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Yuri no se retiró esta vez y volvió a esperar a que el alfa saliera para que volviera a sentir su vientre ya que noto su sonrisa y eso le había hecho feliz.

Una hora después empezaron a salir los socios de Otabek  sin siquiera voltear a ver al omega pero cuando el último socio salió de la oficina y estrecho la mano del alfa dueño de la empresa este miro al omega sobre su hombro, lo miraba como insecto, como basura, como si fuera la cosa más insignificante del mundo además de que lo veía como impedimento a la cima.

— ¿Porqué sigues aquí? —preguntó Otabek al mirar al omega sentado a lado de su secretaria personal. — ¡Contesta! —elevó la voz pero evito gritarle.

—Quería verte sonreír de nuevo, sonreíste al tocar mi vientre —dijo Yuri levantándose y caminando frente al alfa.

—Ya.  ¿Quieres entrar a la oficina o no? —preguntó Otabek señalando las puertas de su oficina.

—Si, si quiero —el omega estaba tan emocionado que se abalanzó sobre el alfa y este lo detuvo colocando una mano en su hombro.

—De acuerdo, pasa.

Ambos entraron a la oficina, Otabek miro por el ventanal y Yuri se sentó en una de las sillas que estaban frente al escritorio.

—La sonrisa fue un espasmo corporal, solo fue eso —dijo Otabek después de minutos de silencio.

—Tengo lista una habitación para el bebé —dijo Yuri cambiando el tema a la par que jugaba con sus dedos y provocando que el superior lo mirara. —Esta a lado de mi habitación así que podré cuidar bien de él, no debes preocuparte por eso.

— ¿Ya tienes una habitación? ¿Como lo pagaste? ¿Vendiendo amor? ¿Robando autos? ¿Nadando con vagabundos? — Otabek se sentó en su silla y la ladeo un poco para evitar ver directamente al rubio. — ¿Quién lo pago?

—Viktor, pero él no lo sabe —el alfa se levantó al escuchar eso y fue hasta el omega.

— ¿Cómo que ese viejo pago? —Otabek ya estaba sobre el omega y como este estaba sentado la figura del alfa se veían aún más imponente que antes. Ambas manos en los reposa brazos, la mirada conectada a la de Yuri, el pequeño dejo de miedo en los ojos del rubio  —Él debe de ver por su omega y no por el de los demás —gruño, era el gruñido de un alfa a la defensiva.

—Yo... Yuuri fue quien pidió las cosas y pago con el dinero de Viktor —el omega miró al piso de la oficina, temblando y con los ojos llorosos. Se sentía como un niño regañado aunque ya no lo era del todo.

—Ahora resulta que hasta dejas que alguien como tu te cuide —el alfa rodó los ojos y retrocedió. —Vete, vuelve mañana —señalo la puerta mientras que tomaba el puente de su nariz entre sus dedos pulgar e índice.

Yuri se levantó, miró por ultima vez al alfa y antes de salir de la oficina suspiro. Debió irse la primera vez, tal vez no debió mencionar a Viktor, ninguno de los dos se soporta.

El resto de la semana la paso en la habitación de su bebé donde con ayuda de Yuuri llevaron un sofá y leía uno de los libros sobre maternidad que le había dejado el mayor, su vientre era más grande que el del omega mayor pero eso le parecía normal...

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El resto de la semana la paso en la habitación de su bebé donde con ayuda de Yuuri llevaron un sofá y leía uno de los libros sobre maternidad que le había dejado el mayor, su vientre era más grande que el del omega mayor pero eso le parecía normal comía más que el otro así que debía estar más lleno.

Uno de sus libros mencionaba que él también podía amamantar al menos por una semana y eso le pareció extraño, no era normal que un hombre pudiera amamantar aunque de hecho tampoco lo era que estuviera embarazado, su parto debía ser por cesárea y le molestaba la idea que al tener una cicatriz y que Otabek se sintiera menos, muuucho menos atraído por él. Aprendió la teoría del cambio de pañales y las duchas además de que debía formar un lazo con su alfa mediante una mordida pero él aun no tenia del todo a SU alfa.

—Tú padre se quedo con tu foto —le dijo a su vientre mientras lo acariciaba. —Significa que le importas.

Dos meses y una semana de embarazo parecían poco tiempo pero fue el tiempo que le tomo a Otabek digerir que Yuri, el omega que sólo tomo una vez estuviera en cinta, se quedo con la foto del primer ultrasonido y la llevaba consigo en el bolsillo de su saco desde que se la arrebato al omega, debía estar demente al tan solo considerar tener eso consigo o aceptar que Yuri fuera a su oficina durante algunos momentos del día y aunque no le gustaba el olor del omega al inició, se estaba acostumbrando rápidamente a él así como a su presencia cerca.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora