Capítulo 16

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- ¡Dale!

Bianca intentó darle fuerte a la pelota, pero se le fue a un lado y Thiago y yo estallamos a risas. Ya iba dos meses y mi barriga crecía poco a poco, aún no se notaba mucho pero se veía que algo pasaba en mi interior. En cambio, a Bianca ya se le notaba más.

- ¡No vale! ¡Yo tengo barriga!

- Ella también.

- Pero menos, eso no vale.

- Oye, que yo soy la que se tira al suelo.

- Pues no seas portera.

- Es o ser portera y parar balones, cosa que se me da bien o ser defensa y que me den con los balones.

- Vale, mejor portera.

- ¿Quién saca?

- ¡Yo!

Marco sacó desde la banda y se la pasó a Pol, que a continuación regateo a Marc y se la pasó a Nicolás. El rubio se acercó a mí mientras Thiago iba a por él, pero no llegó a tiempo cuando él ya había lanzado la pelota hacia mi portería desde el área.

- ¡Sí! Nada ni nadie pasa de mi portería.- sujeté el balón con las dos manos.- ¡Va!

Se la lancé a Thiago, que controló con perfección y pasó a Nicolás y a Marco. Se la pasó a Marc que luego se la dio a Bianca para que nos riéramos de ella. Pero todo lo contrario, Ariadna intentó parársela y ella la desconcentró.

- ¡Ah el bebé!

- ¿Qué? ¿Está bien?- Ariadna se paró, como todos, a ver qué pasaba.

- ¡Perfectamente, querida!

La miramos confundida mientras nos sonreía y a continuación tiró a portería, marcando. Levanté mis brazos y fui corriendo hacia ella mientras reía y gritaba, como los demás. Nos abrazamos en grupo y volvimos a nuestros sitios.

- ¡Chicos! ¡A comer!

Mi madre apareció por la puerta del jardín y me senté en el suelo a descansar, tal como hizo Bianca aunque ella tenía a alguien que la levantó y la llevó en brazos hasta dentro, mi hermano todo un caballero.

Marco me ayudó a levantarme y fui junto a él y Nicolás a dentro de la casa. Me limpié la cara del sudor y me puse a comer con mi familia y amigos. Después, subí a ducharme y a cambiarme.

Me senté junto a los demás al sofá, Thiago y Pol se marcharon con mi padre a trabajar y ahora todo cabíamos en el salón, pues mi madre se había quedado en la cocina limpiando con Ariadna.

- He pensado que podríamos ir a algún sitio estos días.

- ¿A dónde?

- No sé.

- Que cada uno exponga sus ideas y ya se decide.

- ¡Melbourne!- grité levantando la mano y todos me miraron serios.- ¿Qué?

- No vamos a ir a ver a Paulo, Tania.

- Jo.

- Yo voto por Rosario.

- Tampoco a la familia de Leo, Bianca.

- Jo.

- Alguna playa.

- Hace frío.

- Cerca de las playas no tanto como aquí.

- Míralo, el meteorólogo Marco.- todos reímos por lo que dijo Ariadna mientras entraba.- Aún así, yo voto por playa también.

Promesas rotas (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora