The Teacher's Son [Gay + Adultos]

46. "Absolutamente nadie debe enterarse"

"Absolutamente nadie debe enterarse"

Una vez que se ha ido Omar vuelvo a meterme debajo de las sabanas de mi cama, acurrucándome abrazado a la almohada, la cual conserva su aroma. A pesar de la desvelada no quiero conciliar el sueño pues temo que, de hacerlo, al despertar descubra que todo ha sido una de mis locas y vívidas fantasías.

"¡Me ha dicho que me quiere!" me repito sin cesar. ¡Ja! ¡Parezco una colegiala enamorada! Momento, ¡Soy un colegial enamorado!

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Suena mi despertador y me levanto sin muchas ganas. Abro mis ojos de golpe al recordar la noche anterior. Con desesperación doy vueltas alrededor en busca de alguna pista que me pruebe que no fue una ilusión. Me agacho debajo de la cama buscando el condón que tiro a un lado de la cama, pero no lo encuentro. Lamentablemente todo parece indicar que solo fue uno de mis sueños vívidos.

Resignado tomo una ducha fría para despejar mi mente, me visto con unos pantalones caqui, camisa blanca y una sudadera gris, en lugar de zapatos uso unos tenis. La imagen que me sonríe en el espejo es una mezcla rara entre el Nerdy de antes y el Diego en que me he convertido. Poco me interesa si combina o no mi ropa, me siento cómodo tal como estoy y eso es lo que importa.

Tras un desayuno rápido me encamino a la escuela, al llegar aseguro mi bici con cadena y voy a buscar a mis amigos. De entrada, algo me da un mal presentimiento pues no encuentro la moto de Omar en el estacionamiento ni tampoco veo la camioneta de Lucas. Algo decepcionado tomo camino rumbo a mi primera clase. En el trayecto soy el destinatario de varios "Hola Diego", "Buenos días guapo", "¿Para cuándo la próxima fiesta?" que se escuchan a mi alrededor la mayoría provenientes de chicas cuyos nombres desconozco. Regreso los saludos con tímidos "Hola" pues no estoy nada acostumbrado a que me hable tanta gente.

Incluso en el salón de clase el tema principal de conversación gira entorno a la fiesta, claro que yo trato lo más que puedo de prestar atención al profesor, aunque mis oídos no quieren cooperar pues están atentos a las chácharas de los demás.

Al salir me cruzo con Carlos casi de frente. –Hola, ¿Qué tal? –Lo saludo normal pues no le guardo ningún rencor.

-Hola, hablamos luego ok, voy retrasado. –Su saludo lo siento frío, tal vez él se siente avergonzado por lo del sábado, así que lo dejo pasar.

Quien también me ha dado la vuelta olímpicamente ha sido Rubén, pues al verme desde el otro lado del pasillo se ha dado media vuelta caminando en dirección contraria. Ahora si con el ánimo decaído entro a clase de literatura.

- ¡Diego! Mi hermano del alma ¿Dónde te has metido que no te has dejado ver? –Por lo menos Luis todavía me habla, me río de mí mismo.

- ¿De qué hablas estoy aquí que no me ves?

-Hazte el gracioso, sabes bien de que hablo, ayer te echamos de menos.

-Sí claro, seguro ni te diste cuenta de mi ausencia.

- ¡Ja ja ja! Pues si la verdad mi atención estaba en otro lado, pero sí me di cuenta que no llegaste. Te perdiste el show my friend.

- ¿Qué Show? ¿Tú y mi amiga dándose besitos por fin?

- ¡Sí!, bueno también. Verás resulta que Rubén nos contó que el sábado tuvo suerte con una chica.

- ¡Oh! –No sé qué más decir.

Como si no fuera poco Tony entra en ese momento al salón seguido del profesor, por lo que la plática se pospone para otro momento. Tony al sentarse detrás de mí no nos dirige la palabra, seguro aún está procesando lo del beso, Rubén y todo lo demás.