-Hoy se renuevan las inscripciones a los diferentes clubes, pueden inscribirse en cualquiera presentando su solicitud al representante de cada club-dijo la profesora- Beth, Esteban, si ustedes quieren pueden inscribirse en algún club.
-Gracias, profesora-dijeron los antes mencionados agradecidos.
-Bueno, éso es todo. Ya pueden salir al recreo-anunció la profesora.
Todos salieron al recreo. Sherwin salió y se dirigió al árbol que había en el patio. Le gustaba estar ahí.
-¡Al fin libre!-exclamó Roy saliendo de su bolsillo-¿Dónde está Jonathan?
-Pues, él es el líder del club de beisbol y de seguro se estará poniendo de acuerdo con su grupo por las inscripciones.
-Lo extraño-dijo Roy.
-Si siempre lo miras en clase-justificó Sherwin.
-Lo sé, pero quiero abrazarlo, besarlo y...-en ese momento la cara de Roy cambió a una de sorpresa.
-¿Qué pasa...?-preguntó Sherwin, pero al voltear se encontró con Beth y Esteban tan sorprendidos como confundidos.
-¡Ah!-gritaron el castaño y la rubia al ya haber procesado la imagen de un corazón flotando.
-¡Chicos, no es lo que parece!-gritó Sherwin.
-¡¿Qué rayos es esa cosa, Sherwin?!-exclamó Esteban.
-Soy el corazón de Sherwin y la representación de sus sentimientos por Jonathan-dijo Roy tranquilamente.
-¿Te gusta Jonathan?-preguntó Beth aún sorprendida.
Sherwin se sonrojo mucho. En ese momento Beth y Esteban intentaron calmarse para no hacerlo sentir aun más incómodo.
Después de calmarse un poco, Beth y Esteban se sentaron junto a Sherwin debajo de ese gran árbol.
-A mí me gusta Jonathan. Perdón por incomodarlos, de seguro pensaran que soy... extraño y enfermo, ¿verdad?-dijo Sherwin apenado.
Beth y Esteban intercambiaron miradas y después sonrieron.
-Por supuesto que no, Sherwin-le dijo Esteban-El amor es amor y éso es lo que importa-le dijo dandole pequeñas palmaditas en su espalda.
-Tu corazón es el mejor ejemplo de éso. Por cierto, ¿tiene nombre?-preguntó Beth señalando al corazoncito de Sherwin.
-Soy Roy-dijo el antes mencionado.
-Hola, Roy, es un gusto conocerte-dijeron Beth y Esteban al unísono.
-Me alegra al fin conocer a alumnos que no se comporten como tontos-confesó Roy.
-¿Tontos?-preguntó Beth.
-Se refiere a nuestros compañeros que ven mal la homosexualidad-explicó Sherwin.
-Oh, entiendo. Y, ¿cómo fue que se salió de tu pecho?-preguntó Esteban.
Sherwin les contó a ambos la historia que todos conocemos y los más puros sentimientos del pelirrojo por aquel moreno.
-Por cierto, ¿me estaban espiando?-preguntó Sherwin.
-No, la verdad es que yo quería ir a inscribirme a la banda de la escuela-dijo Beth.
-Y yo quería inscribirme en el equipo de béisbol-dijo Esteban-Pero, te vi y quería agradecerte por tus cuadernos y luego devolvertelos.
-Luego vimos a Roy...y bueno lo demás ya lo sabes-dijo Beth recordando el susto de hace un rato.
-Oh, entiendo-dijo Sherwin-Y, supongo que ustedes son buenos amigos, ¿verdad?
-Sí, nos conocemos desde hace 3 años. Somos vecinos-dijo Esteban.
-Sherwin, ¿tú y Jonathan son...enamorados?-preguntó Beth con una sonrisa pícara.
-Pues...no-dijo Sherwin sonrojado-Él piensa que debemos conocernos más y yo pienso lo mismo.
-Bueno, aquí tienes a dos amigos a los que les puedes confiar ese secreto-dijo Esteban.
-Aunque no es tan secreto-dijo Sherwin.
-¿A qué te refieres?-preguntó Beth.
-Nuestros compañeros ya saben, y muchos no lo tomaron bien-dijo Sherwin recordando las miradas de asco de sus compañeros.
-Me imagino-susurró Beth.
-Escucha, Sherwin, no importa lo que esos torpes hayan dicho. Beth y yo te apoyaremos, sé que es un tema complicado y no entiendo del todo la situación por la que pasas. Pero, cuentas con nuestro apoyo-dijo Esteban abrazandolo.
Sherwin empezó a llorar, no podía desahogarse con Jonathan pues no quería preocuparlo. Pero, cuando Beth y Esteban lo abrazaron les contó como se sentía cuando lo criticaban o molestaban.
Ellos sólo lo consolaban diciendo que no debía preocuparse por éso y que el tiempo lo solucionaría.
Roy se unió al abrazó consolando también a Sherwin. Cuando el recreo se acabó tuvieron que separarse, Roy se escondió en su bolsillo como siempre lo hacía cuando comenzaban las clases.
En ese momento Esteben le dijo algo a Sherwin que se quedaría en su memoria para siempre, pues se identificaba mucho en momentos así.
«El corazón quiere lo que el corazón quiere. Y has lo que dicte tu corazón»
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In a heartbeat: Una historia de amor
AcakDespués de los sucesos del cortometraje que amamos, Jonathan y Sherwin tendrán que decidir el rumbo de su relación, la cual pasará por muchas situaciones tanto buenas como malas.