- ¡Ahí va!- escuché a Thiago y le vi tirar la pelota, hacia a Bianca y mirándome.
- ¡Mía!
Sonreí y salté, parando la pelota en mi pecho con las dos manos y cayendo de pie aunque con un poco de desestabilidad. Bianca me miró asustada y Thiago me aplaudió orgulloso de haber creado a la mejor portera de Córdoba.
- ¡Pásala!
- ¡Tuya!- le tiré el balón lejos en venganza.
- ¡Boluda!
- ¿Se puede saber qué hacen? Tania, estás embarazada y tu hermano es tan listo que dice, vamos a tirarle un balón a ver si se cae, se hace daño y tenemos un problema.
- En realidad no me lo ha tirado a mí, sino a ti, yo solo te he salvado de un balonazo en la cabeza.
- ¡¿Qué?!
- No te podes callar eh.- Thiago me fulminó con la mirada.- Era para que la parara, sabía que lo haría.
- Sos un boludo.
- Uh, la nena aprendió demasiado argentino.
- Te vas a enterar.
- ¡No!
Salí corriendo por el jardín mientras mi hermano me perseguía y Bianca intentaba pararlo con cuidado de no caerse. Al final, me capturó y me levantó por los aires agarrándome por la cintura y dándome vueltas.
- ¡Niños! ¡Paren de jugar y vengan a comer, tienen que tomar fuerzas antes de...!
- ¡Vieja, aún no lo sabe!
- Valentina, es una sorpresa.
- ¿El qué?
- Te vamos a llevar a un sitio sorpresa que casi nuestra vieja dice.
- Lo siento, pibe, pero me tienen harta todos, así que vengan a comer y cállensen.
- Como mande, coronel.
Los tres entramos de vuelta a la casa y nos sentamos en la mesa, conversando con mis padres sobre tonterías varias. Después mi hermano me obligó a preparar una mochila y luego me llevó corriendo hacia el coche.
- ¿A dónde me van a llevar ahora?
- Shh, no te lo vamos a decir y lo sabes.- Bianca me enseñó una venda.- Póntelo.
- Está bien.- reí mientras la ponía.- No veo nada, lo juro.
- Pues vámonos.
El auto se empezó a mover y yo me puse mirando la ventanilla, aunque no veía nada. Escuchaba la música de fondo, a mi hermano cantando bajo para que Bianca no le mande callar y ella hablarme como si le hiciera caso.
- Vale, llegamos pero no te la quites.
Los dos salieron del coche y me abrieron la puerta. Supe que mi hermano me había ayudado a salir del coche y luego empecé a andar de su brazo que me guiaba como si fuera un ciego. Entonces nos paramos, sonó el timbre de una puerta y luego esta cerrarse.
- Vale, estamos ya, pero ni se te ocurra quitarte la venda.
- ¿Y qué hago, bailo?
- No seas boluda, quédate aquí.
- Está bien.
Mi hermano me soltó y me quedé de pie en el mismo sitio que me había dejado escuchando cosas moverse a mí alrededor. Después sentí a Bianca tocarme y me fue quitando las vendas poco a poco.
- ¡Tía guay y sexy Tania!
- ¡No! ¡Thiago, Mateo, Leo, Anto, están aquí!
- Ya sé que estamos aquí.- dijo Leo sonriendo.- Corre a darle un abrazo, Thiago.
- ¡Sí!
Me agaché un poco y saltó para que lo levantara en el aire y empecé a dar vueltas haciéndolo reír. Cuando sentí un gran mareo paré y le abracé, después le bajé y fui a por los demás.
- ¡Ven aquí pulga mía!
- Mateo está...o ya entiendo.
- Luego voy a por ti, Anto.- dije abrazando a su marido.
- Y yo encantada de la vida.- la abracé fuertemente y después saludé a su hijo pequeño.- ¿Qué tal has estado?
- Bueno...- miré a mi hermano y moví mis labios sin hacer ningún ruido, sabía que lo entendería.- ¿Lo saben?
- No.- él también movió sus labios sin decir palabra y luego sonrió.
- Los he tenido mejores.- toqué mi vientre y miré a Leo.- Vení acá, tío sexy y guay Leo.
- ¿Yo? ¿Tío guay y sexy? ¿Por qué?- le miré sin parar y sonreí moviendo mi mano en el vientre.- No...
- Sí, ya van dos Martínez nuevos.
- ¿¡Estás embarazada!?- Anto me miró sonriendo y me abrazó.- ¡Sí! ¡Al fin tendré una mini Tania!
- ¡Voy a ser tío!
- Detrás de mí, pulga.
- Bueno, pero voy a ser tío.- Leo me abrazó y después me sonrió.- Y... ¿Quién es el afortunado?
- Tiene que ser alguien importante para que des el paso.
- Y encima haya olvidado a la Joya.- dijo Leo mirando a Anto y luego me miró a mi.- Nos contó que terminasteis y eso.
- Ya...el afortunado...- rasqué mi brazo nerviosa, no quería que supieran que era Paulo porque sé que se lo contarían y yo me negaba a eso.
- Venga, no nos tengas en ascuas.
- Em...
- Es un chico bastante fuerte, va al gimnasio y juega bastante bien al baloncesto.- dijo Thiago poniéndose a mi lado, le miré y me sonrió.
- Sí, rubio, ojos verdes y un poco pálido de piel porque es de origen francés aunque se crió aquí.- Bianca se unió a la mentira.
- ¿En serio? Entonces es alto... ¿Dónde os conocisteis?
- En...en el parque, me dio con el balón en la cara y me enfadé con él, se lo tiré y metí canasta.
- Vaya...así que sos buena en baloncesto y no en fútbol eh.
- En fútbol también soy buena si soy portera.
- ¿Y cómo se llama? Os acabaréis de conocer porque solo hace un mes de...
- Si bueno, fue unos días después de venir acá y pasó sin más, él lo aceptó y se llama...
- Matías, como nuestro viejo.
- Tu viejo estará feliz entonces.
- Sí...
Sonreí levemente, no me gustaba mentir pero lo haría por mí y por el niño. Seguimos hablando mientras Thiago jugaba conmigo. Después, Leo quiso que saliéramos a ver Rosario, que es donde estábamos.
Caminaba de la mano de Thiago, Bianca y Thiago juntos y Leo iba con Mateo en sus brazos y Anto de su mano. Vimos la plaza, estuvimos en un parque y luego cenamos en un bar antes de despedirme de ellos.
- Ya sabéis que los próximos en moverse sois vosotros.
- Así podremos conocer al padre.
- Sí, al padre...- sonreí y les abracé.- Cuida de mis tres pulgas, Anto.
- Lo haré, chao Tania.
- ¡Chao tita Tania!- gritó Thiago despidiéndose con la mano mientras entrábamos en el coche.
- ¡Chao pequeñajo!- entramos en el coche y Thiago arrancó.- Gracias por cubrirme en lo del padre.
- No hay de que, sabemos que no te gustaría que Paulo lo supiera así que...
- Volvamos a Córdoba.- dije sonriendo y mirando hacia el frente.
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Promesas rotas (Paulo Dybala)
Fanfiction(ATENCIÓN: 2ª temporada de Clarity (Paulo Dybala), leer antes que esta.) Todo ha cambiado, de vuelta a la realidad, de vuelta a vivir sin él. Me he pasado todas las semanas después de decirle adiós llorando en los brazos de cada uno de mis amigos y...