The Teacher's Son [Gay + Adultos]

39. "Yo no soy gay"

39.

"Yo no soy gay"

El resto de la semana pasa volando. El viernes quedamos en ir todos a la bodega donde será la fiesta, para ultimar detalles. Entre Rubén y Lucas han montado un escenario para la banda, así como las luces el equipo de sonido y video. Sillas, mesas, decoración casi todo listo para ese día, muchos alumnos ya han comprado boletos, por lo que tenemos efectivo para ir a comprar lo poco que faltaba.

Mónica se empeña en ir conmigo de compras pues con todo el ajetreo ya casi no hemos convivido mucho, en verdad me hubiese agradado la idea de no ser porque Omar viene con nosotros. No es que no quiera pasar tiempo con alguno de los dos, es solo que, como bien me dijo Tony, a pesar de que ahora somos todos amigos Moni sigue sin confiar del todo en el Chico Malo.

Decidimos ir al centro debido a que los comercios ahí manejan mejores precios y productos más frescos que los que podríamos encontrar en grandes almacenes comerciales. Teniendo esto en cuenta está vez Omar lleva la camioneta de su papá, o por lo menos eso es lo que les dice a los demás, porque a mí me da otra explicación: Resulta que a su mamá no le gusta la idea de que vuelva a usar la moto tan rápido, por lo que convenció a su padre de que le dejara su camioneta, aunque solo sea por una semana.

Dejamos el auto en un estacionamiento de la periferia y nos adentramos caminando por las calles adoquinadas, llenas de tiendas de diferentes giros. Algo bueno del centro es que los negocios se han ido más o menos reuniendo en los mismos sitios, así pues, tenemos una manzana con tiendas de artesanías, un barrio de alfareros y herreros, un sector de varias calles con ropa y telas, una calle de músicos, tecnología, una plaza con bares y restaurantes, y por su puesto en uno de sus extremos la zona del mercado. Dentro de esta última es donde nos dedicamos a buscar las tiendas que nos interesan de momento.

-Hacen falta vasos, platos, servilletas, manteles, jarras y por su puesto las frituras. Los desechables los compramos en cualquier lado así que solo hay que buscar quien tiene las mejores frituras.

-Tranquila Moni. –Omar, siendo desenfadado como es quiere llevársela tranquila. -No tienes por qué acelerarte tanto, aprovechemos que estamos aquí y demos un pequeño paseo por las calles.

-No creo que debamos perder tiempo, tu fiesta es mañana ¿y todavía quieres perder tiempo?, no lo creo. ¿Tú que dices Diego, deberíamos apurarnos o gandulear por ahí?

-Ya que me lo preguntan, pues el clima esta rico y un helado o un café no nos caería mal

Ante mi respuesta Omar se yergue orgulloso con una sonrisa de lado, mientras que Moni se le queda viendo con mala cara. –Ok, pero solo cuando terminemos lo que venimos a hacer, si queda tiempo.

-Por mi está bien. –Responde Omar encogiendo los hombros, para guiñarme un ojo cuando ella no se da cuenta.

Sin mediar más palabra mi amiga se agarra de mi brazo y empieza a caminar rumbo al mercado dejándolo unos pasos detrás de nosotros. No entiendo su comportamiento tan raro, hubo un tiempo en que le gustaba mi bully, me lo confesó tiempo atrás, aunque debido a su conducta conmigo nunca lo había demostrado frente a mí. Incluso las pocas fotos que tengo de él se las había robado a ella cuando las descubrí en su cuarto un día.

Recorremos varias tiendas buscando las botanas perfectas sin decidirnos por ninguna, o más bien, a Moni no termina de convencerle ninguna; que, si estaban muy grasosas, se veían muy quemadas, o los paquetes muy pequeños o demasiado grandes, eso sin mencionar que ciertas figuras le gustaban menos que otras. Con cada tienda nueva que visitábamos puedo ver como la paciencia de Omar va decreciendo cada vez más. Se siente el ambiente pesado, incluso con el tibio sol de la tarde en la calle.