Yuri despertó horas después. Nadie se ocupó del omega que estaba acostado en el sofá y Otabek no salio ni una sola vez para ver si se encontraba bien ya que según él, el omega se había marchado.
— ¿Estas mejor, Yuri? —preguntó Mila. —He traído galletas y un poco de leche tibia.
—Gracias —Yuri se incorporo y tomo una galleta.
Un poco después salió Otabek de su oficina y miro al omega.
— ¿Sigues aquí? Creí te habías ido hace un rato —el alfa rasco su cabeza.
—Yuri no se sentía bien —dijo Mila. —Se ha quedado dormido en el sofá.
— ¿Eso es cierto? —Otabek se agacho para quedar a la altura de Yuri. —Contesta.
—Estoy bien. Fue un simple dolor.
— ¿Te ha dolido desde nuestra pequeña charla?
— ¡¿Pequeña charla?! Me has obligado a aceptar cosas que no quiero —le gritó mirándolo de mala gana
—Bueno pero tampoco es para que te alteres.
Yuri no le pudo contestar al alfa ya que se volvió a recostar, estaba agotado, el dolor había disminuido pero la sensación permanecía.
—Yuri, no seas dramático —pidió el alfa pero al ver que el omega no respondió se empezó a preocupar. — ¿Yuri? ¿Yuri,éstas bien? Yuri contesta.
Seguía sin obtener respuesta así que tomo al omega en brazos y bajo al estacionamiento siendo seguido por Mila.
—Cancela todo lo que tenga que hacer hoy —gritó Otabek sobre su hombro para que su secretaria le escuchara. —Ven conmigo al hospital.
Otabek recostó a Yuri en los asientos traseros, Mila el lugar del copiloto y el alfa conducía lo más rápido que podía hacia el hospital, tenia que hacer algo por su pequeño omega ya lo había hecho sufrir y volvía a caer en lo mismo una y otra vez. ¿Acaso no paraban sus malos tratos? ¿No podía mejorar como persona?
—Yuri, resiste —pidió mirando el cuerpo del omega por el espejo retrovisor.
—No... —se escucho un susurro proveniente de Yuri. —No al hospital.
— ¿Por qué no? —grito Mila. —Debemos saber que tienes.
— ¡Estoy bien! Llevenme a casa.
—Pero...
— ¡A casa!
Otabek no estaba dispuesto a discutir a un más así que giro el auto para ir a la mansión Nikiforov.
Una vez en la entrada de la mansión Otabek ayudo a bajar a Yuri de su automóvil y caminaron hasta la puerta pero no fue necesaria tocarla ya que estaba abierta y en el marco de esta estaban Viktor y su omega, Yuuri esperando con los brazos cruzados sobre su pecho.— ¡YURI! —gritó Viktor al ver el cuerpo de su pequeño niño en los brazos del supuesto gorila de Otabek. — ¡MI YURI! ¡¿Qué le hiciste?! —arrebató el cuerpo de Yuri del otro alfa y lo llevo a un sofá de la sala de estar.
—No le he hecho nada —se defendió Otabek. —He incluso le he dado mi apoyo como profesor para que aprenda a dirigir la empresa de su abuelo. ¿No le parece suficiente?
—Para mi Yuri nada es suficiente, no se pone mal por cualquier cosa.
—Iré por un poco de agua —informó Yuuri y fue a la cocina.
—Si algo le llega a pasar al cachorro de Yuri jamas, JAMAS te perdonare —gruñó Viktor tomando el cuello de la camisa de Otabek. — ¿Lo entiendes?
—Tampoco me lo perdonaría, también es mi cachorro... lo quieras o no —Otabek estaba retando al Viktor en su propia casa. — ¿Lo entiendes o no?
—Dejen de discutir —pidió Yuri abriendo los ojos y los alfas lo miraron con sorpresa, estaba consiente y se incorporaba de manera rápida. —Les saldrán arrugas mas rápido. ¿Lo entienden o no? —Otabek rió y lo abrazo. Cuando sus cuerpos hicieron contacto el abdomen del alfa quedo a la altura del vientre del omega y fue cuando sintió un pequeño golpe.
— ¿Qué fue eso? —pregunto Otabek alejándose y mirando el vientre de Yuri.
—El cachorro acaba de patearnos... —rió el rubio nervioso, no sabia como reaccionaria el alfa.
— ¡Es enserio! ¿Ya patea? —el alfa coloco sus manos en el vientre en espera de otra patada y la obtuvo, sonrió ante tal acción de Bolita. —Bolita sera un cachorro fuerte.
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Amor en nueve meses. (Omegaverse)
FanfictionCuando el Omega Yuri Plisetsky durante su celo llama la atención de un Alfa cuyo apareamiento fue inevitable el Omega se entera de que esta en cinta pero el Alfa desapareció después de ese día así que el pequeño Yuri se dedica a buscar a ese superio...