7. Normalidad anormal

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7.

Normalidad anormal

Al terminar todo sucede tan rápido o quizás yo tarde mucho en reaccionar, cuando me di cuenta Omar estaba en el marco de puerta exigiendo aún la prueba robada y claro está, mi silencio. Busco entre mi ropa esparcida por todo el suelo mi celular, le mando las fotos al que sospecho es su número y las borro de inmediato.

Los desperfectos que hicimos son grandes, trato de arreglarlo un poco, pero es inútil, por fortuna no estaba su laptop en el escritorio o seguro se habría arruinado. En cambio, encuentro una taza con la leyenda "El mejor papá del mundo" hecha añicos, solo entonces caigo en cuenta de lo que hice, si mi padre se entera de esto, seguro lo destruiría. A pesar de ello quería a Omar, estaba dispuesto a pertenecerle en cuerpo y alma, en cambio él solo se va como si nada de lo que paso esta noche le afectará. Solo, asustado, con frío y desnudo lloro en el suelo.

El día en la escuela transcurre con normalidad, nadie me ve o me dirige la palabra, tal pareciera que ven a través de mí. Como lo he dicho todo normal. Las clases son aburridas y apenas si les presto poca o ninguna atención. Así llega la hora del almuerzo, en esta ocasión sin ánimos de esconderme me quedo en el área de mesas, solo. Un escalofrió recorre mi columna, él se acerca estoy seguro, levanto la mirada y ahí está. Viene directo hacia mí, con una sonrisa ladeada, gafas oscuras y la chaqueta de piel que tanto me gusta (la misma que utilizó esa noche), su paso es decidido pero moderado. Al estar de pie frente a mí no dice nada, solo sonríe. Con su mano derecha me sostiene por la nuca para atraerme a su rostro (mi resistencia es nula ante su tesón) y me planta un beso como sacado de alguna película. Mi sorpresa es grande y trato de escapar, es inútil puesto que sus fuertes brazos me tienen rodeado, no cesa de besarme con pasión y ternura, soy débil y me rindo a él devolviéndole el beso. Al terminar todos en la escuela se nos quedan viendo en silencio, anonadados por lo que acaba de suceder, Omar es el primero en reaccionar.

-Diego, mi dulce Diego, ¿serías capaz de perdonarme por todo lo que te hice? Te prometo que de ahora en adelante mi misión en la vida será hacerte feliz. Diego ¿Acaso es posible que quieras ser mi novio? – En su última pregunta se arrodilla a mis pies observándome desde abajo esperando una respuesta de mi parte.

-S.. sí, te amo. – Alcanzo a articular, tartamudeando un poco debido al shock.

Sin dilatarse se incorpora y me levanta en brazos para besarnos nuevamente.

- ¡Diego ahora es "mi novio"! –Gritó a todo pulmón para que todos se enteraran. - ¡Quién se atreva a meterse con él se las tendrá que ver conmigo primero!

El profesor Sayas, mi padre, se acerca a nosotros con el rostro enrojecido y actitud amenazante, jamás lo había visto así de enfurecido. - ¡No te atrevas a acercarte a mi hijo, engendro! ¡Largo de aquí y déjanos a todos en paz!

El rencor que emanaba era tan grande que me golpeó el alma misma, siento como si cayera en un abismo...

Despierto, ha sido solo un sueño, aún sigo en la oficina. Busco mis cosas para salir de ahí lo más rápido que puedo, pero no encuentro mi bóxer, busco por todo el lugar dejandolo más revuelto de lo que estaba. Definitivamente no está, así que me visto con lo que tengo y me voy cerrando todo a mi paso.

Llego a casa con el justo tiempo para fingir que estuve estudiando toda la noche, mis ojeras y ojos rojos me ayudan con la treta. Papá hoy se le ve feliz, cuando le pregunto el porque me deja sin aliento con su respuesta.

-Bueno hijo, es un gran día porque hoy será el examen, muy difícil, por cierto, con suerte y ese chico insufrible lo reprueba, mira que el muy cínico quería que le diera un trabajo extra, ¡Cómo si se lo mereciera!

The Teacher's Son [Gay + Adultos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora