Capítulo 50(Final)

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- ¡Gol!

Levanté mis manos, miré a Bruno gritar y saltar agarrado de la mano de su hermana para que no se caigan. Sonreí y los levanté como pude, dando pequeños saltos y celebrando el gol de su padre. Paulo se acercó a la grada bianconera, dónde estábamos nosotros, hizo su celebración y después nos mandó un beso a nosotros y otro al cielo para su padre.

Miré yo también al cielo sonriendo y viendo las estrellas que lo adornaban. Sentí la manos de mi hermano detrás de mí, al girarme me sonrió y dio un beso en la cabeza. Bianca también gritó al ver el gol y levantó a Zoe del suelo, celebrándolo. Ariadna, que estaba prometida con Pol, se besó con él y Marc y Nicolás hicieron lo mismo.

Quien lo iba decir, de nuevo en una final de la Champions y esta vez ganando cuando solo quedaban minutos para que el árbitro diera por finalizado el partido. Mis hijos y yo cantamos el nombre de su padre durante todos los minutos que faltaron, hasta que al final cantamos el himno de la Juventus con la afición y entonces, llegó el final y todos lo celebramos como nunca.

La Juventus entera salió al centro del campo a celebrarlo a lo grande mientras nosotros buscábamos una salida para bajar con ellos. Poco a poco, colocaron el altar donde les daban las medallas y poco después la copa, pero antes de que esto pasara conseguimos bajar.

- ¡Paulo!

- ¡Tania!- esquivó a la gente hasta llegar a nosotros.- ¡Venid acá!

- ¡Papá!

Solté a Bruno y Diana, que fueron corriendo a por su padre. Se abrazaron y se dieron besos como celebración, después los bajó al suelo y estos empezaron a correr por el campo con su prima Zoe. Me acerqué entonces a él, sonriéndonos.

- Felicidades, te lo mereces.

- Vos te lo merece, te lo dedico todo a ti, pequeñaja.

Le sonreí y se acercó todo lo que quise. Pasó sus brazos por mi cintura, yo los míos por su cuello y juntamos nuestros labios eufóricos por la final ganada. No nos separamos hasta que nos quedamos sin aire y hasta que Thiago tosió.

- Rompe royos.

- Sorry.- él sonrió y se abrazó a Paulo.- Felicidades, Dybala.

- Gracias.

Todos le felicitaron, después fuimos los dos juntos a por Bruno y Diana y de paso le trajimos a Bianca y Thiago a Zoe. Estuvimos un rato juntos hasta que le llamaron para subir al podio. Allí le pusieron las medallas y se colocaron poco a poco a que le dieran la copa, Buffon se colocó en frente de ellos pero sin taparlos y agarró la copa. Todos miramos como él la levantaba y Paulo gritó más feliz que al darse cuenta que lo había conseguido.

Cada uno de los jugadores levantaban la copa y claramente, gritamos más cuando Paulo la levantó y nos la dedicó señalándonos. Después bajó y saludó a su madre, hermanos y amigos que también habían venido, yo hice lo mismo y por supuesto mis hijos también, los cuales fueron secuestrados por sus abuelas.

Me subí a la espalda de Paulo como celebración y él empezó a correr por todo el campo, no sé de dónde sacó tanta fuerza como para después de una final poder celebrarlo así. Le di un beso en el cuello y me bajó con cuidado, me dio la mano y volvimos con los demás.

- Mirá, esto lo ganó vuestro papá.

Les enseñé la medalla a ellos dos y se la di a Diana. Entonces Paulo apareció con la copa y se hizo una foto con su madre, sus hermanos y sus amigos y después, cuando pudo, fue a por su familia.

- Dale, una foto.

- ¿Ahora? Pero si no estoy...

- Estás hermosa, como siempre.- me guiñó el ojo.- Bruno, mirá que tengo.

- ¡Ala!

Reí al verle tan emocionado. Dejó la copa en el suelo y Bruno se sentó a su lado, abrazándola y Diana se sentó al otro lado, sin parar de tocar la medalla. Paulo y yo nos agachamos y nos hicieron la foto.

- ¡Eh! ¡Me toca!

- Cállate, Higuain.- el abracé.- Miren quién está acá.

- ¡Higuain!

Bruno y Diana le abrazaron, él los saludó y después se llevó la copa para hacerse ahora él las fotos. Estuvimos celebrándolo en Madrid toda la tarde noche hasta que se tenían que ir al avión con la copa para llevarla a Juventus Stadium y celebrarlo con los fans. Nosotros fuimos en otro avión, donde iban todos los amigos y familiares de los jugadores.

El avión aterrizó y llevé a Bruno dormido en mis brazos, Diana iban en los de Alicia y un autobús nos llevó hasta el estadio de fútbol. Entramos sin problemas, no como el de ellos que al ser futbolistas querían verles y que les firmaran autógrafos. Salimos del autobús y nos sentamos cerca de donde iba a ser la celebración.

Todo era mágico, fueron diciendo el nombre de los futbolistas mientras salían cohetes y sonaba la música más alta. Una vez que estaban todos arriba, levantaron la copa y sonó el himno de la Juventus, entonces bajamos de nuevo al césped para estar con Paulo y los fans. Bruno se fue a jugar a fútbol con los demás en cuanto se despertó y saludó a su padre, Diana en cambio se quedó con Paulo y no lo soltó, me recordaba tanto a mí con mi padre...

- ¿Estás bien?

- ¿Qué?

- ¿Qué si estás bien?

- Sí, sí...solo recordaba.

- Tu padre estaría orgulloso de ti, lo sabes.

- Lo sé y el tuyo de ti.- le sonreí y me dio un beso en la frente.- Te amo.

- Yo también te amo y por eso...

- ¿Por eso qué?- me dio a Diana y le miré confundida.- ¿Qué pasa?

- Mirá, Tania, he esperado a esta final para darlo todo, para decirte lo que llevo deseando tanto tiempo. Llevamos mucho tiempo juntos y mucho vivido. Y aunque suene raro, me alegro tanto de casi atropellarte ese día.- reí y él me dio su mano.- De verdad, me alegras tanto... Cuando nos peleamos no me perdoné jamás haberte hecho eso y aún casi ni me lo perdono. Cuando me contaste que iba a ser padre supe que empezaba algo nuevo, que empezaba a vivir de verdad. Cuando me dijiste por primera vez que me querías, que me amabas de verdad supe que no había vuelta atrás, que me había enamorado de vos y que sos la mujer más importante en mi vida ahora mismo y por eso, Tania, por eso y por todo lo bueno y malo que hemos pasado te quería preguntar algo.- sonreí esperando la pregunta entusiasmada.- ¿Querés pasar el resto de tu vida con este tarado?

- Claro que quiero pasar el resto de mi vida con este tarado del que estoy enamorada.

Puso el anillo en mi dedo. Todo el mundo aplaudía y tiré de él para levantarlo y poder besarlo como he querido hacerlo desde que lo conocí, desde que vi esos hermosos ojos que no me quitaban la vista de encima, desde que le escuché, desde que todo se desmoronó con la muerte de mi padre y él supo cuidarme y quererme como necesitaba.

Porque sí, me había enamorado del que odié en su momento, del que me rompía el corazón una y otra vez, del que casi me atropella, del padre de mis hijos. Me había enamorado de Paulo Dybala.

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Espero que os haya gustado, de eso se trata. Fue un placer escribir esta historia dirigida hacia todos vosotros y me gratifica bastante (aunque no suela contestar, perdón por eso😅) todos los comentarios que hacéis tanto en esta como en otras novelas, de verdad, me alegráis el día y me dais más ganas para escribir cosas como estas.

Y ahora, ha llegado el momento de decirle adiós a Tania, a Thiago, Bianca, Ariadna, etc. Hasta siempre y recordad, la pelota siempre al 10⚽️.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2017 ⏰

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Promesas rotas (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora