Vanesa
Llegamos al centro comercial y nos quedamos en la entrada.-Y bien, aquí estamos.
Hable metiendo las manos a los bolsillos y Michelle me miro.
-Mamá, nosotras tenemos que comprar algunas cosas para llenar la alacena y nevera, quien iba a pensar que la empresaria más rica del país sería tan tacaña.
Solté una carcajada y la abracé negando.
-No soy tacaña, solo no me había dado cuenta que faltaban cosas.
-Si claro.
-Si cliri.Me burle y me fije en la mirada de Emma, una mirada cargada de "espero que sigas mis consejos" y asentí dándole a entender que lo haría.
-Puedo ir con la abuela?
-Claro que si bebé, y si quieres algo no dudes en pedirlo.Le guiñe y Michelle me dio un golpe. Reímos y cargue a Sofí para luego separarnos y entrar.
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Media hora después me encontraba manejando un estúpido coche del supermercado mientras hacía mala cara y Michelle empacaba todo tipo de cosas. Sofí jugaba con un sonajero e iba sentada en el carrito que yo empujaba.Me había ganado varias miradas curiosas y eso aumento mi vergüenza. Si años atrás me hubieran dicho que me verían conduciendo un coche en un súper mientras hacia las compras, de seguro me hubiera burlado, pero ahora, me veo en la situación y no sé si reír o llorar.
-Creo que es todo.
Miré el contenido del carro y fruncí el ceño.
-Pero... Son verduras solamente, ¿dónde están las golosinas?
Ella negó y camino.
-Nada de golosinas, quiero que coman saludable.
Abrí la boca y me detuve. Vanesa Ferrer comiendo verduras y una mierda. Eso sí que no.
-No pienso pagar nada de la porquería que llevas ahí.
Hable firme y ella saco del bolso una tarjeta de crédito que yo le había dado anteriormente. La puso frente a mí y se burló.
-No vas a pagar tú.
-Pero... Amor, los niños no comen estas cosas. -Levante una lata de espárragos e hice una mueca de asco. -Quien coño va a comer esta porquería?-Vanesa!
Me reprendió y levante los hombros.
-No pienso llenar la nevera con esto, voy a comprar otras cosas.
Devolví los tarros de verdura y deje el carro desocupado. Fui a la zona de golosinas y tomé todo tipo de gomas, dulces, chocolates, refrescos, palomitas de maíz, papas fritas, cereales, panqueques y otras cosas ricas.Satisfecha con el resultado me di la vuelta y miré a Michelle quien venía cruzada de brazos.
-Ahora si estas feliz?
Asentí emocionada y ella rodó los ojos.
-Te guste o no, las verduras también se irán a casa. Ahora muévete que nos faltan las frutas.
Reí como idiota y la abracé por detrás impidiendo que caminara.
-Lo que tú digas amor mío.
Deje un beso en su mejilla y seguimos caminando.
Michelle escogió todo tipo de frutas y las reviso detalladamente cuidando que no estuvieran estropeadas.
-Ahora si esta todo.
Mire la montaña de comida en el carro y asentí.
Levante mi mano y llame a Mike, le entregue el carro para que fuera a pagar y salimos del súper para ir a una tienda de aseo, compramos de todo un poco y sentí como si hubiera gastado una fortuna, no es que fuera tacaña, es solo que no estaba acostumbrada a este tipo de gastos, pase de comer en restaurantes a ver la nevera a punto de explorar con tanta comida. Antes vivía sola, ahora éramos cuatro y los gastos aumentaron, lo cual era raro, pero me repetía que no era malo, solo era cuestión de acostumbrarme.
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Quédate.
Science FictionVanesa Ferrer es una prestigiosa y exitosa empresaria. Para unos arrogante, prepotente y para otros es considerada una diosa. Esta rodeada de lujos, poder y sensualidad. Pero como toda persona,ella guarda secretos y un pasado oscuro y desgarrador qu...