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No podía olvidar a Otabek y ni siquiera lo intentaba, ni un poco. Su estomago iba en aumento pero no le molestaba tener que cargar mas peso y esperaba con ansias el poder sentir las pataditas de su bebe, le pedía dinero a Viktor para comprar un par de cositas para el bebe. Una sudadera amarilla y naranja con un león en el centro junto con una cola, sabia que su pequeñin amaría a los felinos grandes como el lo hacia.

Compro unos calcetines que apenas cubrían dos de sus dedos, una cobija azul... esperaba que su cachorro fuera macho y que fuera alfa de ese modo no debería preocuparse de que terminara en su situación, no quería que su hijo pasara por lo que estaba pasando, vivir un embarazo solo no era lo mejor de la vida y mucho menos cuando aun no cumplía la mayoría de edad, era desesperante y la impotencia le estaba consumiendo desde adentro.

Pero había omegas mas jóvenes que el estaban en cinta, cada omega era distinto así que quizá no era tan malo que estuviera embarazado, tendría mas tiempo para ver crecer a su cachorro e incluso verlo triunfar y convertirse en alguien como su padre.

Pero había omegas mas jóvenes que el estaban en cinta, cada omega era distinto así que quizá no era tan malo que estuviera embarazado, tendría mas tiempo para ver crecer a su cachorro e incluso verlo triunfar y convertirse en alguien como su padre

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Las semanas pasaban y otro mes había pasado. Una mañana Yuri despertó pero no fue culpa de las nauseas o el hambre que solía tener sino algo completamente diferente, un golpe, un pequeño golpe en el vientre, bien podía ser un gas pero sabia que no era así... su cachorro le había pateado, un patada fue lo que sintió, la primer actividad del bebe dentro de su vientre. Poso su mano derecha sobre la zona donde sintió la patada en espera de una mas y ahí estaba otro golpe sobre la palma de su mano, se incorporó de manera lenta pero feliz de la cama y fue al espejo de cuerpo completo que tenia cerca del armario, seguía siendo el mismo omega solo que ahora tenia el estomago enorme y entonces pudo ver en el espejo como se movía su piel gracias a su cachorro, se mordió e labio para dejar de sonreír pero era inevitable.

Bajo las escaleras lo mas rápido que pudo, el peso no ayudaba a su hábil cuerpo, debía realizar maniobras para bajar y muchas mas para vestir, una vez abajo busco al Yuuri para contarle la noticia de la patada, le encontró en la cocina, siempre estaba en la cocina preparando cosas saludables para la familia, Viktor volvió al trabajo ya que debía mantener a dos próximos cachorros y ese era un gasto demasiado grande incluso para uno de los alfas mas ricos de la ciudad.

—Yuuri, Yuuri —llamó el omega rubio y el pelinegro levanto el rostro que estaba cada vez mas hinchado, bien el embarazo hinchó el vientre de Yuri pues el del omega mayor hincho su cara.

—Buenos días, pequeño —saludó Yuuri mientras sonreía. —He preparado panqueques.

—Si, si, gracias por el desayuno pero siente —el rubio camino hasta llegar a lado del omega mayor, tomo su mano y la poso sobre su abultado estómago y de nuevo una patada se logro sentir. — ¿Puedes sentirlo? —Yuri sonaba orgulloso y pudo ver como la sonrisa del mayor se hizo cada vez mas grande.

—Es hermoso, el mio un no logra hacer eso... solo tengo cuatro meses de embarazo, no se si deba moverse.

Cuatro meses, tenia el mismo tiempo que Yuri, ambos omegas llevaban un embrazó de cuatro meses lo que significaba que su parto seria durante el mismo mes. Viktor y sus dramas no soportaría tanto estrés, se quedaría aun mas calvo de lo que estaba y se arrugaría mas rápido... la mansión Nikiforov se volvería una locura dentro de poco.

—Yuuri... llevamos el mismo tiempo. dijo el rubio.

— ¿Qué? ¿En serio? —el mayor abrazo a Yuri. —Me hace tan feliz.

—Pues no se si haga feliz al dramático de tu marido.

—Claro que le hará feliz —se separó. —Un cachorro es una alegría en la casa.

—Si tu lo dices...

Se escucho un toque en la puerta y ambos omegas fueron a ver quien era... el cartero con un paquete para Yuri Pisetsky, recibieron el paquete y fueron a la sala a abrirlo. Un pequeña caja con envoltorio negro, se sentaron a abrirlo... lo primero que apareció al abrirse la caja era una rosa blanca, la movieron y debajo de esta se encontraba una chaqueta de piel negra, pequeña, muy pequeña, Yuuri la tomo y de su boca salio un largo "AWWWWW." después estaba una cobija de color gris y una de las esquinas tenia grabada las iniciales "B.A.P."

— ¿Qué rayos es esto? —pregunto Yuri y al final,  en el fondo de la caja una carta...

Yuri:

Se que he sido una pésima persona pero por favor acepta este presente para
nuestro cachorro, se que se vera genial con esa pequeña chaqueta y la cobija
tiene las iniciales del pequeño Bolita Altin Plisetsky, la rosa es para ti, espero me
perdones algún día.

Otabek Altin.

Otabek mando un paquete para Bolita y Yuri no tuvo mas que aceptar, al menos de alguna manera es estaba haciendo responsable del pequeño, cuando creciera podría decirle que estuvieron juntos pero debían separarse pero que un así su padre le mandaba regalos para que tuviera una cómoda vida junto con los abuelos... abuelo... su abuelo, debía contarle todo lo que pasaba a Nikolai Plisetsky.

Amor en nueve meses. (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora