ESTABA CONCENTRANDO todas mis fuerzas para no romperme en millones de pedazos, así que no le recriminé a Rosé por llevarme a su piso, pero quería estar sola. Corrí directo a la habitación de invitados. Me dejé caer al suelo, atraje mis piernas y las rodeé con mis brazos, pegué mi frente en las rodillas. Podía sentir el agujero en mi pecho haciéndose cada vez más y más grande, succionándome. Luché para contener mis sentimientos adentro. Todo mi interior estaba ardiendo de dolor, consumiéndome lentamente. Era insoportable.
Pero me contuve. No iba a desmoronarme.
Después de un tiempo las personas aprendían la sutil diferencia entre amar y encadenarse a una persona. Por eso tenía que comportarme como una chica grande, aceptar que no siempre iba a tener lo que quería y no siempre mis sentimientos serían correspondidos con la misma intensidad. Christopher había sido herido antes, pero a diferencia de mí, aprendió a amar mejor y a entregarse sin juegos. Entendía porqué no me perdonaba.
Quería que fuera feliz, de verdad lo hacía. Por eso decidí hacerlo fácil para él. No significaba que quisiera ver como seguía adelante sin mí, porque estaba segura que solo era cuestión de tiempo para que no tropezara con mi recuerdo, ni recordara el sabor de mis besos, ni el olor de mi cuerpo. Era cuestión de tiempo para que su dolor se apagara y estuviera listo para conocer a alguien más.
Odiaba pensar eso, pero sucedería.
Mientras yo, yo estaba segura que lo amaría por siempre.
Lo amaba. Lo amaba y ni una vez se lo dije.
—Dale tiempo —aconsejó con cuidado Rosé.
Ella estaba de pie en la puerta, preguntándome con la mirada si era bienvenida. No quería hablar con nadie, pero esa era una conversación que debíamos tener y mantenerme ocupada funcionaría para mí.
Respiré profundo.
—No. Él no me perdonará y lo entiendo. Resulta que la chica con quien me engañó Ethan fue la novia y prometida de Christopher. —Me acomodé para poder verla a la cara, por una vez ella no pudo sostenerme la mirada—. Y yo, me...
—No es necesario que lo digas. Marco no es alguien que sepa guardarse las cosas.
Y ahí iba la culpa de nuevo, esa vez de una manera diferente.
—No puedo perdonarte, Rosé. —se tensó visiblemente—. Me encantaría agarrarte del pelo mientras te insulto a gritos, pero no puedo.
—Tienes todo el derecho a gritarme —se encogió de hombros—. Yo te traicioné. Debí decírtelo, pero no importaba porque tú eres mi mejor amiga y no quería perderte.
Totalmente contradictorio. No decírmelo había provocado esa grieta entre nosotras.
—Estuviste con él mientras estábamos en la escuela.
—Ethan te lo dijo —No era una pregunta, así que no contesté—. Fue una estupidez, Val. Ni siquiera sé cómo sucedió, de un momento a otro estábamos juntos. Yo... no lo sé —su voz se quebró y estaba segura que iba a llorar—. Lo siento mucho, Val. No sé qué más decir.
No podía culparla. Al final del día nadie elegía de quien se enamoraba.
Pero ese no era el problema.
—Yo también lo siento. —De verdad lo hacía—. Arriesgándome a parecer una mártir estereotipada de las que nos burlamos en las películas, siento que te fallé. Eres mi mejor amiga, pero yo también soy tu mejor amiga. Estaba tan enfocada en mis cosas que nunca me di cuenta de lo que sentías verdaderamente por él. —Sabía que debía estar enojada con ella y lo estaba. Nuestra amistad siempre se trató en no necesitar decir las palabras para saber que estaba pasando la otra porque nos conocíamos, que yo no tuviera noción de lo que ella sentía por mi exnovio no decía mucho de mí como mejor amiga—. Y me he estado preguntando si sufrías cuando nos veías juntos.
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ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1
RomanceA veces las heridas son más profundas de lo que imaginamos, vamos por la vida dejando todo atrás... hasta que las secuelas aparecen. Aquí estoy, cerrando el círculo enfermizo en el que seguía atrapada.