Capítulo 62: Curiosidad.

182 11 3
                                    

Ya había pasado dos semanas exactamente después de la maravillosa cena que le había preparado Óscar a Mónica. En esas semanas habían pasado varias cosas, la primera es que Óscar había conseguido una oficina para dejar todo lo que tenía que ver con trabajo fuera de casa y así tener más tiempo para pasarla con Mónica.

La segunda es que Mónica público su cuarto libro de relatos los cuales hasta ahora habían tenido muchísimo éxito, también le habían contado a la familia sobre sus planes de casarse, cosa que hizo muy feliz a todos. Por otra parte Carol ya por fin hizo oficial su relación con David, y Eduardo les presento a todos una bella chica llamada Clara con la que estaba saliendo y al parecer todo iba bastante en serio.

Romina decidió quedarse en Pereslavl para poder tener una relación más cercana con sus hermanos y que así su hija Sara pudiese también disfrutar de la presencia de sus tíos en su vida. De Mijail aun no se sabía nada, pero las autoridades seguían buscándolo y Romina tenía esperanzas en que la llamara para notificarle donde se encontraba.

-Casa de Carol y David-

Mónica, Carol, Romina, Sara y Clara que se había hecho muy cercana a la familia, se encontraban todas sentadas en el jardín, justo en una mesita que tenía un enorme paraguas que las protegía del sol.

Mientras todas hablaban Mónica estaba muy atenta observando algo en el portátil, Carol se da cuenta.

-Mujer, ¿qué tanto hacer?- le pregunta haciendo que todas la vean.

-Solo leo algo importante…-responde Mónica antes de cerrar el ordenador.- Carol, quiero que me enseñes a manejar un arma- suelta tan de repente que todas voltean a verla de inmediato.

-¿Qué dices?- pregunta Carol sorprendida.

-Lo que escuchaste, necesito saber defenderme y sé que tu sabes de eso- Mónica se cruza de brazos y la ve con las cejas levantadas.

-Pero… Si mi hermano se entera que te enseño a manejar un arma me mata- fue lo único que dijo antes de notar la mirada fulmínate de Mónica.

-Uff, no la conoces, acabarás enseñándole- dice Romina antes de tomar un sorbo de su zumo.

-Pues sí, acabaré enseñándole.- confirma Carol.

-¿Hablas en serio?- Mónica se sorprende que aceptara tan rápido.

-¿Yo también puedo aprender a usar una?- pregunta Sara entusiasmada.

-Eso ni pensarlo señorita- dice Romina.

-Bueno…- musita Sara bajando sus hombros, para después olvidarlo y seguir hablando con Clara.

-¿Y cuando podemos comenzar?- pregunta Mónica.

-Bueno hoy imposible ya que los chicos están dentro, pero podemos planear una escapada solo de chicas- musita Carol- Haciéndoles creer que vamos de compras o algo así, entonces nos vamos a algún terreno baldío para enseñarte- termina explicando.

-Vale, buena idea, ¿Puede ser mañana mismo?- vuelve a preguntar Mónica.

-Pues sí, perfecto.- asiente Carol.

Todas habían quedado en ser recogidas por Mónica ya que le pediría la camioneta a Óscar, con un poco de suerte el no preguntaría mucho y se la prestaría sin problemas. Ya era de noche, Mónica y Óscar se encontraban en casa.

Mónica estaba terminando de secar su cabello en el baño ya que se acababa de duchar como acostumbraba, cuando Óscar entra.

-¿Te falta mucho para venir a la cama conmigo?- le pregunta haciendo puchero mientras la abraza por detrás.

-No mi amor, acabo aquí y voy- responde mientras se sigue cepillando el cabello.

-¿Y si mejor la pasamos bien aquí en el lavado?- le propone Óscar a punto de deshacer el nudo de su albornoz pero ella lo detiene.

-Cariño tengo un favor que pedirte- se voltea para quedar frente a él.

-¿Si?- Óscar la ve atento.

-¿Me prestas tu camioneta para salir de compras mañana con las chicas?- le pregunta sin dejarlo de ver a los ojos.

-Pero, si ustedes odian ir de compras.- dice Óscar con el ceño fruncido.

Mierda, ¿Ahora qué digo? Pensó Mónica para sí misma.

Pasiones Encontradas I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora