Capítulo 22-•- No somos amigos

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         —¿Y si mejor nos sentamos? —preguntó Michael al encontrarse con nosotros después de salir de hacer fila, cada uno traía un vaso de refresco en cada mano con una rebanada de pizza arriba del vaso.

           —Si nos ayudan tampoco nos enojamos, sólo digo. —Con la indirecta de Michael Dante y yo tomamos nuestra comida, buscamos una mesa desocupada y que estuviera a la sombra, la encontramos después de dar un millón de vueltas.

          —Te apuesto a que no puedes subir a la montaña rusa y no vomitar después de comerte eso. —Lo pensé un poco.

          —Acepto, bueno, primero dime que ganó o pierdo.

         —Apostemos pero ya lo vemos después. —Mientras comíamos saque mi celular y le mande un mensaje a Michael con la apuesta.

           Terminando de comer fuimos directo a tirar la basura para hacer fila en el juego mecánico, Michael revisó su celular y al ver mi mensaje me sonrió y guiñó el ojo.

          —Espero que cuando estés arriba o antes de partir no te quieras bajar y hagas que los tipos te dejen bajar como la última vez ¿lo recuerdas?

         —No, no me acuerdo, mira se mueve, camina. —Empuje a Michael para que caminara.

          Lo que decía era cierto; una vez antes de que arrancara el juego yo me puse histérica para que me bajaran... Y así paso, la verdad es que no sé por qué me dio miedo en ese momento si iba con toda la actitud.

           Como era de esperarse Michael se sentó con Alex y yo con Dante, un chico nos abrochó los cinturones, me sonrió antes de irse y le regresé la sonrisa.

           El juego se movió... Me ponía nerviosa estar unos segundos en la cima y después caer... Me da miedo caer de verdad ¿y si salgo volando y muero? Esto se movía con lentitud y me sentí mejor al saber que Alex estaba peor que yo.

           —Algo me hace pensar que Alex no lo está disfrutando mucho.

          —Pienso lo mismo ¿tú no tienes miedo?

           —En absoluto, pero por lo que veo tú sí y Alex también. —Ya casi llegábamos a la cima.

           —Si bueno, qué te puedo decir, sólo espero no vomitaaaaaaaa... —Bajamos a toda velocidad, y como era de esperarse termine gritando, como si me estuvieran matando.

           Las personas gritaban tanto o más que yo, es mas, los gritos de Alex sobresalían más que los míos.

          Al bajarnos estábamos muy mariados sin tomar en cuenta a Dante.

           —Ay Dios, voy a... —No terminó de decir cuando ya tenía la cabeza adentro de un bote de basura, emitimos un sonido de desagrado pero ya no importaba ¡gané!

         —Necesito entender el porqué de subirnos después de comer cada vez que venimos, necesito beber algo.

          —Yo tengo que ir al baño... Ahora.

          Los dos se fueron al baño, Dante y yo nos quedamos de nuevo, caminamos para encontrar los algodones de azúcar evitando el sol lo más posible.

           Pedí un algodón de color azul y Dante uno de color morado. Abrí el cierre de la mochila para buscar dinero y poder pagar.

          —Yo pago. —Le dio el dinero a la señora del puesto.

          No sabía que Dante traía dinero, nos retiramos de ahí.

          —No sabía que traías dinero.

EL BOSQUE •(Terminada)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora