Capítulo 36: Te amo.

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La casa que Óscar alquilo es hermosa, Carol y David también decidieron alquilar una, no querían regresar a Barcelona y menos con todo el peligro que nos rodeaba. Todos estamos en la sala de la casa de mi hermano.

-Mónica... ¿Que te dijo Isabella?- pregunta Carol.

-Me dijo que todo lo hacían para manipular a Óscar y así lograr que el le dejara su fortuna a ella.- hago una pausa y recuerdo algo- Santiago me comento algo que es importante que sepan.

-¿Que cosa mi amor?- Óscar pregunta tomándome la mano.

-Menciono algo de que Isabella y Natalia se habían convertido en algo mas que amigas, también me dijo que la que tuvo la idea de todo esto fue Natalia, quedaron en que ella también saldría beneficiada con tu dinero.- parecen sorprenderse.

-Esto es tan desagradable...- Óscar se lleva una mano a la sien, masajeando- No puede ser que alguien que consideraba mi hermana me haga esto.

-También me decepciona todo esto hermano- Carol le da suaves palmadas en la espalda- Pero tenemos que planear algo nosotros para que esos delincuentes paguen lo que hicieron.

-¿Y como podemos hacer? Porque Isabella también podría levantar cargo contra ustedes por dispararle- pregunto.

-Mónica tiene razón -musita Carol.

-Hay algo que podemos hacer- dice David- Se pueden presentar cargos, y sobre el disparo podemos decir que fue en defensa propia, cosa que no es mentira en realidad.

-Si pero si presentamos cargos desde aquí sabrán donde estamos- menciona Eduardo.

-Osea que tendríamos que ir a Roma- comenta David.

-Pero eso no va a pasar, no podemos permitir arriesgarnos de esa manera- Óscar aprieta mi mano, le preocupa que me vuelva a pasar algo.

-Tal vez si creamos una cuartada- dice esta vez Carol.

-¿Por ejemplo? - Óscar se incorpora en el sofá.

-Enviar a alguien, o disfrazarnos- Carol lo dice tan derrepente que pensé que estaba bromeando.

-¿Hablas en serio? - pregunta Eduardo.

-Pues si, no se me ocurre nada más.

-Yo creo que mejor descansamos de toda esta situación por un día para así pensar mejor posibles opciones- propone David.

-¿Que les parece si vamos a un campo de rosas blancas que queda cerca de aquí? Así nos despejamos y pensamos cosas mas agradables- dice Eduardo.

-Eso suena muy bien- musitó.

Nos preparamos para ir al campo, con una pequeña cesta para hacer un picnic. Toda la tarde la pasamos conversando, recordando y contando anécdotas divertidas, mientras el atardecer caía en el cielo de Pereslavl. Luego nos regresamos a casa, cada quien a la suya, mi hermano nos insistió que nos quedáramos con el, que no molestabamos, pero bueno ya habíamos alquilado la casa y me hacia ilusión estar allí, era hermosa.

Me ducho y me coloco el pijama, me meto en la cama, Óscar se quedo en la sala, le deje solo por un rato capaz necesitaba asimilar todo lo ocurrido con su hermana. Me despierto veo el reloj y son la una de la madrugada, Óscar aun esta en la sala, voy con él.

-¿Amor, todo bien? - le pregunto abrazándole por la espalda.

Me guía y me sienta en su regazo para luego besarme tiernamente.

-Mónica, te amo- me lo dice de una manera que me eriza la piel.

-También te amo- no me había dado cuenta que una lágrima rodaba por mi mejilla, el me la quita suavemente con sus dedos y me vuelve a besar.

Un beso tierno, lo necesitaba, necesitaba perderme en sus labios, en sus caricias. El beso se intensifica, lo deseo tanto. Ambos pedimos a gritos ser uno.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora