De Cero

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VANESA

-Entonces, estas saliendo con alguien?

Ricardo preguntó mientras le servía otro whisky.

-No realmente, ella es mi secretaria y solo fue un almuerzo.
-Sales con tu secretaria?
-Ya te dije que solo fue un almuerzo.- Me encogí de hombros y nos miramos. Sentí que quería decirme algo pero nada salió de su boca.
-Ella parece una buena joven- Habló de repente y asentí recordando a Michelle.
-Lo es, no la conozco mucho pero en lo que he visto parece ser una buena persona, además tiene una hija preciosa.

Dejó su vaso a un lado y me miro confundido.

-Una hija? - Asentí y lo vi levantarse para ir a la ventana y darme la espalda.-Eso cambia las cosas.
-A que te refieres?
-Hija, le tienes pánico al compromiso, por que salir con alguien que tiene una hija?
Rodé los ojos.
-Que no estoy saliendo con ella hombre. Solo me gusta y...
-Te gusta.- Él se dio la vuelta sorprendido y trague saliva.
-Sí, me gusta, me atrae y quisiera intentar algo con ella.- Hable decidida y lo vi acercarse.

-Tu madre tenía razón, algo ha cambiado en ti.
-Y eso es bueno o malo?

Yo tenía miedo de su respuesta. Por años había sido una perra egoísta y orgullosa, pero la vida me había obligado a serlo y era por eso que entendía su preocupación.

-No lo sé. No quiero que cambies solo por llamar la atención de alguien.
-No lo hago.- Me defendí y él suspiro.
-No quiero verte sufrir hija.- Mi cuerpo se tensó y apreté el vaso.
-El sufrimiento es parte de la vida. De no ser así no estaría aquí

Nos quedamos mirando por algunos segundos y vi en su mirada, la misma mirada de cuando nos vimos por primera vez.

-No sé qué hubiera sido de mi vida sin ti.- El habló con su voz a punto de romperse y cerré los ojos para mantenerme fuerte.
-Eso debería decirlo yo.
-Te amo tanto hija.- Si seguía así no podría resistir.
-Lo sé - Pero la verdad no lo sabía. No sabía cómo amar, no entendía que era el amor, mi corazón no estaba programado para amar. Lo vi acercarse vacilante y agaché la mirada, suspiro y se alejó.

-Me tengo que ir. - Asentí y salimos de la sala de juntas, fuimos al elevador y esperamos que las puertas se abrieran.
-Mañana es el cumpleaños de tu tía Isabela, está bien si paso por ti?
-Sí, me parece perfecto..- Las puertas se abrieron y de ellas salió una mujer joven con un ramo de flores, cruzamos miradas por un momento antes de que ella caminara fuera del ascensor. Me despedí y me di la vuelta para ir a mi oficina. Pero me detuve en seco al ver la imagen frente a mí.

La mujer que había salido del ascensor segundos atrás llegó al lugar de trabajo de mi secretaria y pude ver la sorpresa en sus ojos, pero antes de que pudiera dar un paso más, amabas mujeres se fundieron en un beso y sentí algo apretar mi pecho. Si no éramos nada, ¿porque esa imagen me dolía como la mierda? Apreté los puños entrando a mi oficina y tratando de no mandar la puerta a la mierda.

Era por eso que no me atrevía a sentir algo más, y si eso era el amor, entonces no quería sentirlo jamás.
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Narrador X
Las dos mujeres se separaron cuando el teléfono sonó.

-Debo trabajar, gracias por las flores y la sorpresa.
-Está bien, pasare por ti para el almuerzo.- Michelle asintió y sintió los labios de Laura una vez más. Su mirada fue a la ventana donde se veía la imagen de la empresaria frente al gran ventanal que daba a la ciudad. Suspiro y se armó de valor para entrar a la oficina.

-Permiso. Vanesa yo...
-Es señora Ferrer para usted.- La empresaria habló cortante pero no se dio la vuelta.-Cancele mis compromisos y reuniones de hoy y mañana. No quiero visitas ni llamadas de nadie.
-Podemos hablar por favor?

Michelle suplico mientras se acercaba a ella.

-No hay nada de qué hablar. Puede retirarse- Michelle agacho la mirada y salió con lágrimas en los ojos. Allí estaba la misma mujer de la que todos hablaban, fría, grosera y dura.

Suspirando, la empresaria apretó los puños y respiro hondo.

-Te odio con todas las fuerzas de mi ser, te odio tanto que, si te vuelvo a ver, juro que voy a destruirte.

Vanesa habló una vez la puerta se había cerrado mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.
Pero la empresaria no se refería a Michelle, mucho menos a Laura.....

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora