Capítulo 41: ¿Será casualidad?

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Antes de preguntarle algo deciden ducharse y colocarse el pijama para después tumbarse en el sofá a ver una película, ya reposados allí Óscar decide preguntarle lo que antes se había plateado.

-Amor, ¿Te encuentras bien?- utiliza una voz suave mientras acaricia su cabello.

-Si mi amor, ¿Por qué lo preguntas?- levanta su mirada a Óscar ya que estaba recostada en su pecho.

-Es que desde que salimos de casa de tu hermano te noto pensativa, ¿Quieres contarme algo?- no quita la mirada de los ojos de Mónica.

-Vale…Bueno si hay algo- se incorpora en el sofá, Óscar la observa con el ceño fruncido- Esta mañana al salir del baño de la cafetería me tropecé con un chico, como de unos 20 años aproximadamente…- Óscar la interrumpe.

-¿Te hizo algo?- se alarma.

-No no, no tiene que ver con eso- le aclara de inmediato- El punto es que ese chico me lo volví a encontrar en la frutería esta tarde, se llama Mijail Vólkov, por su nombre deduje que es ruso- hace una pausa.

-¿Y entonces?- pregunta Óscar atento.

-Es que ese chico me resulta familiar, tiene cierto parecido a mi hermano, si comparáramos una foto de Eduardo más joven y otra de este chico se podría decir que son padre e hijo- Mónica se cruza de brazos y frunce un poco el ceño al pensar aquel disparate.

-Amor, ¿Crees que eso pueda ser cierto?- pregunta Óscar confuso.

-No, mejor no me hagas caso, como me dijo Carol debo dejar la paranoia- Mónica se vuelve a recostar en el pecho de Óscar.

-Bueno, tal vez si le preguntas directamente a Eduardo dejaras de pensar eso dependiendo de lo que te conteste- le propone Óscar.

-Es verdad, mañana hablare con él, gracias por escucharme amor- se besan tiernamente.

Después de un rato terminan de ver la película, Óscar se da cuenta que Mónica se ha quedado dormida y decide llevarla en brazos a la habitación. La deja con delicadeza en la cama y se acurruca a su lado para por fin quedarse dormido.

-Al día siguiente-

Óscar se despierta poco a poco, se voltea para encontrase con Mónica pero se sorprende al no verla, se incorpora de inmediato, la llama y no esta, se acerca al cuarto de baño y tampoco, hasta que decide ir a la cocina donde la encuentra con ropa deportiva, leggins azul oscuro, camiseta olímpica azul más claro y tenis para deporte, llevaba una coleta alta, y sin maquillaje se veía perfecta.

-Buenos días dormilón- le dice Mónica con una amplia sonrisa mientras preparaba el desayuno.

-Buenos días princesa, ¿Y a dónde vas?- pregunta mientras se acerca a ella por detrás mientras depositaba un beso en su hombro.

-Me dieron ganas de ir a trotar un poco, con todo lo que ha pasado me he dejado de hacer ejercicio, necesito retomarlo porque este cuerpo no se mantiene solo- responde señalándose a sí misma.

Óscar la voltea con agilidad y la besa con mucha pasión, luego baja por su cuello apretándola más a él.

-Óscar… ¿Qué haces?...- ese hombre la hace temblar con tan solo besarla.

-He tenido una mejor idea…- lo dice sin dejar de prácticamente devorarle el cuello logrando que Mónica soltara un leve gemido- ¿Qué tal si él ejercicio lo hacemos aquí en casa?- pregunta seductor.

-Mi amor…Esa idea esta increíble pero de verdad quisiera ir a conocer un poco los alrededores- Mónica lo aparta un poco y le besa tiernamente los labios.

-Bueno, vale, está bien, pero más tarde no te salvas de mi- la vuelve a atraer contra él, la besa de manera fugaz mordiéndole un poco el labio inferior y sujetándola con delicadeza por los glúteos.

-Me iré a duchar amor, en unos minutos bajo para desayunar contigo antes de que te vayas- Mónica se queda con la boca abierta recostada de la encimera. Ese hombre la volvía loca.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora