The Teacher's Son [Gay + Adultos]

84. "Padre"

84.

"Padre"

POV Diego

–Cuéntame corazón, ¿qué sucedió? –me pregunta mientras rodea mi cintura con su brazo.

–Creo que he cometido un muy grave error. –Sollozo al esconder mi rostro en su tórax.

Al contrario de lo que había imaginado, no me atosiga con preguntas ni da un sermón sobre nada, se limita a abrazarme en silencio, acariciando mi espalda por un largo rato. Solo cuando me siento lo suficientemente calmado le relato la verdadera razón de la insistencia del abogado por reunirnos.

-Vaya. –Por increíble que parezca, incluso él se ha quedado sin palabras.

-Sí.

-No te preocupes corazón, ya encontraremos una solución. –Me dice dándome un beso en la frente.

- ¿Nos?

-Sí, no pienso dejarte solo, y estoy seguro que los chicos tampoco.

-No me gustaría involucrarlos, es algo que.

-Ni pienses en decir que "debes hacerlo solo", porque no estás solo. La próxima vez que se vayan a ver, yo estaré ahí contigo.

-No tienes por qué.

- ¡Oh sí!, ¡Tengo qué!

- ¿No irás a golpearlo o sí?

-Oh vamos, aunque sea déjame darle un susto. –Continua con su broma. -Bueno, no lo haré a menos que tú me des permiso.

La sonrisa ladeada y mirada traviesa que ostenta su rostro me dicen que solo está bromeando. Quizá, años atrás hablaría enserio sobre el amedrentar a alguien, pero hoy, solo es un comentario para hacerme sentir mejor. Aunque de darse el caso, le creo muy capaz de eso y más.

-Será mejor que intentemos dormir. –Evado su propuesta al estirarme para alcanzar el interruptor de la luz. Ambos nos acomodamos cada quien, en su lado de la cama matrimonial, viendo hacia el techo.

-Descansa lic.

-Hasta mañana arqui.

El temor a una noche agitada, por los terrores nocturnos, queda olvidada en cuanto siento su mano entrelazar la mía por debajo de las sábanas.

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POV Omar

Los primeros minutos cada uno duerme en su propia orilla de la cama, en lo personal preferiría que nos acurrucáramos en cucharita, lo malo es que en esa posición resultaría muy difícil esconder la erección que tengo en estos momentos. Aunque tampoco puedo quejarme, el que me tenga la confianza para compartir su cama, para mi es suficiente, de momento.

Un movimiento repentino a mi lado, acompañado por unos sordos quejidos logran despertarme a media noche.

-No... perdón... vete... déjalo...

Palabras entrecortadas y apenas coherentes salen de su boca. Su cuerpo se agita vigorosamente, como si en sueños estuviera peleando contra algo. Sin saber bien como ayudarlo, me acerco más a él para tratar de despertarlo.

-Diego, tranquilo, solo es sueño. Te prometo que nada malo te va a pasar, shh, shh. Tranquilo corazón, aquí estoy.

Mientras le hablo, lo sostengo con la fuerza suficiente para inmovilizar sus sacudidas, acariciándolo y dándole besos en su hombro y rostro. Una vez que se ha relajado, me percato de lo frío de su cuerpo. Tomo la cobija que Iván había traído para mí y se la echo encima, aun así, no deja de temblar, desconozco si es por la baja temperatura o por la pesadilla que tuvo.