RODAMOS hasta que quedé con mi espalda sobre la cama, mis ojos entrelazados con los de él mientras se posicionaba encima de mí. Me contempló unos segundos antes de acercar sus deliciosos labios a mi cuello, mordisqueando, chupando y lamiendo.
Mi pecho subía y bajaba con cada respiración que tomaba. Clavé mi vista en el techo de la habitación, disfrutando. Abandonó mi cuello y reclamó mi boca, atrapando entre sus dientes mi labio inferior, lo mordió suavemente. Murmuró algunas cosas que no logré entender y después me estampó un beso con fuerza, casi agresivo y abrí mi boca para dejarlo entrar. Pasé mis manos por su cuello, acariciándolo. Entonces Ethan se acomodó sobre mí y de alguna forma nuestros cuerpos estuvieron más cerca.
Respiré profundo, ya no me sentía tan cómoda
Últimamente para Ethan todo era una invitación para llevar nuestra relación a otro nivel. Una sonrisa, una mirada, un beso. Todo. Acariciar su cuello no fue diferente. Frotó sus caderas contra las mías, una, otra y otra vez. Más fuerte. Más rápido.
Jadeé por la falta de aire.
Con una de sus rodillas separó mis piernas y se pegó más a mí, provocando que el bulto en su pantalón se rozara con mi pierna. Una de sus manos se posó sobre mi seno y empezó a masajearlo, la otra descendió hasta mi muslo, se coló por debajo de mi falda y sobre mi braga. Toda mi piel se erizó con su tacto.
Amaba sus besos.
Amaba sus caricias.
Amaba la forma en la que me miraba.
Pero no amaba hacia donde se dirigía.
Tensándome, corté el beso y detuve su mano intentando colarse más allá de cualquier cosa que nos separaba. Con un suspiro, Ethan apoyó una mano sobre la cama, se levantó un poco de mí, regalándome un poco de espacio, pero no el suficiente para levantarme y salir de ahí. Me miró fijamente con los ojos encendidos de deseo y frustración.
—Infiernos, Val. No hagas esto otra vez —jadeó.
Mi estómago se tensó con su tono.
Habíamos estado saliendo por más de un año. Ethan había estado insistiéndome en llevar nuestra relación al siguiente nivel. Insistiéndome de una manera sutil. Llevándonos siempre hasta un punto en que tenía que detenerlo y a continuación, haciéndome sentir completamente culpable cuando él se mostraba comprensivo y decía: "podemos esperar hasta que estés lista".
¿Qué era estar lista?
¿Cuándo iba a estar lista?
—¿Val?
Cerré mis ojos rogando para que su mamá o Alexa entraran por esa puerta y nos interrumpieran, pero no sucedió. La puerta siguió cerrada y su mano seguía bajo mi falda sin pudor alguno. Tratando de persuadirme. Abrí mis ojos encontrándome con su hipnótica mirada. Él estaba expectante. De verdad quería que tuviéramos sexo y se estaba hartando de esperar. La mayoría de mis amigas ya lo habían hecho, decían que no era una gran cosa, que si él chico sabía qué hacer no dolería tanto. Pero también iba hacer la primera vez de Ethan, así que él tampoco sabía todo lo que había que hacer.
—Ethan —reclamé suavemente.
—¿Me amas?
Mi sangre se aceleró y el pánico me inundó. Por supuesto que lo amaba, el problema era que mi cuerpo no respondía de la manera que él quería. No sentía todo lo que se suponía debía sentir. No lo deseaba, no a él sino el sexo con él. Aún no. Sentía cosas cuando me besaba y acariciaba, pero no me sentía lista para dar ese paso.
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ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1
RomanceA veces las heridas son más profundas de lo que imaginamos, vamos por la vida dejando todo atrás... hasta que las secuelas aparecen. Aquí estoy, cerrando el círculo enfermizo en el que seguía atrapada.