ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 17

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¡OH, ME ESTABA BESANDO!

Mi corazón se aceleró rápidamente, podía sentir como cada latido de mi corazón golpeaba más fuerte que el anterior contra mis costillas, el hormigueo ya no era solo excitante, sino que asustaba todo en mí. Cerré mis ojos con fuerza, perdiendo lentamente el aire que me quedaba en los pulmones.

Mierda. Mierda. Por favor, ahora no.

Con mis manos en puños me sostuve de la camisa de Christopher. Respira. Moví mis temblorosos labios con los suyos, luchando por ralentizar mis latidos. Respira. Solo es un beso. Respira. Christopher tomó mi pánico momentáneo como una invitación a más y pasó un brazo por mi cintura, acercándome a él sin importarle que lo que necesitaba era espacio. Lo único que quería era respirar con normalidad. Deslizó la yema de los dedos por mi brazo, dejando una estela caliente todo el camino hasta llegar a mi cuello. Lo sostuvo, presionando de más para intensificar el beso.

No había dejado que nadie me tocara así en mucho tiempo. En ese punto ya no sabía si iba a tener un ataque de pánico o si simplemente él me hacía sentir demasiado. Para comprobar, me pegué más a él para que cargara con mi peso, permitiéndome disfrutar de su cercanía. Su brazo encerrándome en un abrazo casi doloroso, sus labios apresurados y el sabor a whiskey me enviaron al abismó de la inconsciencia.

Me olvidé del pánico momentáneo.

Me olvidé de dónde estábamos.

Me olvidé de quiénes éramos.

Una voz en mi cabeza me decía que todo eso era un error, él tenía a alguien especial.

Pero sí era pánico... y deseo.

Puse una mano en su pecho, empujándolo, exigiendo un poco de espacio. Ambos estábamos jadeando, nuestros alientos mezclándose y nuestras miradas nubladas por lo que acababa de pasar. Nos miramos fijamente, el deseo era innegable, pero no estaba segura de querer que me empujaran al borde de mis límites.

Aún había motas de enojo en su mirada. El corazón me dio un vuelco por el poder que tenía de descontrolar a un hombre como Christopher. Me dio otro vuelco porque él tiene el mismo poder sobre mí.

Christopher sin apartar la vista de mí, mordisqueó suavemente mi labio inferior.

—He querido probar tu jodida boca desde que te vi por primera vez —gruñó molesto—. Realmente me gustas, Valentina.

Sus palabras murmuradas en mi boca destilaban sinceridad, consumiendo mi capacidad de pensar y verbalizar nada. No es como si tuviera algo que decir. Hace un momento él estaba con otra chica y ahora estaba diciéndome que le gustaba. No, dijo que realmente le gustaba. Para mí suponía una diferencia, probablemente se debía a que quería encontrar algún punto de quiebre entre nosotros. Una esperanzadora ansiedad se instaló en mi pecho. Pero no sabía si Christopher era confiable.

Alejé la mirada de la suya sintiéndome abrumada por la situación. Me estremecí de placer y miedo.

—Se supone que me conseguirías algo de ropa —dije con voz ronca.

Se quedó estático, aun sosteniéndome por la cintura. Esperando. Me mantuve evitando su mirada, un mensaje explicito que no había nada que decir.

Lo escuché tomar aire para decir algo más. Bajé la mirada al suelo, negando con la cabeza. Pidiéndole que se detuviera. Lo hizo. No sin antes deslizar sus manos por mi cara, besándome con ternura en la frente.

Vi a Christopher perderse por unos minutos detrás de una puerta y resurgir de nuevo. La máscara de tipo serio había vuelto a tomar el lugar en su rostro. Si era posible, parecía más indestructible que la anterior.

ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora