73. "Días oscuros"

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"Días oscuros"


POV Diego


Omar lo hace ver todo tan fácil.

Según él, para mandar al olvido estos meses de tortuosa oscuridad basta con pretender que no fue más que un mal sueño, una pesadilla diluyéndose hasta desaparecer con solo abrir los ojos.

Ojalá fuera tan simple. Lo peor del caso es que no sé cómo explicarle que para mí, estos meses fueron años de intensa tortura. Aún ahora, rodeado por las personas que quiero, el dolor y la vergüenza que me obligaron a sentir por quien soy siguen estando presentes, incluso más que entonces.

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Omar siempre lo ha visto a mi padre como "el enemigo", incluso antes de interponerse en nuestra relación; en mi caso, y aún después de esa fatídica noche que me corrió de casa, lo veo como el hombre que me ha alimentado, educado, cuidado cuando estaba enfermo y muchas cosas más. Por ello, ese día, en el aeropuerto, yo quería creer que existía una posibilidad de recuperar al padre que recordaba.

-Solo dale una oportunidad, quizá te sorprenda. –Me dije a mi mismo. ¡Y vaya que me sorprendió!

De camino a casa no paraba de decirme lo mucho que me quería y cuanto extrañaba al Diego de antes. Con palabras y voz dulce se justificó al decir. –Lo hago por tu bien, quizá no lo entiendas ahora, pero en un futuro me darás las gracias.

Escuché el mensaje sin entender cuál era el significado oculto, como antaño, veía las calles oscuras tenuemente iluminadas por farolas ámbar pensando en la blanca sonrisa del chico de la motera de cuero. Regresé a la realidad solo cuando mi padre apagó el motor una vez que se hubo estacionado.

Nada más entrar a la que había sido mi casa supe que había cometido un grave error. Esa ya no era mi casa, ni de nadie más; a menos que seas una araña, duendecillo de polvo o un fantasma. La desnudez y vacuidad reinante en el interior era tan abrumadora que me congelo el corazón. - ¿De qué se trata todo esto? ¿dónde están nuestras cosas? –pregunte a papá.

-No te preocupes por eso, encontramos terminas es los muebles y tuve que deshacerme de ellos, Elena me recomendó aprovechar la situación para rediseñar la casa.

Su explicación no me dejó tranquilo, aunque tenía cierta lógica. Simplemente unos cuantos años atrás, papá había mandado a quitar todo el piso de duela por una invasión de termitas, solo que en aquella ocasión no nos habíamos deshecho de los muebles, quizá alguna colonia sobrevivió en uno de ellos y por eso en esta ocasión actuó de esta forma.

-Mientras fumigan y todo eso, ¿dónde vamos a vivir?

-Eso es lo genial del asunto, mientras todo eso sucede, tú y yo viviremos en un hotel, será como unas mini vacaciones. ¿Has traído ya todas tus cosas en las maletas?

-No, me he dejado mis libros y algunas pertenencias en casa de, los Gallardo. –Estuve a punto de decir Omar, solo que algo me advirtió sobre evitar su nombre lo más posible. –Podría pedirles que en la semana me las traigan o lleven a la escuela.

-No creo que sea conveniente, te he cambiado de escuela, necesitamos empezar de nuevo, me pareció que sería lo mejor.

-Ya veo, entonces mañana puedo ir por ellas, hay una comida con la señora Elisa a la que estoy invitado.

The Teacher's Son [Gay + Adultos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora