Helado

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Iba cruzada de brazos y enojada. Vanesa había logrado comprar más de lo que acordamos. Según ella, Mike también quería darle un regalo a Sofí, al principio acepte, pero luego le pregunto a sus seis escoltas y todos dijeron que también querían darle algo. Quería darle una bofetada y borrar su sonrisa. Pero me contuve y la ignoré mientras caminábamos a la cafetería.

-Quieres ir con mami y darle muchos besitos? ella está enojada. - Habló con mi hija detrás mío y una sonrisa amenazo con salir de mi boca pero me contuve.-Ve con ella y haz que sonría, me gusta su sonrisa así que ve con ella.

No aguante más y me di la vuelta. Mala idea. Pensé cuando vi a mi hija de pie en el suelo y a la empresaria agachada detrás de ella mientras la sostenía para que no se cayera. Ella obviamente aun no caminaba pero verla ahí de pie mirándome me hizo bajar mis barreras y ponerme a su altura para abrazarla, mire a Vanesa y sus ojos verdes estaban más claros de lo normal, acaricio mi mejilla y se levantó.
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Vanesa
Ver esa hermosa imagen me asusto y decidí levantarme, respire varias veces y me di la vuelta para ver a Mike sonriendo con ternura, pero su sonrisa se borró al notar mi mirada.

-Ve con ellas a la cafetería, voy enseguida. - El asintió y se fue con ellas, no sin antes mandar a tres de sus hombres conmigo.

Busque el local de celulares y compre uno, le puse la Sim y lo encendí. Marque el número de Ricardo y lo llame.

-Diga.
-Hola, soy yo.- Por más que intentaba decir la palabra tan esperada no podía, no me sentía preparada, no aún.
-Hija, que tal? Todo está bien?
-Todo perfecto, no te preocupes.
-De donde llamas? Este no es tu número.
-Lo cambié, dile a Marcela por favor.
-Esta bien... Oye, ya que no me hiciste caso en lo que te dije, como te fue?

Sonreí ya que se refería a la carrera.

-Lo siento por eso, no volverá a pasar. Y bien, te dije que ganaría y lo hice.
-Estoy feliz por eso, y me quedo tranquilo de que estés bien. Que quería Jacob?
-Me alegra, y me gustaría hablar de eso en persona.
-Oh claro, tu madre esta organizando un almuerzo familiar espero que puedas ir.
-Claro.

-Perfecto, me tengo que ir, te veo mañana en la empresa.

-Está bien, te espero adiós. - Y como para empeorar la situación.
-Espera. Te amo.- Sentí que mi corazón era apretado y mi respiración era irregular.
-Lo se.- Termine la llamada y apreté el celular haciéndolo añicos, mierda y más mierda.

-Ahh señora el teléfono.

-Si si, ya se, deme otro.

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-Tarde mucho? - Me senté al lado de Michelle y pase un brazo por sus hombros.
-Un poco, pero está bien, quieres?  - Me alcanzo un poco de helado y lo probé, la verdad no era muy amante de estas cosas pero ni modo.
-Vainilla?
-Es coco. -Ella rió y la quede mirando, era perfecta, cada uno de sus rasgos me gustaba, desde su nariz, sus ojos, su cabello y sus provocativos labios, mis favoritos. Me acerque y los junte, no era nada profundo, era solo un movimiento inocente, de esos que te dejan con ganas de más. Saboree sus labios que tenían un poco de helado y me aleje jalando su labio inferior.

-Me gusta el sabor del coco en tu boca. - La vi sonrojarse y mire a Sofí quien jugaba con uno de los peluches que le compramos.

Nos quedamos un rato más ahí disfrutando de la compañía de la otra, hablamos de algunas cosas triviales pero que eran importantes para el desarrollo de nuestra.... ¿Relación? No sé en qué punto estábamos pero me sentía bien con lo que sea que tuviéramos y ella me hizo saber que se sentía bien también, lo cual era importante.
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El día paso volando y ya era hora del almuerzo, volvimos al Penthouse ya que Sofí se veía cansada, pero primero pasamos a dejar las compras en casa de Michelle y a sacar algunas cosas de la bebé, algo como pañales, biberón, ropa y algunas cosas de aseo. Cuando llegamos ella se fue a mi habitación a cambiar a Sofí y yo fui a la cocina.

-Hola.
-Hola, les fue bien?
-Sip, Michelle se quedara a almorzar, y por favor prepara algo para la bebé también.

-Enseguida.

Camine a la habitación y cuando entre Michelle buscaba algo en la maleta mientras que Sofí estaba boca arriba jugando con sus pies, y debo decir, estaba desnuda. Sonreí y me acerque a ellas
-Necesitas algo? - Michelle salto un poco y me miro.
-Me asustaste.
-Lo siento. Entonces...?
-Oh si, puedes por favor prestarme el baño? esta pequeña apesta.- Solté una carcajada y asentí entrando al baño para preparar la tina.
-Vamos pequeña apestosa, vamos a darte un baño.- La cargue y no me importó que estuviera sucia o desnuda. Entre al baño seguida de Michelle quien reía y traía la pequeña ropa que habíamos comprado. Saque un sobre para hacer espuma y lo eche en la tina con el agua.

Sin duda, este acto marcaría el comienzo de algo maravilloso y hermoso. Algo que ninguna de las dos esperaba, pero que llegó sin avisar.

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora