Capítulo 3: Debo irme ya.

205 13 0
                                    


Mónica había decidido quedarse sentada en un banco de un parque por lo que quedaba de madrugada, hasta que amaneció y volvió a su casa para buscar sus cosas, deseando no encontrarse con Rafael que le había dejado más de 50 llamadas en el móvil.

Al llegar Rafael no está, “Gracias a Dios” dijo mientras tomaba mucho aire para luego expulsarlo en busca de algo de relajación, se puso manos a la obra y saco la maleta del closet y empezó a meter sus cosas en ella, cuando de pronto escucha que abren la puerta principal, “Mierda” pensó.

-Mónica, mi amor, ¿estás?- pregunta Rafael mientras va entrando a la habitación donde se encuentra Mónica.

-Déjame en paz Rafael, por favor- le pide Mónica llevándose una mano a la frente.

-Pero mi amor déjame explicarte lo que viste, te juro que no es lo que parecía- le dijo Rafael tratando de acercarse pero fue en vano ya que Mónica dio un paso atrás.

-¿Ah sí? ¿Y según tu qué es lo que parecía aquello?- Mónica empezó a sentir mucha rabia por lo cínico que estaba siendo Rafael.

-Pues yo…- no pudo terminar decir nada cuando Mónica le interrumpe cabreada.

-¡Pero tu nada imbécil! ¿De verdad crees que me voy a tragar un cuento estúpido cuando yo misma te vi con mis propio ojos follando con otro hombre?- dijo Mónica enfadada y con mucho resentimiento, pero a la vez dolor, porque ella amaba a Rafael.

-Mi amor pero déjame explicarte que fue lo que paso…- Nervioso por el enfado de Mónica.

-No Rafael, no quiero que me expliques nada, no quiero que sigas en mi vida, no quiero que me llames, ni me busques, ni nada, ¿Me entiendes? – a pesar de la rabia Mónica derramo algunas lagrimas mientras cogía su maleta, su cartera y su móvil para salir de aquella casa que en algún momento parecía un hogar.

-¡Mónica mi amor, por favor, no te vayas, no me dejes yo te amo!- le va gritando Rafael mientras van saliendo a la calle.

-¿Qué me amas? No seas gilipollas, mejor ve a decirle “Te amo” al idiota que te follabas ayer!- de el enfado Mónica lo grito en plena calle haciendo que mucho de los que pasaban se quedaran viendo aquel alboroto.

Rafael se quedo en shock, no pensó que Mónica lo fuese a decir así, en medio de todo el mundo. Mónica sin más tomo un taxi y se fue al aeropuerto dejando a Rafael parado solo en la calle.

-Mientras en Casa de Óscar-

Óscar llega a su casa y al entrar encuentra una nota en el recibidor, que decía:

·”Mi amor, lamento lo sucedido, no fue nuestra intención herirte, de verdad, solo que en el corazón no se manda, y ambos estamos enamorados, perdónanos por no contarte la verdad desde un principio, deseamos que puedas encontrar a una persona que si te ame de verdad, porque eres maravilloso. Me imagino que querrás divorciarte y lo entenderé.

Con amor Isabella. ·”

Óscar no pudo evitar derramar algunas lágrimas discretas ante tanto cinismo y traición por parte de aquellas dos personas que decían quererlo mucho. Duro unos minutos sentado en el recibidor de su casa pensando a donde se marcharía, se percato de la hora y se levanto.

-Debo irme ya- pensó mientras arrugaba aquella nota y secaba sus lágrimas.

Decidió partir a un pueblo en Roma donde había crecido, allá había dejado la casa de su padre que por el momento no habitaba nadie y que tantas veces le habían ofrecido comprarle, por suerte nunca hizo caso a tales ofertas y prefirió quedarse con esa casa que tantos bonitos momentos le traía a la mente.

Sin más preámbulos recogió sus cosas y se fue en su auto al aeropuerto…

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora