Capítulo 57: ¿Qué ocultan?

131 11 6
                                    


Había estado llamado a Óscar y no me contestaba con lo cual me preocupe un montón, esta vez llame a Carol.

-Hola nena, ¿Qué tal?- responde rápido.

-Hola Carol, estoy preocupada, Óscar no contesta el teléfono, ¿Sabes algo de él- me angustia que le pueda volver a pasar algo.

-No te mortifiques mujer, mi hermanito esta de maravilla solo que salió con David a…-hace una pausa- Ver si podía rentar otro auto, que el que tiene ahora mismo le está dando problema.-termina de decir, no sé si son cosas mías pero parece nerviosa.

-Vale…-no me convence mucho pero vamos a creerle- Bueno si te comunicas con él dile que me llame por favor.

-Ok, oye Mó… ¿Y cuanto te falta para volver a casa?- me pregunta.

-La verdad es que no mucho, pago la cuenta aquí y me devuelvo a casa, ¿Por?- creo que me esconde algo.

-Es que me gustaría visitarte, ¿No te molesta verdad?- o no me oculta nada y yo solo soy una paranoica.

-Para nada me molesta Carol, puedes ir cuando quieras a visitarnos.- musito.

-Bueno entonces nos vemos en un ratito, hasta luego- finaliza la llamada.

Me había alejado de la mesa para hacer la llamada y cuando me vuelvo a acercar me encuentro a Eduardo y Sara jugando al “piedra, papel o tijeras”.

-¿Pero esto qué es?- pregunto divertida.

-Es que mi tío me ha dicho que si quería ir por un helado debía ganarle en este juego- ambos parecían concentrados- ¡Te gane, te gane, iremos por helado!- exclama emocionada.

-Vaya derrota te han dado Ed- no puedo evitar reírme.

-Es que esta chiquilla es una tramposa- los tres nos miramos y no podemos evitar reírnos.
Como mi hermano cumplía lo que prometía fuimos a por unos helados mientras que caminábamos por toda la enorme plaza que nos rodeaba.

-No entiendo porque mi mamá se alejo de ustedes si son tan majos- comenta Sara.

-Pues, supongo que a diferencia de nosotros tu madre si se pudo organizar para poder tener una familia- comenta Eduardo- Porque nosotros dos siempre hemos sido los más rebeldes mientras que tu mamá sí que tenía los pies bien puestos sobre la tierra.-sigue explicando.

-Jaja eso si es verdad- es que nosotros éramos los mas tocaos de la familia.

-Bueno ya que tu madre no ha llamado aun vamos a acompañar a Mó hasta su casa, ¿Te parece?- Eduardo le propone a Sara a lo que ella responde rápidamente un “Si”.

-No es necesario que me acompañéis, mejor sigan divirtiéndose, vayan al parque- la verdad es que ir a mi casa ahora era lo menos divertido para Sara, o al menos eso creía yo.

-Pero yo quiero conocer tu casa tía, ¿Podemos acompañarte?- pregunta casi que con cara de cachorrito, no me pude resistir a eso.

-Venga va, está bien, vamos- ella sonríe emocionada y los tres partimos a casa.
Al llegar y abrir la puerta noto que no hay nadie, pensé que Óscar habría llegado ya.

-Bienvenida Sara- le digo con una sonrisa.

-Qué bonito todo- parece niña con juguete nuevo viendo todo el sitio.

-Bueno yo ya vengo- voy hasta la habitación.
Lo que no esperaba era encontrarme a Carol colgando quien sabe que en el closet, lo cual me espanto.

-¡Tía que me has pegado un susto tremendo!- exclamo, en realidad me asusto.

-¡Mónica!- exclama sorprendida de verme- ¿Y tú qué haces por aquí?- está nerviosa.

-Pues…Es mi casa, y esta mi habitación, era de esperarse que pronto vendría ¿no?- sigue nerviosa.

-Vale, es cierto… ¿Qué te parece si vamos fuera?- me propone.

-Sí, ¿pero qué es lo que colgabas?- pregunto curiosa.

-Es una sorpresa, pero aun es muy temprano para que lo veas- me lo dice mientras salimos de la habitación, que cosa más rara me esconde.

Cuando bajamos esta Sara sentada en uno e los taburetes de la encimera y Eduardo prepara té.

-Oh, Mó me he tomado la libertad de preparar té, espero no te moleste- me dice Eduardo.

-No te preocupes hombre, está bien- me acerco junto a Carol- Nena ella es Carol, mi cuñada- se la presento a Sara.

-Uy, eso de cuñada me gusta un montón- musita Carol sonriéndome- Mucho gusto cariño- le da dos besos en la mejilla a Sara.

-Mucho gusto, eres muy guapa- comenta Sara.

-Esta niña me cae de maravilla- nos reímos antes esa frase.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora