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Un mes y 2 semanas después ~

—Joel vuelve menos de una semana —le dije a Bella mientras la subía a la moto.

—Papi —sonrio—. ¿Que haremos hoy, mamá? —pregunto cuando me subí yo.

—Iremos a ver a dos amigos —Erick y Yoyo se morían por verla—. Bueno... son tres —el amigo de Erick (Richard) estaría ahí.

—Genial —llevaba su peluche, ella nunca lo soltaba.

Estacione la moto y ahí estaban los chicos esperándonos en el parque.

—¡Hola Bella!  —dijo el orejon y Bella tiro el casco a un lado para corre y verlos. Levanté el casco y lo deje en la moto.

—Hola —hablo Bella.

—Míra Bell, el es Orejon —le susurre al oído y ella se rio.

—Soy Yoandri —hablo—. Tu madre siempre se ha burlado de mis orejas, en el orfanato también lo hacía.

—¿Eras huérfano?  —Yoyo asintió.

—Hola nena —Erick se puso a su altura—. Soy Erick.

—Hola... me gustan tus ojos —dijo nerviosa.

—Gracias bella —le guiño el ojo y Bell me miró.

—Hola niña, soy Richard —se presentaron todos y nos sentamos en el césped del parque.
Bella y los chicos se pusieron al jugar a la mancha y yo les tome una foto.

—Mamá,  ven a jugar —me extendió su mano y la tome, me levante.

—___ es mancha —corrió Richard,  era bueno saber que por dentro aun éramos unos niños.

—Voy por ti Dumbo —corrí hasta el y lo manche, corrí en otra dirección para que no me mancharan de nuevo y manchó a Erick.

Pasamos toda la tarde jugando, hasta que oscureció.

—Tengo hambre —Bella toco su panza.

—Vamos a comer —hablo Erick.

—Vamos —afirmo Rich.

—Ven ___ —Yoyo me sonrió.

Fuimos a comer a un lugar de comida rápida y Bell era feliz con su juguete de cajita feliz, hasta que su cara cambio a tristeza.

—¿Que pasa Bell?  —pregunte.

—Perdí el regalo de papá —contesto con tristeza.

—No te preocupes princesa, lo encontraremos —Erick pellizco su mejilla.

Tuve que dejar a Bella en el orfanato, estaba muy triste por lo dejar su peluche, sabía que ella no podría dormir sin el, a ella le gustaba que eso tuviera el olor de Joel.

—Te amo mi amor, no lo olvides —le di un beso en su mejilla y la abracé  fuerte—. Si puedes... ven al la reja cuando todos estén durmiendo, te esperare ahí.

—Te amo mamá, te veo en la reja —me di un beso el la mejilla y camino adentro

—Adios hija —ella me escucho y sonrió.

Llame a Israel.

—Hola desaparecida —contesto, no nos veíamos desde hoy en la escuela.

—Hola, ¿Puedes ayudarme con algo? —pregunte.

—Claro —contesto.

—Puedes buscar el oso que le regaló Joel a Bella?  —pregunte.

—¿Donde esta? —hablo y se escucharon los gritos de Gabo de fondo.

—En la plaza de siempre, ¿Que le paso a Gabo? —pregunte.

—Oh... cambie de broma, ahora lo ató a  la cama —se rio—. Espera... ¿Gabo,  quieres ir a la plaza? —se escuchó.

—¡No! —chillo—. ¡desata me! —Isra se reía.

—Vamos a la plaza, es para buscar el muñeco de tu sobrina.

—Esta bien, todo por Bella.

—Iremos a buscar el peluche,  cualquier cosa te llamo —colgó.

Me senté a esperar en la reja y mire la hora, era más de media noche.

—Mamá —susurro y casi me morí del infarto.

—Bell, no me asustes así —ella sonrió, y toco mi mano a través de la reja—. Ven, vamos a dormir a casa, mañana por la mañana te traeré, pero Shhh,es un secreto —ella sintio feliz. Paso por debajo de la reja y me la lleve conmigo.

Llegamos a casa y mi madre la vio.

—¡Abuela! —Bella la amaba.

—¡Isabella! —se abrazaron—. ¿Quieres un dulce? —dijo mi mamá cuando la dejo en el suelo, Bell me miró.

—Mamá dice que no puedo comer dulces antes de dormir —contesto.

—Tu mamá tiene razón,  te lo guardaré para mañana, ve a dormir Cielo —le dio un beso en la frente y Bell subió las escaleras—. ¿No debías dejarla en el orfanato?

—Lo hice y la traje de nuevo —conteste.

—Esta bien, no sabía que se podía hacer eso —frotó su oreja, ella hacía eso cuando le daba sueño, yo también lo hacía.

—No se puede —sonreí y me miro serio—. ¿Nuestro secreto? —mi mamá asintio.

—Ve con ella, duerman bien —beso mi frente y fue ambiensintio la cocina, estaba preparando comida para el regreso de Chris.

Me acoste con Bella y ella puso su cabeza encima de mi brazo, miramos el techo, con mi mano tocaba sus rizos.

—¿Me cuentas un cuento? —pregunto.

—Había una vez —comencé—. Una niña que fue abandonada en la calle, ella no sabía lo que estaba pasando y decidió ir detrás de su mamá para alcanzarla, al hacerlo tropezó y cayó al suelo, al otro día le dio hambre y quiso entrar a un negocio pero el hombre feo y malo la hecho, empezó a llorar y a correr, se choco con una niño y este la empujó, la madre del niño la hizo disculparse —suspire—. Y el niño se volvió su amigo, a la niña la llevaron a un orfanato dónde conoció a un nena que luego la adoptaron, y se quedó sola con un chico mayor y unnnnan niño que golpeaba a todos los que se le acercaban a esa nena —ella me miró y sonrió—. Esa niña se enamoró del niño que golpeaba a todos y el niño de ella, y El niño mayor los caso en una "boda de mentiras" dónde el niño confesó que le pegaba a los demás porque el la amaba y no quería que nadie se la quitará y Fin.

—Que linda historia —sonrio— cuéntame otra —pensé y comencé.

Unos años después la niña creció alejada del niño con el que se casó,  el tiempo los volvió a unir y gracias a Dios conocieron a una niña en el orfanato que los hizo una familia de verdad, la niña hizo que esa pareja se unieran de una forma de la que nunca se podrían separar.

Huérfana  -Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora