Cara A Cara

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Narrador X
Michelle dejo el celular en la mesa enojada, Vanesa la sacaba de quicio, respiro hondo y en ese momento Robert entro a la cafetería, parecía asustado, y con justa razón, se sentía perdido.

-Hey, está todo bien? - Michelle se levantó para recibirlo y él sonrió tranquilo cuando la vio.
-Hola, siento haber llegado tarde, ya sabes, no conozco mucho.
-No te preocupes, te apetece un café o agua o algo?
-Mm, bueno la verdad no lo sé, que me aconsejas tú?- Ambos sonrieron y Michelle vio el brillo en los ojos de Robert y negó mentalmente.

-Podríamos empezar con un capuchino que es muy típico de esta zona.
-Claro, tu eres la que sabe.- Michelle aparto la mirada algo incómoda y llamo a mesero.

-Y dime Robert, hace cuánto llegaste?- Michelle preguntó tranquila sin despegar sus ojos de los ojos familiares de Robert.
-Bueno, llegue hace unos días. Es una ciudad enorme y muy hermosa.
-Lo se, y viniste solo?
-Sip, aunque bueno, tenía amigos acá y ellos me ayudaron para venir.

-Es la primera vez que sales de tu país?
-Sí, es la primera vez en todo, la primera vez en subir a un avión, en conocer gente nueva y por supuesto, es la primera vez que conozco a una mujer tan hermosa como tú.

Este hombre no pierde el tiempo, pensó Michelle, y ahora sabía que tal vez fue un error hacer todo eso para encontrarse con él, y si Vanesa se llegara a enterar todo sería un caos.
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-Mike. - Vanesa hablo mientras subía su auto y salía de su Penthouse.
-La señorita Michelle está en la cafetería Coffee Color.
-Está sola?
-Acompañada por un hombre.- La empresaria apretó el volante y aceleró.-No le agradará saber quien es.
-Quédate ahí, llego en un momento. -Tiró el celular y se concentró en conducir. Debía estar tranquila, por su salud y por el bien de ambas.

Cuando llegó a la cafetería aparcó sin cuidado y salió apurada viendo como Mike y sus hombres llegaban junto a ella.

-Quédate aquí, yo me encargo.

Habló seria y entró a la cafetería. Sus ojos buscaron a su novia y la encontró sonriendo con ese hombre mientras señalaba su café, apretó los puños y respiro hondo antes de empezar a caminar hacia ellos.

-Michelle. - Dijo casual y ella casi escupe su café, miro al hombre por unos segundos y regreso su mirada a Michelle.
-Vanesa...
-Muy ocupada?- Habló sarcástica mientras se cruzaba de brazos.
-No es lo que parece. - Michelle hablo nerviosa y se levantó quedando frente a su novia.

-No estoy diciendo nada. - Vanesa hablo tranquila y Michelle se preocupó, prefería verla enojada y gritando porque esa tranquilidad la asustaba.
-Estas bien? - Preguntó con desconfianza y la empresaria sonrió cosa que la preocupó más.
-Estoy bien, nos vamos? - Michelle miro a Robert quien no despegaba la mirada de la empresaria quien lo notó y lo miró fríamente.

-Quieres un autógrafo imbécil? - Robert frunció el ceño y miro a Michelle, Vanesa fingió no saber nada y por eso habló en inglés.
-Yo... Lo siento pero no entiendo.- Vanesa se burló y miro a Michelle.
-Pobre idiota, vámonos.
-No tienes por qué hablarle así - Vanesa intento tomar la mano de Michelle pero esta se soltó bruscamente.

-Nena, no pienso armar una escena, así que vámonos.
El "Nena" hizo que Michelle bajara sus barreras y sonriera como tonta.
-Pero estaba hablando con Robert.- Robert... Vanesa miro al hombre y entonces lo supo. Era su hermano, ya se lo habían dicho, pero quería estar segura.

-No me importa Michelle, te dije que no me gusta que hables con ese tipo, así que nos vamos.
-Que a ti no te agrade no es mi problema.- Michelle no quería sonar grosera pero la actitud de Vanesa no ayudaba.
-Michelle? ¿Está todo bien? - Robert habló preocupado y Vanesa rodó los ojos.

-Quieres callarte!?- Vanesa grito sin poderse contener ganando la atención de varias personas.
-Vanesa...- Michelle susurro a su lado y la tomo del brazo para impedir que se acercará a Robert. -Creo que es mejor que nos vayamos. 

Vanesa seguía mirando a Robert como si quisiera golpearlo, su respiración era agitada y sus puños estaban apretados, Michelle vio que la ignoraba y utilizó una muy buena táctica para ganar su atención y hacerla calmar.

Vanesa
Sentí las manos de Michelle en mi cara y me obligo a mirarla al tiempo que sus labios chocaban con los míos en un suave y tierno beso. El beso era inocente y segundos después nos separamos. Ella sonrió y yo hice lo mismo, miramos al hombre frente a nosotras quien estaba sorprendido.

-Ve afuera y sube al auto, llegare en un momento.- La mire y ella negó.
-Ni loca te voy a dejar aquí con él.
-No haré nada amor, lo prometo.- Hable tiernamente y caí en cuento de mis palabras. Le había dicho....?
-Como me dijiste? - Ella habló emocionada y me mordí el labio nerviosa, deje un beso rápido en sus labios y sonreí.
-Te dije amor, ahora ve al auto y espérame allá.- Ella aceptó aún en trance y cambie mi expresión cundo vi a Robert. Me acerqué a él y cuando estuve lo suficientemente cerca hablé en español.

-No se a que viniste a este país y tampoco me interesa saberlo, así que escúchame bien maldito bastardo. No quiero volver a verte cerca de ella o de mí, si te vuelvo a ver cerca te destruiré, no sabes con quien te has metido.

Nos miramos y me di la vuelta para salir, pero el habló.

-Vanesa... Perdón.- Reí sin gracia y me di la vuelta para mirarlo.

-No tienes mi perdón, y si vas a contarle todo a ellos, diles que Vanesa murió, y que no gasten tiempo buscándome, no me encontrarán.

-Le vas a hacer daño, mi padre te necesita, ven conmigo a Colombia, tenemos suficiente dinero para recuperar lo que no tuvimos cuando pequeños.

Realmente era un imbécil, ¿suficiente dinero? Lo que menos necesitaba era dinero.

-Aún no sabe quien soy verdad? - El negó. -Soy dueña de medio país, lo que menos necesito es dinero, así que lárgate de mi país y vuelve con los hijos de puta que te enviaron acá.

Lo mire por última vez y salí con el corazón a punto de salirse de mi pecho, tuve que sostenerme del auto y luego sentí los brazos fuertes de Mike sosteniéndome con cuidado impidiendo que cayera. Supongo que era un peso menos y ahora solo faltaba hablar con Michelle.

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora