que dijo antes de volver a su oficina.

Tenía razón, tenía un socio que no le agradaba nada el olor de los omegas y mucho menos que se metieran en sus negocios, ese socio haría lo que fuera para que ese omega no volviera a ver a Otabek en su vida y lo que planeaba hacer provocaría graves problemas en la pareja dispareja de Otabek & Yuri.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora