Promesas rotas (Paulo Dybala)

Capítulo 23

- No te puedo querer más.- volvió a besarme y sonrió entre medias.- De verdad, jamás podré agradecerle lo suficiente a Dios tenerte aquí, conmigo y embarazada de mellizos.

- Pensé que no te gustaría.

- ¿Cómo no me va a gustar?- sonrió y me volvió a besar.- Eres fuente de grandes noticias, Tania.

- Gracias, creo.

Los dos reímos y nos abrazamos. Él me levantó del suelo y me llevó de nuevo a la cama, tumbándome a su lado y durmiendo los dos juntos. Me desperté sin él a mi lado, así que me levanté de la cama y fui en su búsqueda.

- Y no quiero que digan nada, así que esconder vuestra emoción porque le prometí que no diría nada.

- ¿Esconder el qué?

- ¡Me vas a dar dos nietos!- Alicia sonrió y yo miré a Paulo, que sonrió inocentemente mientras su familia venía a abrazarme y a felicitarnos de nuevo.

- Si ya sabía yo que Paulo...

- ¡Mariano!- reímos al oír a su madre regañarle.- ¿Cuándo tenéis la próxima ecografía? ¿Desde cuándo lo sabías?

- Lo sabía desde el principio, pero no dije nada a nadie y la próxima ecografía es cuando se cumpla el tercer mes, para ver si todo va bien.

- A ver si Paulo no se escapa.

- Espero que no tenga que hacerlo.- me sonrió y se acercó a mí, pasó su brazo alrededor de mis hombros y me miró.- La selección puede esperar unos días más.

- Bien dicho.

Todo fuimos al salón y nos quedamos hablando un largo tiempo, ahora podía dar más información sobre el embarazo que antes. Después, Paulo y decidimos salir a dar una vuelta de nuevo. Me subí a su espalda y estuvimos así mientras contábamos cosas graciosas hasta que entramos en un bar.

- Entonces, si son mellizos pueden ser uno chica y otro chico.

- Exacto y también del mismo género.

- Pero no son iguales.

- Eso son los gemelos.

- Y...

- ¿Sos Paulo Dybala? ¡Claro que lo sos! ¿Me podés firmar un autógrafo?

- Claro.

Paulo sonrió y le dio un autógrafo a un par de fans que se acercaron a nosotros, uno de ellos me miraba sonriendo, daba bastante miedo. Se despidieron y se fueron, entonces me reí.

- ¿Qué pasa?

- Uno de ellos me miraba con cara de saber que somos novios.

- Dale, pues que lo digan.

- Aún no, Paulo.

- ¿Por qué? Esperas mellizos míos y estamos bien, podría decirlo ahora mismo.

- Deja que pase un tiempo, ¿Vale? Antes no era tan famosa, ahora cada vez que subo una foto allí están tus fans para comentar y dar me gusta.

- Ni que te quejaras.

Los dos reímos y seguimos conversando. La noche cayó y salimos del bar para caminar de vuelta a la casa y como ya habíamos cenado nos iríamos directamente a la cama. Llegamos, saludamos a Alicia que seguía despierta y nos fuimos a la habitación, nos duchamos y cambiamos y nos acostamos abrazados el uno al otro.

- ¿Cómo les llamaremos?

- ¿Qué?

- ¿Cómo se llamaran?

- Es difícil decirlo ahora.

- No es tanto, supongamos que son dos chicas, ¿Cómo las llamamos?

- Como su madre.

- Que original.

- Era broma, era broma.

- ¿Qué te parece si un bebé tiene nombre argentino y otro catalán?

- Buena idea.

- Vale, pues un nombre argentino de chica... ¿Antonella?

- Te gustan las Antonellas.

- No, pero el nombre es bonito.

- ¿Y Ana? ¿Sara?

- Sara está bien.

- Vale, ahora catalanes.

- No me sé ninguno, sólo Tania y creo que es el más bonito.

- Empalagoso.- los dos reímos sin hacer mucho ruido.- Cristina, a mi me gusta Cristina.

- ¿No te sabes más?

- Mmm...Zoe y Llum.

- Vale, Cristina.- reí levemente.- Ahora son dos chicos.

- Nombre catalán...me gusta Bruno y Roc.

- ¿Roc?

- Me parece bonito.

- A ver, pensemos. Sara Dybala queda bien, Cristina Dybala más o menos.- le di un golpe flojo.- Perdón. Bruno Dybala también queda bien y Roc Dybala...queda raro.

- Es un nombre catalán, Bruno es más nacional aunque es de origen catalán.

- Yo solo me sé Marc y Gerard.

- Ahora argentinos.

- Pues...Adolfo como mi padre, Matías como el tuyo, también Nicolás y no me sé muchos más que me gusten.

- Vale, me parecen buenos.

- A mi también.

- Es muy pronto para decir uno exacto, así que vamos a dormir ya, anda.

- La embarazada tiene que descansar, como mande la sargenta.

Sonreí y me fui durmiendo poco a poco mientras que él acariciaba lentamente mi pelo y a veces hacia circulitos en mi hombro.