Pasiones Encontradas I

Capítulo 10: Encuentros pasajeros.

-Al día siguiente en casa de Óscar-

Abreu y Natalia no están, Óscar se encuentra solo desayunando en el comedor recordando la noche anterior, recordó la hermosa sonrisa de Mónica, lo cual lo hizo sonreír como bobo, lo saca de sus pensamientos una llamada, era Abreu.

-¿Qué pasa bro, ya no estás molesto?- le pregunta Óscar.

-No… Oye, Laura me llamo para invitarnos al cine esta noche, ¿Qué te parece? – le pregunta Abreu entusiasmado.

-No lo sé…- pensó que podría ser la escusa perfecta para volverse a encontrar con Mónica pero tenía mucho trabajo de la empresa.- Tengo mucho trabajo, mejor en otra ocasión bro.

-Vale… Está bien, nos vemos hermano - finaliza Abreu.

Óscar no tenía muy en claro cuáles eran sus intenciones con Mónica, solo sabía que al verla se le erizaba la piel, le daba mucho calor, y  se tensaba al tratar de controlar las ganas de besarla.

-Que carajos…- dice Óscar para sí mismo.

Pensó que ya estaba muy mayor para calenturas, no podía seguir en esas como adolescente, tenía que dejar de pensar en Mónica con segundas intenciones, tanto él como ella se estaban divorciando así que ninguno de los dos tendría ganas de entablar una nueva relación. Pero… ¿Y si se equivoca?

-Casa de Laura-

Laura toca la puerta de la habitación de Mónica, le parece extraño que aun no se hubiese despertado. Escucha la voz de Mónica diciéndole un “Pasa”.

-Cariño… ¿Te encuentras bien?- pregunta Laura al verla aun enrollada en las sabanas.

-La verdad es que no, me duele un montón la cabeza y no he podido dormir de tanto pensar estupideces- le responde Mónica.

-¿Rafael? – le pregunta adivinando en lo que pensó toda la noche.

-Si… cada vez que cierro los ojos lo vuelvo a ver en aquello - dice Mónica llevándose ambas manos a la frente.

-Pues... Tengo una invitación que hacerte, se que con eso despejaras la mente un buen rato- le menciona Laura- Vamos al cine hoy por la noche.

- No nena, sinceramente prefiero quedarme aquí, no me siento muy bien que digamos, creo que solo necesito un descanso y ya- le dice Mónica.

-Pero, he invitado a los chicos, ¿aun así no quieres ir? – le pregunta Laura haciendo puchero.

Mónica se lo piensa, tal vez sería otra oportunidad para ver a Óscar, pero en realidad tampoco quiere pensar en el.

-No, de verdad Lau, mejor ve tu y diviértete- Le dice Mónica incorporándose en la cama.

-Bueno, vale, pero cualquier cosa me llamas, mientras levántate ya, para que desayunes algo mujer! - le dice con un gesto de Mamá regañona que a Mónica le causa risa.

Y así fue, Mónica se fue a desayunar algo, luego se ducho y se puso a organizar su ropa en el closet de la habitación, que aun estaba en la maleta. Ya Laura estaba lista para irse, Mónica se encontraba acurrucada en el sofá y antes de que su amiga se fuese le pregunta.

-¿Segura que no quieres ir?- como última oportunidad.

-Jaja, no tranquila, estaré bien, que te diviertas- le responde Mónica con una sonrisa.

Laura sale de casa y se dirige al cine donde se encontraría con Óscar y Abreu, al llegar nota que solo esta Abreu.

-Hola que tal? – le dice Laura dándole un beso en la mejilla- ¿Y Óscar? – le pregunta de inmediato viendo a todos lados.

-Me dijo que tenía trabajo, que lo disculpáramos…¿Y Mónica?- le pregunta esta vez Abreu.

-Vaya… Pues Mónica no se sentía muy bien, prefirió quedarse en casa- le responde Laura desanimada al saber que Óscar no estaría.

-Pues supongo que estaremos tú y yo nada más- le dice Abreu también algo desanimado.

-Si… Bueno entremos, ¿no? – Laura trata de cambiar los ánimos.

Por otra parte, Óscar estaba en el despacho de su casa revisando unos papeles de la empresa, hasta que termino estresándose y decidió salir a tomar un poco de aire fresco, se subió a su camioneta y quiso dar un paseo en auto por el pueblo, ya que el clima tampoco estaba muy favorable. Iba con una velocidad lenta para disfrutar más lo hermoso que era aquel pueblito romano, le traía tantos momentos de su infancia.

Cuando se percata la calle por la que estaba pasando recuerda que Laura le comento en la cena que vivía por allí, voltea su mirada a la izquierda y en la entrada de aquella casa había una mujer sentada en los escalones, con la cabeza entre sus piernas, como en posición de descanso, Óscar no sabe de quien trata hasta que ella levanta su rostro, “¡Es Mónica!” grito para sus adentros un tanto emocionado, detiene el auto y se acerca a ella.

-¿Óscar? – Le pregunta Mónica al ver que se acerca.- Pensé que estarías con Laura y tu hermano.- menciona con la mirada hacia abajo, no quería que se diera cuenta que había estado llorando.

-Pues… eso mismo pensé yo…- le responde mientras la observa- ¿Te encuentras bien?- le pregunta preocupado.

-Si – se levanta de los escalones dispuesta a entrar en la casa dejándolo allí parado, pero Óscar actúa rápido y la coge de la muñeca.

-Mónica…- le dice Óscar con una voz suave, ella se voltea y lo ve como tratando de decir “¿Qué pasa?”.

-Oye sé que no nos conocemos mucho, pero puedes confiar en mi… ¿De verdad estas bien? – le vuelve a decir Óscar con una voz tan suave y relajante que Mónica se suelta a llorar.

-No – logra decir ella con voz temblorosa- Me estoy divorciando y es lo peor del mundo, eso me está matando.

Óscar no sabe qué hacer, ni cómo reaccionar, el también pasa por lo mismo, la entiende perfectamente, así que con suavidad la atrae a él y la recuesta en su pecho para darle un abrazo tierno con el fin de calmar sus sollozos.

-Óscar yo… - No logra decir nada cuando él la interrumpe.

-No digas nada… Piensa que soy tu apoyo y que estoy aquí para ti- le dice Óscar pasando su mano derecha por la mejilla de ella en forma cariñosa.

Mónica no podía creer que aquel hombre fuera tan cariñoso con ella, incluso más cariñoso que su ex marido. Estaban muy cerca, ambos se veían fijamente a los ojos, era como si el mundo desapareciera y solo existiesen ellos dos, por alguna clase de instinto Óscar la acerco y beso su frente, fue un gesto tan cariñoso para Mónica que ella le respondió con un cálido abrazo.