Capítulo 42

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- ¿Estás ya?

- Sí, estoy llegando, te dejo.

- Vale, nos vemos ahora.

Terminé la llamada y dejé el móvil en la mesa, sentándome a continuación en el sofá junto a los demás y mirando a Zoe, que llevaba un vestido blanco y un cintillo del mismo color. No paré de hacerme fotos con los presentes mientras esperaba la llegada de Paulo a la casa para llevarme a la fiesta junto a Pol y Ariadna, que estaban decididos a venir con nosotros. Al fin tocaron a la puerta y aunque esté de siete meses me levanté la primera y fui a abrir.

- Feliz Navidad.

- Feliz Navidad a ti también, pequeña.- me sonrió, pasó sus brazos por mi cintura y yo los míos por su cuello y nos besamos como celebración.- ¿Preparada?

- Sí, te ves elegantemente sexy.

- Y vos elegantemente deseable.

Reí y miré a Ariadna, se levantó y agarró de la mano a Pol, levantándolo y yendo hacia el auto de Paulo. Le sonreí y le di la mano, me despedí de los demás y salimos de la casa cerrando la puerta a nuestras espaldas. Paulo me ayudó a entrar en el auto y luego entró él, arrancó y fuimos a donde estaba la fiesta.

- Llegamos.- dijo después de un tiempo, miré para atrás y le sonreí a la pareja.

Paulo salió y me ayudó a mi después, me dio la mano y fuimos los cuatro juntos a dentro de la gran casa. Paulo saludó a las personas que estaban en la entrada y después me llevó lejos de Pol y Ariadna, acercándome a mis argentino preferidos.

- ¡Leo!

- ¡Tania!- soltó la mano de Anto para abrazarme y luego se separó.- Estás muchísimo más gorda que antes.

- Gracias, anda que si no estoy embarazada...- reí y miré a Anto, que abrió sus brazos y la abracé.- Cuanto os eché de menos.

- ¿Así?- dijo Leo mientras se separaba de su abrazo amigable con Paulo.

- Sí, a vosotros y a estos pequeñajos.- me agaché como pude con la barriga y el vestido y abrí mis brazos.- ¡Thiago, Mateo!

- ¡Tía guay y sexy!

Thiago vino corriendo hacia mí con una camiseta de botones blanca y pantalones elegantes, el niño más elegante de la fiesta. Detrás de él venía su hermano pequeño que se unió al abrazo. Volví ponerme bien, aunque agarrada de la mano con Thiago.

- ¿Higuain está acá?

- Estoy acá.- me giré y le abracé.- Cuanto tiempo.

- Desde Italia.

Sonreí y empecé una conversación con ellos. Después me llevé a los hijos de Leo al jardín, ya que la música estaba muy alta y estábamos en el momento estelar de las fiestas. Me senté en un pequeño banco de metal y miré a Thiago jugar con su hermano, ya que vio que yo no podía hacerlo de la misma manera que antes.

- Hola.

- ¿Tú otra vez?- le miré y sonreí mientras se sentaba.- Me persigues, seguro que sí.

- Puede.- reímos y miramos a los niños.- ¿Son tuyos?

- ¿Qué? No, son de Leo Messi.

- Vale con la indirecta.

- Es verdad, son de Messi y yo los estoy cuidando.

- ¿Cuidas a los hijos del mejor jugador del mundo?

- Sí, porque sus padres son mis amigos y están en esta fiesta.

- ¿En serio?

- Sí, conozco también a otros jugadores, como Cristiano Ronaldo, Dani Alves, Higuain, etc.

- Vaya, estas en ese mundillo por lo que se ve.

- Antoine, mi novio es Paulo Dybala, el jugador de la Juventus y también de la selección de Argentina.

- ¿Qué? ¿En serio?

- Sí.- reí al verle tan confundido.- ¿No ves las noticias o sus redes sociales?

- Sí, pero no presto toda la atención en los comentarios, soy más de mirar las fotos unos segundos.

- Vaya...- reímos esta vez los dos- ¿Qué haces aquí?

- Fiesta de Navidad, a mi familia no le importó que la celebrara aquí y bueno, aquí me tienes.- reímos levemente.- ¿Y tú?

- Vine con Paulo y dos amigos más después de cenar con mi familia.

- ¿Cuánto falta para conocer a los hijos de Dybala?

- Dos meses, si todo va bien y no nacen antes.

- Esperemos que no.

Le sonreí y nos quedamos en silencio viendo a Thiago y Mateo. Después de un tiempo tan cómodos se despidió de mí y se fue. Así que decidí volver con Thiago y Mateo y me levanté del banco, encontrándome con Paulo y su rostro de enfadado y confundido.

- ¿Quién era ese?

- Ese era Antoine, el chico de la gasolinera y de la que soy amiga.- le sonreí y le miré con los ojos entrecerrados.- ¿Estás celoso?

- Como no estarlo, si te comía con la mirada.

- Ya claro.

- Tania, no quiero que lo veas otra vez.

- No eres quién para prohibirme cosas.

- Soy tu novio.

- Ya y eso no te da derecho.

- Soy el padre de tus hijos.

- Tampoco te da derecho.- le miré ahora un poco más enfadada- ¿Te pasa algo?

- Solo que no quiero que me engañes.

- ¿No confías en mí?

- Claro que lo hago, pero si Marcos intentó algo contigo, ¿Por qué los demás no pueden?

- ¿Sigues con lo de Marcos?- resoplé.- No pasó nada y aunque alguien quiera ser algo más conmigo, yo no querré porque te quiero a ti, ¿Entendés?

- ¿Tenés alguna prueba de ello?- se cruzó de brazos con su rostro más serio que nunca y yo más enfada que en toda nuestra historia juntos.

- Sos un celoso de mierda, si me venís a hablar para decirme esto, quédate con los demás.

- Tania...

- Yo también puedo estar celosa de vos, pero no lo estoy porque confío en ti, creí en tu historia de la final de Cardiff pero vos, vos no podés creer la mía con Marcos.

- La creo pero sos...

- ¿Qué?

- También sos guapa para los demás chicos, ¿Entendés? Y yo sólo quiero que me mires a mí.

- También puedo mirar a otros chicos, tenés que entender eso.- ahora los dos estábamos enfadados.- Aunque no sentiría lo mismo que contigo, pero veo que no te importa.

- ¡Tania espera!

Bufé y negué con la cabeza mientras agarraba la mano de Thiago, que le dio la suya a Mateo y nos fuimos adentro con Paulo detrás nuestra, pero conseguí perdernos entre la gente. Levanté a Mateo del suelo y agarré fuerte a Thiago para que no se perdieran ninguno de los dos, entonces vi a lo lejos a Anto y en las escaleras a Pol y Ariadna.

- Toma, te los dejo.

- ¿Y Paulo? ¿No está con vos?

- No y mejor que no lo esté.

- ¿Qué pasa?

- Que es un celoso protector.

- Tania, tranquilízate.

- No puedo si no confía en mí en este punto de nuestra relación.

Me miró preocupada, rodé mis ojos y fui junto con Pol y Ariadna, no me quería ir de la fiesta por una parte, vine a pasármelo bien, pero lo de Paulo me amargó bastante la noche y solo tenía ganas de volver a casa y quedarme con mi familia.

Promesas rotas (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora