- ¿Te gusta?
- Claro que me gusta, me encantaría ir contigo a la playa aunque no es que haga mucho calor.
- Bueno, la temperatura al lado del mar cambia y yo te puedo dar todo el calor que quieras.- reí y me agarró suavemente de la cintura.- ¿O me equivoco?
- No y creo que yo tampoco al decir que yo también te podré dar el calor que quieras.
Sonrió y me besó, aunque se separó al notar que mi hermano le había dado una colleja y la risa acompañada de Bianca.
- Es mi hermana, delante de mí no.
- Tú haces lo mismo con Bianca y es mi mejor amiga.
- Eso es verdad.
- No es lo mismo.
- Porque el rey Thiago no lo hace de esa forma, ¿No?
- Exacto.
- Vale, paren que ya veo una pelea de hermanos.
- Paulo también dice la verdad.
- Vale, ya, yo gano y tú no.
- ¿Así? Pues te la devuelvo.
- ¡Oye!- se quejó por la colleja que le di y Paulo y Bianca rieron.- Al final te doy a ti.
- Venga.
- Chicos, paren de hacer tonterías.
Mi padre apareció por la puerta con la mano en el costado y cara de agotado. Sin decir más se fue al salón y sin ni siquiera limpiarse el sudor y la suciedad se tiró al sofá.
- ¿Estás bien?
- Cansado, hija, cansado.
- Viejo, ya te dije que no estás para estos trotes.
- Hijo, cállate.
Reí y mi hermano se fue a la cocina y yo junto a él. Parecía enfadado, tal vez algo cansado. Intenté no mirarlo, pero se me hacía imposible.
- ¿Me vas a hablar ya o me vas a seguir mirando?
- Te sigo mirando.- sonreí y le toqué el hombro, acariciándolo.- ¿Pasa algo?
- ¿No notas que nuestro viejo está más cansado?
- El trabajo y la edad, Thiago.
- Lo sé y debería dejarlo y descansar.
- Thiago...
- Al final pasará algo, Tania y es nuestro viejo, hay que cuidarlo.
- Thiago, él es mayor y ya sabes que desde pequeño ha estado trabajando, quitarle el trabajo es como quitarle el fútbol a Paulo o a ti el periodismo. Entiéndelo, Thiago, de alguna forma arreglar autos es su vida.
- Pues vaya vida.- suspiró y miró hacia abajo.- ¿No deberíamos hacer algo?
- Ayudarle, solo eso, porque no creo que lo deje.
- Está bien.
Le sonreí y volví con los demás. No había sitio para mi, mi padre ocupaba todo el sofá, Paulo estaba en un sillón y Bianca en otro, los dos con los móviles en la mano y mi padre dormido. Fui donde Paulo y le quité el móvil, él me miró confundido pero sonrió al ver que me sentaba en sus piernas y guardaba el móvil.
- Creo que soy más guapa que un celular, ¿No?
- Muchísimo más inteligente, también.- me sonrió aún más y miró los labios.- Eres mi celular preferido.
- ¿Tu celular preferido?
- Claro.- miró mis ojos y otra vez mis labios empezando a susurrar.- Me encanta acariciar la pantalla.- acarició mi vientre y luego mi rostro suavemente.- Estar guapo para las fotos.- me guiñó el ojo y reí levemente.- Y por supuesto teclear.- sonreí y por fin dio un beso de nuevo interrumpido.
- Iros a un hotel, por favor.
- Cállate.
- Ya estoy yo aquí, mi amor.
Thiago apareció y Bianca se sentó en sus piernas. Al final, poco a poco y entre besos me dormí acurrucada, de una manera incómoda, en Paulo.
Sentí como alguien daba cortos besos en mis labios, mis mejillas y mi cuello. Fui abriendo poco a poco los ojos hasta ver a Paulo sonreírme.
- Hay que hacer las maletas si te quieres ir mañana conmigo.
- ¿No puedo seguir durmiendo?- cerré los ojos de nuevo.
- No, ya descansarás luego, porque cuando estemos solos en la playa no creo que descanses mucho.
Abrí mis ojos de nuevo y le vi, sonriéndome con una sonrisa divertida, aguantándose la risa. Me guiñó el ojo y cerré de nuevo los ojos, entonces, sonriendo agarré un cojín y se lo estampé en la cara, haciéndole reír.
- Eres un guarro.
- Pero me quieres.
- Como no quererte.- pellizque sus mejillas.- Si eres lo más bonito del mundo.
- Vale, vale, no hacía falta pellizcar.- reí al ver como se frotaba dolorido la cara.
- Me voy a hacer las maletas.
- Te acompaño.
Me levanté y él hizo lo mismo agarrando mi mano. Fuimos juntos hasta la habitación mía que compartía con él y saqué sus maletas y las mías y empecé a colocar mi ropa y él la suya. Terminé y cerré la maleta, la fui a poner a los pies de la cama cuando sentí unas manos en mi cintura abrazándome.
- ¿Ya terminaste?
- Sí, ¿Por...?
No pude terminar la frase porque ya me había dado la vuelta, me tenía en frente suya y con sus labios sobre los míos. Se movían con lentitud pero con ganas de que nos caigamos en la cama y eso hicimos.
Fue pasando sus manos por todo mi cuerpo y yo acariciaba su pelo, su espalda y pecho y abdominales. Él se quitó la camiseta y yo iba a hacer lo mismo con la mía cuando la puerta se abrió y apareció mi padre adormilado.
- Oh por dios, tapaos un poco.
- ¡Papá!- quité a Paulo de mi lado y le sonreí.- ¿No estabas dormido?
- Sí, cariño, lo estaba. Pero tu madre ya ha llegado y vamos a comer, por favor, Paulo, ponte algo.
- Ya...vamos.
Sonreí aún más nerviosa, mi padre bufó y volvió a cerrar la puerta. Miré a Paulo que me sonreía divertido y nos empezamos a reír.
- No tiene gracia.
La puerta se abrió, apareció él, que dijo eso, y se volvió a cerrar haciéndonos reír aún más. Le tiré la camiseta a Paulo y me levanté de la cama, le di la mano y nos fuimos los dos con los demás.
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Promesas rotas (Paulo Dybala)
Fanfiction(ATENCIÓN: 2ª temporada de Clarity (Paulo Dybala), leer antes que esta.) Todo ha cambiado, de vuelta a la realidad, de vuelta a vivir sin él. Me he pasado todas las semanas después de decirle adiós llorando en los brazos de cada uno de mis amigos y...