Capítulo 28.

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[Leeteuk]

A cada paso que daba sentía que me moría. 

Puedo jurar que mis piernas temblaban como si tuvieran vida propia, mis manos y yo sudábamos cual cerdo en un horno, que horror con migo. 

La verdad es que la noche a sido fantástica.

Desde que Kangin y yo llegamos no hemos parado de andar. Al parecer mi mapachito (Si, así de cursi lo nombre, cosa que el le encanto) es una persona demasiado sociable, puedo asegurar que ha platicado con mas de medio salón.

Pero para mi, ha sido demasiada presión, no estoy acostumbrado a este tipo de eventos de etiqueta. Sin embargo el ha estado a mi lado en todo momento, presentándome ante sus socios y colegas como su prometido, Dios eso suena tan hermoso. 

Kangin ha sido el hombre mas dulce que he conocido, siempre tan atento, lindo, romántico, bromista, caballeroso, siendo a todo momento un gran hijo, hermano y pronto....un gran padre. 

Sinceramente me llena de emoción el saber que tengo una cosita hermosa creciendo poco a poco  dentro de mi pero sin duda lo mejor de todo, que es este bebe es una parte de Kangin y mía, eso es lo mas bello de todo. 

Pero también no puedo para de sentirme nervioso por la reacción que tendrá.  A veces pienso que se sentirá feliz y encantado y otras es que no lo acepte y me saque de su vida, esto es tan complicado. 

Puede que no tenga millones, ni herencia o que incluso no sea de alguna clase pura de la alta, pero creo y estoy muy seguro que estoy completamente enamorado de el, lo quiero tanto, lo amo demasiado. El me ha enseñado cosas que ninguna otra persona pudo, no se en que momento sucedió pero cada vez que me besaba, cada vez que acariciaba mi cuerpo desnudo, cada vez que me susurraba palabras de dulzura hacia mi,  hacia que mi corazón latiera una y mil veces mas por el, mi amor y cariño creció de manera veloz, a tal grado que puedo decir a los cuatro vientos lo mucho que lo amo. 

—Cariño ¿te encuentras bien?—Después de tanta caminata decidí serrarme y comer un poco pero las nauseas a un no se me pasan, creo que estoy pálido. Respirando una y otra vez tratando de tranquilizarme asentí pero el no parecía convencido—Señores los dejo un momento, mi prometido no se encuentra bien—sin esperar a que contestaran me tomo por la cintura y me saco de ahí.  

A pesar de que ambos estábamos en silencio, no era incomodo. Me gustaba estar así con el, relajados, tranquilos, tomados de la mano, era todo perfecto.

—¿te sientes mejor?—me volvió a preguntar. Me había llevado a un hermoso balcón con una hermosa vista de la ciudad.

—Ya te he dicho que si, no tienes que preocuparte

—Cuando se trata de ti todo me preocupa—me acaricio son gentileza—Pediré el día de mañana para llevarte al medico, no me gusta que a cada momento estés pálido y con nauseas.

—Kangin, no es nada. Me encuentro perfectamente—dije y lo mire suplicante—Es solo que estaba nervioso, pienso que no encajo en esto

—No tienes porque si estoy contigo—abrazo mi cintura.

—Lo entiendo pero no puedo evitarlo algunas veces

—Patito...—¡Oh dios, voy a morir en sus brazos!—Estaré a ti en todo momento, a si que no tengas miedo cariño, porque yo siempre estaré a tu lado—Pude ver un brillo singular en sus ojos.

La luz de la luna iluminaba el hermoso cielo, la briza nos envolvía con calidez y la noche se nos abrazaba para nunca soltarnos.

Creo que es el momento de que sepa la verdad.

  𝕮𝖑𝖔𝖘𝖊𝖗 [Yewook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora