Laura

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Los días habían pasado y mi vida se estaba convirtiendo en un infierno. Las cosas con Ricardo estaban raras, él había vuelto ayer pero su actitud no era la mejor, parecía distante y cuando lo había invitado a tomar unos tragos se había negado y decir que no me dolió sería una gran mentira. Marcela estaba actuando igual de raro y ya empezaba a preocuparme. Y por otra parte estaba Alyson, ella seguía en su intento de conquista y la verdad me estaba hartando. Y Alexa, no había vuelto a saber nada de ella, después de nuestra pelea, la tierra se la había tragado, y debía aceptar que la extrañaba. Y finalmente Michelle, los primeros días había coqueteado con ella un par de veces y sentí que empezábamos a avanzar, pero después de unos días todo se fue al carajo de repente. Ella parecía más distante y decidí darle su espacio.

-Señora Ferrer? - Levante la mirada y encontré a la culpable de mi frustración parada frente a mí. Mire los documentos en mis manos y seguí leyendo.
-Umm, su padre quiere verla, la espera en la sala de juntas.- Deje de leer de inmediato y la mire.
-Hace cuánto llegó?
-Hace un momento, le urge hablar con usted - Me levante y camine a la puerta.
-Vanesa...
-Si?
-Estas bien?- Suspire y la mire. Eso mismo me preguntaba yo.
-No lo sé.
-Podemos hablar cuando termines?- Asentí y la vi acercarse a mí y poner una mano en mi brazo. Suspire y me aleje antes de hacer algo estúpido.
Me gustaba esa mujer como nunca jamás nadie me gusto. Me atraía de una manera que daba miedo y ella no daba señales de nada, lo cual me confundía.
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Michelle
-Vas a hablar con ella? Mi mejor amiga pregunto mientras se sentaba a mi lado.
-Sí, quiero saber qué es lo que quiere conmigo. ¿Ella es tan confusa sabes? Un día me trata bien, al día siguiente llega queriendo asesinar a todo el mundo y luego vuelve a mí y hace cosas como las de hace un rato.

-Michelle, no has pensado que tal vez solo quiere jugar contigo? Solo piensa un poco. Hasta hace un mes tenia prometida. Yo no creo que sea el tipo de persona que tú quieras.
-Yo solo quiero a alguien que me haga feliz y me acepte con todo lo que soy y lo que tengo, incluida mi hija obviamente.
-Ese es el punto. Una mujer como ella no quiere ese tipo de compromisos.
-Tal vez tengas razón.
-Habla con ella y luego llama a Laura.- Suspire y recordé a Laura. Dios, ¿en qué lío me metí ahora?

Flashback
Días atrás

Nos levantábamos de la mesa ya que nuestra hora de almuerzo había terminado. Bela se fue a pagar la cuenta y me quede esperándola. La campanilla de la puerta sonó y abrí mis ojos como platos al ver a la persona que entraba. Me di la vuelta y recé para que no me hubiera visto. Que no me vea, que no me vea.

-Disculpa... Sentí que tocaron mi hombro y me di la vuelta -Michelle?
-Laura, que sorpresa -Hable nerviosa y ella sonrió.

-La sorpresa es mía, vaya, te ves... Diferente.

Sus ojos azules me miraron de arriba abajo y no pude evitar sonrojarme.

-Tú también.

Respondí y ella regreso su mirada a mis ojos. Sentí mi corazón latir con rapidez, sus ojos azules me miraban como la primera vez. Con tanto cariño y amor que sentí mis piernas temblar.

Laura Prym había sido mi primer amor. Habíamos salido por un año, pero tuvimos que romper porque ella tenía que viajar a Chicago a comenzar su carrera como doctora, había sido difícil al principio, pero prometimos estar en contacto continuamente, pero al parecer ella no entendió la idea y desapareció para siempre dejando mi corazón hecho pedazos. Luego de eso vino la peor pesadilla para mi.

-Estas hermosa. -La escuche decir y agache la mirada apenada. Sentí su mano en mi barbilla y levanté la mirada. -He vuelto mi amor, he vuelto por ti.

Estaba en shock, la mujer que me había roto en corazón ahora volvía y me decía esto. Me sentí confundida y no podía reaccionar y tampoco lo hice cuando sentí unos cálidos labios tocando los míos con suavidad. Suspire y me deje llevar.

-Sigues usando el mismo labial.

Ella habló cuando nos separamos y escuchamos a alguien aclarándose la garganta.

-Bela?
-Qué haces aquí, pensé que estabas en Chicago.

Mi amiga hablo confundida ya que no era muy fan de ella. Fue Bela quien limpió mis lágrimas y estuvo conmigo cuando ella se fue. Y en su rostro demostraba incomodidad y molestia.

-He pedido el traslado para acá, regrese para arreglar las cosas con mi chica.

Ella me miró y me acomodo un mechón de pelo con cuidado. Sonreí y ella me dio un beso rápido en los labios.

-Bien, debemos regresar al trabajo.

Mi mejor amiga habló y enseguida intercambiamos números con mi... Con Laura.

-Te llamare bebé, lo prometo.

Asentí y me volvió a besar.  Y sí, me llamo ese día, y al siguiente y al siguiente...

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora