Capitulo 31: Un padre no siempre es lo que queremos

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"-Dime algo, hijo. ¿Cómo se siente romper las reglas? ¿Te sientes superior haciéndote el rebelde? Te entiendo yo también fui joven, pero muy tonto. Y tú no eres tonto, ¿o sí? Entonces, dime, ¿quién es ese niño con el que te portabas tan cariñoso? ¿Acaso quieres experimentar? ¿Quieres que vuelva a encerrarte en el sótano para que aprendas autorespeto? Eres muy atrevido, pero te diré algo, los chicos decentes no aman a otros chicos"

***

-¿Qué demonios te pasa?-le reclamó Matias a Denis, el mayor se había separado bruscamente del rubio.

-Nada. No me pasa nada, sólo pensé que sería lindo besar a un homofóbico. ¿Le gustó ?-le preguntó Denis con burla.

-¡Eres un...!-el padre de Jonathan ya había levantado su brazo dispuesto a darle una fuerte bofetada al muchacho frente a él. Pero, Denis fue más rápido y lo detuvo.

-¿Soy un qué? ¿Cree que puede venir aquí, insultarme a mí y a mi familia y salirse con la suya sólo por ser de clase alta? No sé quién sea usted, pero si vuelve a aparecerse le juro que haré que sienta asco de mí, si eso es lo que se necesita para deshacerme de personas como usted-le dijo el rubio, que a pesar de que era más bajo era muy fuerte para retener al mayor mucho tiempo.

El mayor sólo se alejó del primo de Sherwin sorprendido por aquel comportamiento.

-Así que si vuelve a aparecer lo voy a castigar, de una forma más... Carnal-le dijo el rubio guiñándole el ojo para después entrar a la casa de su tía.

Matias sólo se fue en dirección a su casa, al llegar ahí lo primero que hizo fue pedirle al nuevo mayordomo que contrató que le pasara una botella de licor.

Cabe mencionar que Dana se había ido un tiempo a la casa de sus padres, y Erick al ser despedido tuvo que conseguir otro trabajo como mayordomo de otra familia.

Pero ambos se seguían viendo a veces para hablar de algo que entre Matias y ella aún debía solucionarse: Su divorcio y Jonathan. Lo último era lo peor, ya que para Dana no le sería fácil no ver a su hijo todos los días, se sentía mal al pensar que todo era por su culpa, pero Erick siempre lograba calmarla diciéndole que Jonathan, su amado e único hijo, era lo suficientemente consciente de la situación de ambos.

Sin embargo, sus pensamientos no estaban en su divorcio o en su hijo en estos momentos. No, Matias sólo pensaba en ese beso que le dio ese chico rubio llamado Denis.

-¿Quién se ha creído?-se preguntó a sí mismo sirviéndose otra copa.

Y era cierto, ¿acaso ese niño buscaba provocarlo? Sabía que sólo quería molestarlo, pero... Si ese era el caso, ¿por qué se sentía tan raro?

Dios, no fue su primer beso. Él mismo se reiría de esa simple suposición después de haber tenido sexo con una incontable cantidad de mujeres.

No. Era por otra cosa...

Y sólo se dio cuenta de qué significaba cuando se vio en un espejo, aquel beso le había recordado su pasado. Y odiaba recordar aquello, para él estaba decidido, odiaba a ese tal Denis.

-En aquel entonces no fue mi culpa...-se dijo a sí mismo recordando cuando fue joven, y recordando a su padre el cual le dijo aquella frase tan cierta "los chicos decentes no aman a otros chicos"

***

-Y, ¿qué pasó?-preguntó Sherwin cuando Denis entró de nuevo a la casa.

-Pues, sólo diré que no volverá a no ser que sea masoquista-dijo Denis sonriendo triunfante-Bueno, ya me tengo que ir, adiós Sherwin, Sara, tía Liz, y Jonathan. Tal vez los vea mañana...-se despidió el rubio saliendo de la casa.

In a heartbeat: Una historia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora