Capítulo 18: Necesito explicaciones.

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-Narra Mónica-

Ya hace dos días de que Óscar me saco de su casa sin darme explicaciones, estoy tan aturdida por todo lo que ha pasado en tan poco tiempo, tal vez hubiese sido mejor quedarme en España. No, aunque lo niegue me encanto conocer a Óscar, de hecho, creo que estoy más enamorada que nunca pero soy una evidente estúpida, pues me enamore sola.

Mi hermano había quedado en llegar antes de ayer, pero me llamo para notificarme que se le habían presentado unas cosas que tenía que resolver antes de venir aquí, entonces con suerte espero que hoy si pueda venir, necesito tanto de alguien en este momento, ¿Y qué mejor que Ed? Eduardo es mi hermano favorito, en realidad siento que es mi único hermano porque de Romina no sé nada desde hace mucho tiempo, y de mis padres tampoco se mucho, esos dos son tan particulares.

Cuando les dije que quería ser escritora a los dieciocho ambos pegaron un grito en el cielo, se la pasaban diciendo que eso no da dinero, que no sirvo para eso, que los libros ya casi ni se venden, pero en fin, cosas negativas que me terminaron hartando, y por ende me fui de casa a hacer mi propia vida. Suena mi teléfono, ojala sea Ed… ¿¡Óscar!? Vale Mónica respira, contesta pero habla como si nada, no te debe afectar nada.

-¿Qué quieres?- pregunto de forma seca y directa, me sorprendo de mi habilidad.

-Mónica…- Óscar suena extraño, ¿Acaso estaba llorando?

-¿Qué pasa?- vuelvo a preguntar, solo se escucha su respiración, si, definitivamente esta llorando- ¿Óscar?...- bravo, ahora sueno preocupada, mi trabajo anterior de parecer que no me importa nada se fue al diablo.

-Te amo… de verdad te amo…- me lo suelta tan de pronto que me atraganto un poco.

-¿Qué dices?- me haré la tonta para que me lo repita, admito que me gusto escucharlo.

-Mónica…Te amo, más que a mí mismo, pero…- todo antes del “pero” ya no vale, eso me decía Ed.- necesito hablar contigo, seriamente, necesito explicaciones…- sus sollozos han cesado, pero su voz suave sigue ahí.

-¿De qué hablas?- estoy confundida, cuando será el día que lo entienda absolutamente todo.

-¿Puedo ir a tu casa ahora? Así podríamos hablar…- guardo silencio, no sé si sea buena idea.- Si no quieres lo entenderé.

-Está bien… puedes venir- mierda, será que mi cerebro se podría conectar con mi lengua alguna vez, pienso algo y digo otra cosa.

-Ok, en 10 minutos estoy allá.- finaliza y cuelga la llamada.

Fue una conversación rara, primero me dice que me ama y luego que necesita explicaciones, ¿explicaciones de qué? ¿Acaso hice algo que no me he enterado? Siento que mi cerebro terminara explotando de tantas veces que he intentado encajar el puzzle para saber el porqué de la actitud de Óscar, pero al parecer por fin lo sabré.

Subo a mi habitación para darme una ducha fugaz, luego me coloco unos leggins negros, me pongo una camiseta blanca y un kimono de flores fucsias que me llega hasta un poco más debajo de las rodilla, estaba cómoda y linda, ¿Qué más puedo pedir? Mi cabello lo deje secar al aire natural.

Hice algo de café al estar lista y me siento en el sofá pensando en cómo debo sentirme con Óscar, ¿Molesta, comprensiva, las dos cosas? Vaya… más bien confundida, así es como me siento ahora mismo. Suena el timbre, me acerco a la puerta, es Óscar, al abrirle permanecemos parados uno en frente del otro, el me observa, yo hago lo mismo.

-¿Puedo pasar?...- es tonto que lo pregunte, pero solo asiento cerrando las puerta tras él.

-¿Quieres café?- le pregunto sin mirarlo ya una vez estamos en la sala.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora