Capítulo 23: Felicidad.

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Anteriormente con Rafael, no había sentido esta sensación tan maravillosa en el pecho, lo quería pero realmente no llegue a amarlo, a fin de cuentas nos casamos por nuestros padres, recuerdo que nos conocimos en la universidad y nos hicimos muy buenos amigos, hasta que él me pidió que fuese su novia, yo en ese momento no sabía muy bien lo que quería aun, pero acepte, porque le quería y porque pensé, o mejor dicho, me confundí con que el seria el amor de mi vida.

El romper con él me dolió, hablo en pasado porque ahora teniendo a Óscar a mi lado he olvidado todo lo malo, a veces me pregunto a mi misma “¿Qué ha hecho este hombre para enamorarme tan de prisa?”. También me pregunto si soy una mala amiga por enamorarme del hombre que le gusta a mi amiga.

Siento que rozan mi espalda desnuda, dibujan círculos en ella, con un suave beso en mi hombro Óscar me susurra un “Buen día mi amor”. Me volteo lentamente adormilada aun, estiro mi cuerpo haciendo crujir mis extremidades, le dedico una sonrisa para luego decir:

-Buenos días amor mío- me abrazo a él, que al igual que yo solo estamos cubiertos por la fina sabana.

-¿Cómo dormiste preciosa?- sigue dibujando círculos en mi espalda con la ñema de sus dedos.

-Muy bien, la verdad tenía tiempo sin dormir tan plena y profundamente- digo acurrucándome más en su pecho.

-Me alegra que descansaras mi amor, yo iré a ducharme para hacerle el desayuno a la princesa más hermosa de este mundo.- se levanta, y desnudo camina hasta el cuarto de baño.

Dios, jamás me cansare de verle desnudo, es tan jodidamente sexy que mis ojos no piensan perdérselo ni un segundo.

-¡Amor mientras te duchas bajare a adelantar en la cocina!- grito desde afuera.

-¡Vale!- responde.

Me coloco la pijama que Óscar había tirado al suelo anoche y bajo a la cocina, al parecer mi hermano aun no ha llegado, es que eso de ser dormilón no se le quita ni con los años, preparare café. Óscar baja a los minutos, ya  yo había hecho unos wuafles con fruta y nata, café y algo de zumo de naranja que no podía faltar.

-Por lo que veo te me súper adelantaste- dice Óscar con una sonrisa a la par que me toma de la cintura para besarme.

-Pues claro señor Tarruella, aquí no es el único que cocina- le respondo el beso- Venga va, a comer.

Ambos nos sentamos en los taburetes de la encimera a desayunar. Mientras estamos comiendo se me vine una idea a la cabeza, que es hacerle preguntas de él y sus gustos, quiero conocerlo más.

-¿Cuál es tu etapa favorita del año?- pregunto sin mirarle.

-Invierno- responde de inmediato mientras toma un sorbo de zumo de naranja.

-¿Cómo se conforma tu familia?- esta vez sí lo veo.

-Pues… mis padres murieron hace unos años, mi padre por cáncer y mi madre por depresión, básicamente se dejo consumir por la pérdida de mi padre, tengo una hermana de sangre, Carol, y dos adoptados, Abreu y Natalia.

-Vaya…- me ha dejado un poco desencajada con lo de sus padres, que triste- ¿Qué tipo de música es tu favorita.- cambio el tema.

-Me encanta el rock…- se queda pensativo y luego me dedica una mirada picara, no entiendo- Y últimamente tus gemidos…- dice al final.

-¡Óscar!- le doy un golpecito en su hombro, siento mis mejillas arder de la vergüenza.

-Disculpadme pero son música para mis oídos- cambia su forma de hablar a un tono sofisticado que me hace reír.

-Eres un verdadero payaso- ambos nos reímos a carcajadas.

Definitivamente con este hombre estoy empezando a conocer la verdadera “Felicidad”, pues si, sonara exagerado o incluso cursi, pero es como de verdad me siento. Lo amo, eso lo tengo más que claro, y luchare por esto llamado Felicidad.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora