76.
"Mudando a una nueva vida, parte 1"
Contra todo pronóstico y a pesar de mis esfuerzos por no volver, heme aquí, en mi ciudad natal.
Llegué hace tres días por lo que, entre la mudanza, tratar de organizar la casa a mi gusto y acoplarme al nuevo trabajo no he tenido tiempo de salir a ningún sitio. Menos aún el pensar siquiera en ponerme en contacto con algún viejo conocido. De todos modos, ¿Qué podría decirles cuando los viera? Han pasado tantos años que estoy seguro no podríamos reconocernos, aunque nos topáramos en el subterráneo.
- ¡Cupcake! ¿Empacaste el traje gris claro? –Una voz en grito proveniente del segundo piso consigue sacarme de las casillas rápidamente.
- ¡Te he dicho un millón de veces que no me digas así! –Le respondo con tono irritado. –Claro que lo empaqué porque es mío y lo estoy usando ahora.
- ¿Es enserio terroncito? Yo quería ponerme ese ¿Entonces qué se supone que voy a vestir?
-Tú tienes tu propia ropa, ponte lo que sea.
- ¿Lo que sea? Entonces puedo...
- ¡Ni se te ocurra ir todo pandroso! –Le corto el rollo antes de que termine de decir cualquier tontería que tenga pensada.
-Vale, pero con lo de la mudanza se me ha olvidado mandar a la tintorería mi traje.
- ¿Cómo puedes ser tan descuidado?, ponte el gris Oxford, ese te queda bien. –Termino por prestarle uno de los míos, continuar con la charada solo nos retrasaría más y ya vamos tarde. –A veces me pregunto porque estamos juntos. –Exclamo con impaciencia.
-Pues porque me quieres y yo te quiero a ti, pichoncito. –Responde el muy cínico entre risas mientras escucho como revuelve mi armario.
Presa de un nerviosismo por llegar tarde, doy unas cuantas vueltas alrededor de la sala. Intentando calmarme un poco, tomo una revista de crucigramas de la mesita de centro resignado a responder unas cuantas páginas antes de que ese mequetrefe termine de arreglarse.
De la nada, comienzo a cavilar en las circunstancias que tuvieron lugar para terminar justo donde estoy.
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Flash back
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Después de asegurarme que Teddy estuviera con una buena familia y feliz. Decidí que ya era hora de dar por terminada esa etapa de auto-contemplación. Lo primero que hago es cuidar de mi alimentación, la cual estuvo mucho tiempo basada en comida chatarra, así que opto por platillos más saludables. Lo segundo y creo ha sido lo más difícil, fue inscribirme en un gimnasio. El recuerdo de Omar entrenándome me hacía sentir mal, no lo suficiente como para tener un ataque de pánico, pero si, triste.
–¡Suficiente! –Me dije en voz alta al llegar a la puerta del establecimiento. –Si vas a ponerte a llorar ante cada cosa que te lo recuerde vas a parecer una momia panzona. –Por fortuna no había nadie cerca que pudiera escucharme o habrían pensado (con toda razón) que estoy loco.
Unas semanas después me sentía lo suficientemente fuerte emocionalmente, para dar otro paso más.
Conseguí o, mejor dicho, Hiram me consiguió un empleo de medio tiempo en el supermercado donde él trabaja como supervisor. Comienzo acomodando mercancía en sus respectivos anaqueles, así mismo, debo asegurarme que los productos estén debidamente etiquetados. Al principio mamá no estaba de acuerdo en que trabajara, fue Sergio quien me ayudó a convencerla. –Déjalo cariño, ya nos ha demostrado que está listo para tener una responsabilidad mayor, además, le sentará bien el recibir una remuneración por su esfuerzo.
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The Teacher's Son [Gay + Adultos]
Teen Fiction"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico tímido e inteligente, el favorito de los profesores y que nunca hace nada divertido; algunos como Omar lo califican de nerd. Omar es un tip...