Huérfana -Joel Pimentel

●10●

Mire a Chris con cierta duda sobre el juego.

—¿Cómo se juega eso? —pregunte y Joel se alejo lentamente.

—Dos personas que se gusten tienen que casarse —me explico Chris—. Joel, tu también juegas —Joel se quedo quieto y puso sus manos en los bolsillos.

—Que asco de juego —dijo el.

—Calla Joel —sonrio Chris—. ¿A quien podemos casar?

—No lo se... podría decirle a Zab que venga a jugar —dude, el estaba muy lejos de aquí.

—¿Para que Chris se case con el? —pregunto Joel y sonrió.

—Quizás a ___ le gusta Zab —Joel me miró.

—¿Te gusta Zab? —pregunto Joel.

—No...

—¿A ti quien te gusta Joel? —le pregunto Chris.

—Ya sabes quien —dijo entre dientes.

—Yo quiero saber —peine a mi muñeca.

—Díselo —propuso Chris.

—No, no se lo diré.

—Explicale porque la tratabas así

—Que no Chris —se cruzó de brazos y mire a Joel.

—Dime, ¿Quien te gusta? —Me acerqué a el.

—Nadie —respondió.

—¿Te gusta mi muñeca? —el asintio.

—Joel, ya dile —insistió Chris.

—Que no —volvió a decir.

—Quiero saber —me empezaba a sentir mal, iba a llorar si no me lo decia.

—¿Estas por llorar? —Joel me miró más de cerca.

—Si —hice puchero.

—Ohh mi amor —Chris me abrazo—. ¿Por qué quieres llorar?

—Porque no quieren decirme quien le gusta a Joel —se me escapo una lagrima.

—Dile —dijo Chris—. Va a llorar si no le dices.

—Bien... me gusta... —hizo una pausa—. La niña que se fue, Sol —Chris se levantó y le pegó en la cabeza.

—Bruto —dijo Chris y yo salí corriendo, me comenzaba a gustar Joel y que le guste otra niña... dolía.

—¿Estas bien? —me freno Eddie y negué—. ¿Quieres un abrazo? —asenti y me abrazo, me aparte y vi a Joel detrás de mí, empujó a Eddie y este cayo al suelo, me arrodillé al lado de el y Chris se llevó a Joel.

—Perdon, es así cuando un niño nuevo llega —le di la mano.

—Gracias —lo levante—. ¿Lo conoces?

—Creo que es mi amigo —dije y me limpie los restos de lágrimas.

—Pues que mal amigo —comenzó a respirar más agitado cuando Joel se volvió a acercar.

—¿Estas bien? —le pregunte y sacó un coso raro y se lo puso en la boca y apretó su botón,  al parecer eso le dio aire.

—¡Joel ven aquí!  —grito Christopher.

—¡No! —agarro de nuevo a Joel—. Cuídate —le dijo a Eddie.

—Es la primera vez que lo veo tan enojado —dije—. Vamos antes de que vuelva —Eddie asintió—. ¿Que era ese aparato?

—Mi inhalador —sonrio—. Mi mamá me lo dio cuando se entero de que tenia asma.

—¿Asma? ¿Mamá? —pregunte.

—Yo no soy del orfanato, mi mamá me trajo aquí porque ella tiene que trabajar como monja y no quiere dejarme solo en casa —sonrío—. El asma es una enfermedad que te quita la respiración —dijo—. Al menos eso dijo mi mamá.

—Ohh... tienes un hogar —el asintió.

—Pronto tu lo tendrás.

—¿Cuanto es pronto? —pregunte.

—No tiene tiempo definido —respondió y Chris me llamaba a los gritos.

—¡____! ¡Ven aquí!  —mire a Eddie.

—Lo lamento, mi hermano me llama —sonreí y el asintio.

—Te veo luego —salí corriendo lejos de Eddie.

—¿Quien era ese? —pregunto Joel detrás de Chris.

—Un amigo —respondí.

—Ya dile lo que le tenias que decir —Chris lo empujó delante de mí.

—No quiero decírselo así —dijo Joel.

—Te voy a pegar si no lo haces —Chris se cruzó de brazos—. Dile.

—____ —dijo Joel—... t-tu me gustas —miró a Chris.

—Dile lo otro —lo amenazó.

—¿Te... —suspiro—. No puedo decirlo.

—Hazlo —le pegó un suave golpe en la cabeza.

—Ay...ay... esta bien —me miró y se arrodillo—. ¿Te... quieres... —cerró fuertemente sus ojos—. Casar conmigo?