𝕮𝖑𝖔𝖘𝖊𝖗 [Yewook]

Capítulo 19.

[Ryeowook]

Contuve mis lagrimas una vez más. Cada vez que se repetían esas palabras en mi cabeza mi pecho dolía.

No quise escucharlo. De que servía, si ya había dicho todo.

Salí lo más rápido de la suite y tomé rumbo a mi antigua casa.

Para ser sinceros aun dolía. Pero para que mentirnos, es la verdad, soy una prostituta, uno muy idiota.

Me hice ilusiones yo solo, caí en fantasías sin sentido, en mundo de color de rosa.

Caí en todas sus palabras bonitas, pero todas eran hacia mi físico. Caí en todas sus bonitas acciones, pero todas eran actuadas. Caí en su hermosa mirada, pero esa es todos no mía, nunca lo seria, nunca seria mío.

Soy de lo más patético.

Después de darle tantas vueltas, me di cuenta de que me gusta o tal vez...

Tanto teatro de fantasías logro enamorarme, todas esas mentiras lo habían logrado.

Me había enamorado

En tan poco tiempo, me enamoro. Pero como un tonto caí, caí en algo que jamás era verdadero.

Sin embargo, no tengo la necesidad de enfocarme en el amor ahora, existe alguien que me necesita. Porque si, alguien necesita de esta persona patética.

—¡Hyung!—me sonrío como el solo sabe hacerlo. Como pudo, ando en su silla de ruedas y se movió para estar lo más cerca posible.

Ambos nos abrazamos como siempre y sin contenerme mordí mi labio y solté unas lágrimas, necesitaba tanto un abrazo de mi hermoso ángel, tal vez Jongwoon no me necesita más allá del sexo y de la mentira, pero hay alguien que si.

Limpié mis lágrimas y le sonreí.

Zhoumi, trajo una silla para que los tres desayunáramos juntos. Ese chico era el mejor partido para Henry.

—¿Cómo te ha ido en el trabajo, Hyung?—me pregunto.

—Lo normal pequeño, no me quejo—me levante de hombros tratando de no darle importancia. Como odio mentirle.

—No deberías trabajar mucho, hyung—me dijo tranquilamente y solo asentí para dejar de lado el "trabajo". Podía escuchar el sonido del Sarten ya que el chino aún estaba cocinando.

—Bueno, pero ahora tu—vi cómo se sonrojo—¿Cómo te ha ido con Zhoumi?—pregunte

—Bi..bi..bien—tartamudeo y yo solo me reí.

—Calma, calma—hizo un puchero—quiero la verdad- el solo me hizo un ademan con su mano, de que me acercara.

—El otro día—susurro, vi cómo se sonrojaba de nuevo a la vez que mordía su labio— me...me...beso—soltó.

Sabia que tarde o temprano lo iba hacer.

Como el buen hermano mayo que soy, tomé su mano y le sonreí.

—Nunca lo dejes ir, Henry—me miro confundido- sé que Zhoumi te quiere demasiado—el solo asintió y el chino regreso con platos en la mano.

Me di cuenta que mi pequeño ya estaba creciendo, realmente estoy feliz de que alguien como Zhoumi este a su lado.

Por lo menos ambos tendrían un hermoso futuro juntos.

Una vez que terminamos, tomamos rumbo al hospital por la visita semanal de Henry.