Cuando el Omega Yuri Plisetsky durante su celo llama la atención de un Alfa cuyo apareamiento fue inevitable el Omega se entera de que esta en cinta pero el Alfa desapareció después de ese día así que el pequeño Yuri se dedica a buscar a ese superio...
"Bolita." levantaba a Yuri durante las madrugadas para orinar o vomitar, comer o llorar, llorar y vomitar, o orinar y comer, el omega se estaba cansando de esa ridícula rutina. Estaba cansado de no poder dormir a gusto ni descansar siquiera un poco además de que Yuuri parecía en mejores condiciones ya que casi no se levantaba en las madrugadas y su estómago era menos grande.
No comprendía la razón por la que le pasaban cosas distintas a las que le pasaban a Yuuri, si ambos estaban en la misma situación y en la misma casa. ¿Porque era distinto? Era bastante extraño ver que el alfa mayor se la pasara mejor que él, incluso tenia a su alfa, ese estúpido calvo, peliplateado... Mientras que él no tenia a su alfa a lado y peor aún lo había alejado por mantener la poca dignidad que le quedaba. Extrañaba el olor de Otabek, era un mezcla de vainilla, madera y naranja, ese olor le agradaba, le tranquilizaba, le hacían sentir seguro aun cuando estaba meno seguro a su lado, no verlo le ponía triste y tal vez esa tristeza era resentida por el cachorro y su forma de protestar era despertarlo y eso lo tenia de mal humor, de un muuuuuy mal humor.
— ¿Porque rayos estas de tan mal humor? —le pregunto Viktor una mañana al ver como el gatito se peleaba con el refrigerador por no tener fresas dentro. —Lastimarás al bebe, deberías calmarte.
—Hay dos bebes que están siendo lastimados en este momento —contesto el omega buscando en los estantes superiores alguna galleta o alguna cosa que devorar.
— ¿Dos? ¿A que rayos te refieres con dos? ¿Hay dos bebes dentro de ti? —el alfa estaba sorprendidamente asustado, no podía soportar la idea de que su pequeño estuviera en cinta de dos cachorros del inútil de Otabek. —Dime que no esperas dos bebes.
—Claro que no, me refería a mi y al cachorro. Aun soy un adolescente aunque este en cinta —el rubio había encontrado una caja de galletas con chispas de chocolate.
— ¡GRACIAS! no soportaría saber que tendrás dos hijos, con uno tuyo y uno de mi omega tengo mas que suficiente para vivir,los tengo ustedes y pronto a ellos.
—Exageras —dijo Yuri mientras se atragantaba con las galletas, comenzaba a amar esas galletas, le parecían una maravilla, que eran lo mejor que había comido en la vida pero eso le había pasado con las uvas y la sandía, odiaba tener antojos tan variados y llorar si no lo encontraba pero esta vez su búsqueda de las fresas fue interrumpida cuando encontró las galletas. el omega subió a su habitación, llevaba tres meses de embarazo, se suponía que pronto dejaría de vomitar y dormiría bien.
Se la pasaba la mayor parte del día en su habitación ya que en esta se encontraba el olor del alfa que lo había preñado, la chaqueta mantenía el olor de Otabek y eso lo hacia sentir cerca del alfa, su celular comenzó a sonar y corrió para recibir la llamada... MILA.
— ¿Hola? —respondió con voz dudosa, Mila nunca le llamo y le parecía extraño que lo hiciera en ese momento.
—Yuri, el señor Altin quiere verte —contestó Mila del otro lado... ¿Otabek quería verlo? debía ser una equivocación, una muy mala equivocación.
— ¿Q-q-qué? —preguntó Yuri. —¿Qué estas diciendo?
—Pues eso, mi jefe quiere verte... ahora.
Yuri colgó la llamada y se quedo en blanco por un momento, no podía creer que Otabek realmente quisiera verlo, le parecía algo que Otabek no diría así que no lo tomaría muy en cuenta pero Mila nunca le llamaría sino fuera algo importante así que bajo las escaleras y salio de la mansión sin que los casados se dieran cuenta y fue a a oficina del alfa, debía saber para que lo quería ver.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una vez en la oficina entro sin siquiera saludar a Mila y se topo de frente a un Otabek con un aspecto mucho mejor del que tenía la ultima vez que lo vio, le gustaba ver al alfa, sus entrañas se movieron y no era por el cachorro.
— ¿Porque me quería ver? —preguntó Yuri cuando el alfa al fin levanto la vista.
