Confusión

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Vanesa

No volví a la oficina, no regrese al bar. Simplemente conduje hasta mi Penthouse

-Querida, que haces aquí?

Lancé mi saco en algún lugar de la sala y fui a la cocina.

-Aquí vivo. - Nana rodó los ojos y me alcanzó un vaso de jugo -Me he tomado el resto de día libre. Las cosas en la empresa están... Ya sabes cómo son los negocios y eso- Hable mirando mi vaso y jugando con él.

-O tal vez tu mente esta en otro lado.
-Sigues con eso nana?
-Y seguiré hasta que lo entiendas.
-Entender que nana? - La mire molesta-No hay nada que entender. No soy de esas personas. No nací para amar a nadie.

Mi nana coloco una mano encima de la mía pero la quite.

-No seas tan dura contigo misma.
-Se acabó nana, quiero descansar.

Y sin más, salí de la cocina y me fui a mi cuarto con lágrimas en mis ojos. Odiaba sentirme débil, odiaba llorar, y odiaba que mi nana tuviera la razón. Y por más que me lo negaba, sabía que ella decía la verdad. Pero yo no podía.... Solo... No.

Michelle
-Ya le dije que la señora Ferrer no está- La mujer frente a mi parecía molesta e insistía en entrar a la oficina.
-Llama al teléfono de nuevo.
-Le repito, no está.
-Haber niñita, acaso no sabes quién soy yo?- Negué y ella rodó los ojos.-Soy la prometida de Vanesa, así que más te vale llamarla y avisarle que estoy aquí.

Me quede helada y mire a la mujer frente a mí. ¿Prometida? Si era así estaba en problemas.

-Está bien, enseguida lo haré- Llame a su teléfono privado y contestó una voz ronca, sin duda era ella.

-Diga?
-Señora Ferrer?
-Quien habla?
-Umm, soy Michelle, su secretaria.

- ¿Por que demonios me llama?  Deje claro que no quería recibir llamadas.

Ella habló molesta y mire a su "Prometida" quien me miraba impaciente.

-Lo siento señora, pero su prometida está aquí y...
-Mí que!?.- Ella grito en la otra línea y me aleje el teléfono de la oreja.
-Su prometida...- Hable en voz baja.

-Ok dile a quien sea que este ahí, que no me interesa hablar con ella, y si no se va envía a seguridad a sacarla.

-Está bien - Deje el teléfono a un lado y me centre en la mujer frente a mí -Dice la señora Ferrer que no le interesa hablar con usted, así que por favor le pido que se retire.

-Estas mintiendo verdad?
-No señora, sus palabras fueron claras, yo solo cumplo ordenes.- Esta mujer ya me estaba colmando la paciencia, pero hable lo más tranquila y educada posible.
-Esto no se quedara así, haré que Vanesa te eche a la calle.- Y sin más entro al elevador y se fue.

Escuché el teléfono sonar y lo cogí.

-Industrias Ferrer, en que puedo ayudarle?
-Hola de nuevo - Me sorprendí pero sonreí al escuchar su voz de nuevo.
-Necesita algo señora?
-¿Ya se ha ido mi prometida? - Mi sonrisa se borró al instante.
-Si señora, acaba de irse, pero puedo llamar a recepción si quiere para que no salga del edificio- Mi voz sonó estúpidamente molesta y me sorprendí.

- ¡Ni se le ocurra! Solo quería asegurarme de que esa desconocida saliera de mi empresa - Mi sonrisa volvió y me mordí el labio.
-No se preocupe, ya se ha ido.

-Perfecto. Yo llamaba para decirle que puede irse antes. No volveré a la empresa así que esta libre.
-Yo...Umm está segura? Es mi primer día y no quiero que...
-Estoy segura, no se preocupe.

Pasaron unos segundos antes de que ella hablara de nuevo.

-Yo... Quería preguntarle si tiene planes más tarde.

Abrí mi boca, pero no salió nada de ella. Estaba en shock. Tal vez ella se estaba burlando de mi o yo había escuchado mal.

-Umm, lo siento, eso fue estúpido de mi parte, sé que tiene un hijo esperando en casa y probablemente tenga que volver temprano... Eh, bien adiós.

La llamada término y me golpee la frente con una mano.

-Que idiota eres Michelle...

Narrador X
-Que idiota eres Vanesa.- Vanesa hablo mientras tiraba su celular a algún lado de la habitación y enterraba su cara en la almohada. ¿Por qué le había preguntado eso? Ni ella misma entendía, pero lo había hecho. Sera que existía la posibilidad de que a Vanesa le llamara la atención Michelle? ¿O simplemente fue una locura de un momento? En conclusión, la cabeza de Vanesa estaba hecha un lío.

Quédate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora