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Me había comprado un vestido violeta hermoso, me sentía como una princesa, sonreí y Merodit me devolvio la sonrisa.

-Mami, de Zab -dije y la señora me sonrió.

-Dime Noemi -dijo.

-Noemi -dije con tierna voz- ¿A donde vamos?  -pregunte mirándo por los vidrios del auto.

-Vamos a un lugar donde estarás con muchos niños de tu edad -dijo, Merodit iba manejado.

-¿Y mi casa? -pregunte mirándo al Noemi, a ella se le escapó una lagrima- ¿Por qué lloras? -la abrace.

-Por nada amor.

-¿Donde esta Zab? -pregunte, me empezaba a gustar.

-En casa pequeña -dijo y beso mi frente.

-Ya llegamos -dijo Merodit- te espero aquí.

-Esta bien -dijo Noemi, bajamos del auto y ella me llevaba de la mano.

-Buenos días señora -le dijeron unas chicas.

-Buenos días -dijo- ¿La madre supervisora? -pregunto.

-En su oficina -pasamos por un pasillo largo y vi a un niño escondido, me miraba feo.

-¿Quien es ese niño? -pregunte.

-¿Cual? -dijo Noemi- después me dices, tenemos que hablar con alguien.

-Umm está bien.

-Permiso -hablo y entramos a una oficina.

-Adelante -nos sentamos, en unas sillas- ¿Ella es la niña?

-Si, dile tu nombre cariño.

-____ -dije.

-____, ¿Quieres ir a ver a los niños? -negue.

-Ve, te vendré a visitar seguido, Zabdiel también lo hará -dijo, la señora mayor, me tomo de la mano y me alejo de Noemi, la vi derramar lágrimas, me puse triste por ella.

-¡NIÑOS! -los niños que corrían se quedaron quietos y hicieron una fila- Les presento a la nueva señorita, háganla sentir como en su casa, porque ahora también es su casa -dijo y se marchó, me quede muda.

-Hola -dijo una nenita- Me llamo Sol, ¿Cómo te llamas?

-___ -respondí.

-Oww eres una ternura -dijo y me extendió su mano, la tome y me llevo al jardín- ¿Cuantos años tienes?  Yo tengo nueve.

-Así -dije y le mostré mis cinco dedos.

-¿Quieres ser mi hermanita menor -pregunto

-No lo se -dije, tenia miedo.

-Esta bien, luego me dices, ¿Quieres jugar a algo?

-A eso -dije señalando una caja de arena.

-Ve, ahora te alcanzo, iré por mis muñecas para jugar -dijo y salí corriendo a la caja, y vi al niño que se había escondido.

-Hola -dije y este se paro enfrente mio- me llamo ___ -le extendí mi mano y me empujó al suelo, mis lágrimas comenzaron a salir.

-¡Joel! -dijo Sol- eso no se hace, no te atrevas a tocar la de nuevo -Joel levantó sus hombros y se fue- Ay no llores, no llores, no llores -repetía y yo lloraba.

-Quiero a mi mamá -dije.

-Yo también -susurro- solo no llores, mira, te regalo está muñeca si dejas de llorar -me mostró una barbie con vestido violeta igual al mio- se parece a ti, ¿No?

-Si -dije y limpie mis lágrimas.

-No permitiré que ese tonto vuelva a molestarte -me abrazo- juguemos con nuestras muñecas.

-¿Nuestras? -pregunte.

-Si, lo que es mío es tuyo -sonrió.

-Gracias -dije.

***

Nos mandaron a un salón grande para cenar, Sol me tomo la mano y me sentó junto a ella.

-¿Que quieres comer? -pregunto.

-No se como se llama eso -dije.

-Tu señalas y yo te sirvo -dijo.

-Eso -dije y apunte la comida.

-Pollo -dijo y sonrió.

-Poio -dije.

-Pollo, pollo, repite conmigo, pollo -sonrió.

-Poio, poio -dije y ambas reímos.

-¿Quieres arroz? -pregunto.

-Arroz con Poio, Poio, Poio -dije y aplaudi sonriendo.

-Lo tomare como un si -me sirvió arroz y cenamos juntas.

Huérfana  -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora