64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"

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64.

"El Jabalí Salvaje, acorralado"

POV Alan


Por lo regular el hediondo olor a barro y sudor predominantes en el campamento de contendientes es parcialmente contrarrestado con las sales aromáticas y velas que tengo diseminadas por toda mi tienda. Sin embargo, la presencia de los bárbaros y brutos de los participantes de los highlands games multiplica exponencialmente la peste, cocinar cerdos solo con el fuego de la hoguera, sobre el mismo barro en que sus caballos defecan, ja, ¡Por eso había tantas enfermedades, idiotas!

Cómo es que logran respirar entre tanta podredumbre, es un misterio que no tengo intención de averiguar, mi concentración está enfocada primordialmente en controlar las arcadas cada vez más frecuentes.

De ser posible, demandaría a todos los bardos y juglares antiguos que nos han engañado con sus dulces palabras utilizadas para describir los campos de guerra con heroicas batallas, valientes y estoicos guerreros ofreciendo sus vidas en pos de gloriosas victorias. ¡Puaj! ¡Absurdas mentiras! Campos cubiertos de sangre y viseras de campesinos ignorantes que fueron arrastrados a la guerra por sus líderes, sin tener noción alguna de los motivos que los llevaron a enfrentarse en ella. Enfermedad, hambre, muerte es todo lo que el pueblo en realidad gana; mientras, en lujosos salones rodeados de opulencia, los reyes firman a cuerdos que solo beneficiaban a sus intereses particulares, sin importarles las vidas de sus vasallos. Fútil esfuerzo. Las verdaderas batallas se gana con astucia, maquinando planes inteligentes, formando alianzas insospechadas, con mucha paciencia y en la mayoría de los casos, entre las sombras.

Jamás, en mis cinco sentidos hubiese pisado un sitio tan repugnante y vil como este. Mi padre y su absurda tradición familiar me ha obligado a tomar la espada para continuar con "el legado familiar". Según las crónicas, descendemos de una antigua casta de caballeros que defendieron la corona desde tiempos inmemorables. De ser cierto, ¿Por qué la familia tuvo que emigrar a tierras lejanas? Según el abuelo Richard, el motivo fue para acompañar y proteger a un miembro de la casa real en sus viajes, una noble misión. ¿Quién se supone que se trataba este supuesto noble?, ¿Por qué no regresamos?, ¿Habrá fallado nuestro ancestro?, ¿No habrá sido la familia expulsada del reino realmente? O simplemente todo es una maldita farsa. Hasta el momento nadie ha podido o querido responder mis dudas.

Sea cual fuese la verdad, lo que, si me han dado es la imposición de continuar con la charada a cualquier lugar. En cuanto me enfrente a mi padre para hacerle saber que dejaría a un lado la tontería de las justas para ir en pos de mi verdadera pasión, el arte, se levantó de su escritorio para propinarme una serie de bofetadas que me dejarían hinchado de la cara por casi una semana. La siguiente vez que lo vi puso delante de mí un contrato: A menos que me comprometiera a seguir la tradición familiar y ganar como mínimo cinco torneos anuales consecutivos; me vetaría de todas las escuelas de arte, retiraría el fideicomiso a mi nombre, tampoco podría acceder a ningún departamento, auto, o yate, mucho menos mi nombre figuraría entre los herederos de la fortuna familiar. Firme el acuerdo no tanto por los bienes materiales, sino porque mi madre me pidió que lo hiciera, para poder quedarme en casa con ella y mi hermano Charly. En ese momento no lo sabía, pero ese sería el último año que ella estuvo con nosotros antes de morir a causa de una avanzada enfermedad en los huesos.

Los cánticos, o, mejor dicho, los berridos provenientes del campamento me recuerdan dónde estoy. Harto de todo, decido salir a dar una vuelta por la feria, no es que me agrade deambular por lugares así, pero ya no resisto estar encerrado con lúgubres pensamientos por más tiempo. Tal vez me pase por la zona de bares por un trago, con suerte y encuentre algún culito o boca dónde liberar el estrés acumulado. Bastan un par de cruce de miradas, una sonrisa coqueta y un coctel de nombre exótico para que una boba, pero hermosa chica de voluptuosos senos acepte "hacerme el favor". La excusa de invitar a conocer mi tienda siempre ha funcionado con todos los culos, mas de pensar en el caos que es hoy esa zona, declino a favor de llevarla al parking. El Maserati rojo con vidrios polarizados terminará por convencerla, mientras satisfaga el morbo que me produce hacerlo en un lugar público, da igual si es cómodo o no para ella.

The Teacher's Son [Gay + Adultos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora