Capítulo 32

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- ¡Pol!

- ¡Tania!

Sonreí y le abracé con fuerza, a nosotros se nos unió Marc y Ariadna. Empezamos a gritar y saltar, por fin en Cataluña después de las vacaciones en Argentina.

- Os he echado tanto de menos...

- Anda que nosotros.

- ¡La nostra argentina! (¡Nuestra argentina!)

- Trovaba a faltar sentir i parlar catalá.- sonreí y les volví a abrazar. (Echaba de menos oír y hablar catalán)

- Estàs més grossa.- dijo Marc mirándome la barriga. (Estás más gorda)

- Gràcies. (Gracias)

- Anem, tinc el cotxe fora. (Vamos, tengo el coche fuera.)

Salimos del aeropuerto y Marc metió mis maletas en el maletero del coche, después, entramos los cuatro dentro. Yo iba junto a Marc detrás, cantando las canciones de reggaetón que ponían en la emisora Cuarenta.

- Arribem. (Llegamos)

Salí del coche y fui con ellos hasta la puerta de mi casa, busqué la llave y abrí la puerta. Respiré profundamente, millones de recuerdos chocaron contra mí, hacía cuatro meses que no venía a esta casa. Cogí el trasportín y solté a Lleò, que salió corriendo hacia cualquier rincón de la casa.

Pol llevó mis maletas, con ayuda de Marc, a mi habitación y Ariadna se quedó conmigo en la cocina haciendo la lista de la compra, sí, recién había llegado y ya había que empezar con los recados.

- Ja està, això era el que faltava. (Ya está, eso era lo que faltaba.)

- ¿El què?

- La llet.- le sonreí a Pol.- Aniré a comprar. (La leche. Iré a comprar)

- ¿Ahora?- Marc apareció y negó con la cabeza.- Ahora descansas.

- No tengo sueño.

- Lo tendrás cuando te acuestes.

- Sino las crías, venga.- Ariadna me agarró suavemente del brazo y me llevó hasta la habitación.- Duerme, no nos moveremos de aquí.

- ¿Habéis hablado con Arnau?

- Sí, trabajas.

- ¡Sí!- levanté mis brazos.

- Y le tienes que dar noticias sobre su hija y su nieto o nieta de cinco meses.

- Lo haré.

Ella me sonrió dulcemente y cerró la puerta, sonreí y me tumbé en la cama con el móvil en mi pecho y mirando al techo. Mis maletas estaban cerradas al lado del armario y todo estaba tal y como lo dejé. Me acerqué al escritorio y miré los libros con polvo que había, fui a ver los cajones y me encontré con aquella bufanda y camiseta que tanto eché de menos, la bufanda de la Juventus y la camiseta del Real Madrid.

También vi las fotos que había colgadas en la pared, unas cuanta con Pol, la mayoría con Bianca, otras con Ariadna, las tres juntas, otras con Marc, con los chicos y por supuesto, con Paulo. Entonces, recibí una llamada que tanto esperaba.

- ¡Paulo!

- ¡Tania! ¿Qué tal tu vuelta a Barcelona?

- Tan familiar como siempre.- sonreí.- ¿Y tú por tu Italia?

- Llena de fútbol, como siempre.

- ¿Qué tal todos?

- Bien, pero se me hace extraño no ver por acá a Alves.

- Normal, llegó a ser tu amigo.

- Al menos está el pipa Higuain.

- ¡Ese soy yo!

- ¡Hola, Higuain!

- ¡Hola, Tania!

- Bueno, dejá a mi novia.

- Vale, vale, la dejo.- le escuché de fondo hacer que lloraba y me empecé a reír.

- ¿Qué tal los chicos?

- Bien, atentos de mí.

- Así me gusta, ¿Cuándo empezás a trabajar?

- Mañana, le tengo que enseñar a Arnau todas las ecografías que tenga de Bianca.

- Yo empiezo mañana también.

- A ver si volvés a jugar acá.

- O si no viajas a Italia.

- O vos acá.

- También.- sonreí suponiendo que él también lo hacía.- Me tengo que ir, Higuain no para de hacer cosas en la cocina y me da miedo que al final salgamos ardiendo.

- Entonces ve.

- Chao Tania, te quiero.

- Yo también te quiero, chao.

Terminé la llamada y me volví a tumbar en la cama boca arriba, sonriendo como una tonta y tocando mi pequeña barriga abultada. Poco a poco fui durmiendo todo lo que no había dormido en el avión por nervios al volver a mi país de origen.

Desperté al escuchar la música en el piso de abajo a todo volumen y a Ariadna mandando a Marc bajarla. Me levanté y fui andando hasta donde estaban ellos, encontrándome más gente de la esperaba, decoraciones, comida y bebida, sobretodo bebida.

- ¡Ariadna!

- Te dije que bajaras la voz, así no se puede hacer fiestas sorpresas.- le dio una colleja a Marc y me sonrió.- Hola Tania, bienvenida a tu fiesta sorpresa.

- Ya decía yo que era raro venir y que no haya fiestas.

- Nos conoce demasiado bien.- Marc miró a Ariadna.- Hemos traído a los del trabajo y otras personas, son pocas pero da igual.

- No importa, parece bastante llena de gente.- miré a mi alrededor y luego a ellos.- ¿Hay sin?

- Claro, ¡Pol, bebida para embarazadas!

- ¡Marchando!- apareció con un vaso con dos hielos y una botella de Coca- Cola.- ¡Aquí está la bebida para embarazadas!

- Gracias.- le sonreí y me dio el vaso lleno.

- ¡A bailar se ha dicho, haz que se mueva ese pequeñajo que tienes ahí!

Reí y fui a bailar junto con Ariadna. Terminé de bailar un par de canciones y fui junto con Marc a hacernos fotos y después con Pol, el encargado de las bebidas, al final fui con las demás personas para terminar la fiesta junto mis catalanes favoritos, bailando y haciendo tonterías.

Promesas rotas (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora