DESPUÉS DEL ENCUENTRO CON Ethan en el hospital y de decirle que estaba saliendo con Christopher, su primo, no volví a saber nada de él. Era como si nunca hubiera vuelto al país, lo que estaba bien porque las semanas que le siguieron fueron un torbellino de emociones. No había sufrido otro ataque de pánico, pero no tuve la misma suerte con el insomnio y mis dolores de cabeza que se turnaban las horas de mi día. Ya hasta estaba naturalizando el no dormir y trabajar con una leve molestia. Mi cuerpo lo estaba resintiendo y había bajado de peso. No tan notorio como la última vez, pero los números de la báscula no mentían. Por otro lado, todo el asunto con Alexa supuestamente fue un hecho aislado, pero Christopher aún seguía preocupado por ella, yo seguía preocupada por ella. ¿Cómo una sobredosis podía ser un hecho aislado? Sonaba más a que estaban ignorando el problema esperando que desapareciera por arte de magia.
De alguna manera nos las arreglamos para invadir la vida del otro. Christopher empezó a ir regularmente con sus amigos al restaurante. Edward en una ocasión insinuó medio borracho que mi novio solo los arrastraba hasta ahí para marcar territorio con mis compañeros y asegurarse de que Ethan no me rondara, cosa que me parecía descabellada y a la vez descartaba la posibilidad de que se hubiera ido del país.
Yo, por el contrario, me encontré sorprendida de que, pese a todo, podía confiar en Christopher; incluso una vez cuando él y sus amigos estaban tomando algo en el bar y unas chicas se pusieron a coquetear abiertamente con ellos. Edward estaba más que contento con la atención femenina que recibía, pero para mí desgracia no toda era para él. Julian, desprendía desinterés, así que las chicas rápidamente desistieron y se mantuvieron prudentemente alejadas de él y muy, muy cerquita de mí novio, quien les devolvía el coqueteo con sonrisas despampanantes que las hacían babear.
Cuando lo vi con mis propios ojos la semilla de celos e inseguridad comenzó a florecer en mi cabeza, pero se marchitó en el segundo en que Christopher y yo cruzamos miradas al otro lado de la barra. Sus ojos traviesos lo traicionaron con un brillo de interés y algo más que no me atrevía a descifrar. Un brillo que solo aparecía cuando se enfocaba en mí. En vez de ponerme celosa le lancé una mirada de suficiencia y empecé a coquetear con James, quien en seguida se dio cuenta de la situación y me siguió el juego. Se acercaba a mi oído y susurraba chistes estúpidos solo para hacerme reír. Pero hubo un momento en que me encontré siendo posesiva.
Una cosa era coquetear inocentemente con otras personas, otra cosa era dejar que una chica extraña enredara los dedos en su pelo en mi presencia. Acariciarle el pelo era mi cosa favorita, después de besarlo, claro. Como no iba a actuar como una persona ridícula reclamándole a ella cuando el que tenía un compromiso conmigo era él, hice algo que nos sorprendió a los dos, sobre todo a mí. Le pedí que se fuera. Sí, que se fuera.
Estaba saliendo con el dios griego de los chicos guapos, entonces tenía que acostumbrarme a que las chicas se lo comieran con la mirada cada vez que salíamos juntos. Sin embargo, marcaba la línea cuando se atrevía a dejar que lo tocaran. No me gustaba compartir y Christopher lo sabía.
Entonces, esa misma noche logré desmentir que llegaba al restaurante para hacer pis sobre mí por mis compañeros de trabajo, porque ni se perturbó con James, como lo había hecho antes, esa vez estaba seguro que al final de la noche yo iba a irme con él a casa. Los celos de Christopher solo se manifestaban cuando el nombre de Ethan salía a colación en alguna conversación, se ponía en modo alfa. Tenía la sensación de qué había algo más entre ellos, la hostilidad no podía deberse solo a mí, pero no me atrevía a preguntar.
Hay verdades que era mejor no saber.
Christopher me había estado insistiendo en que tenía que hacer ejercicio y que lo acompañara a correr por las mañanas, acepté con la condición de que no fuera más al restaurante. Aunque en el trato salí ganando yo porque verlo todo sudado corriendo frente a mí era una buena forma de pasar mi tiempo. Christopher era caliente como el infierno. Y la atracción sexual entre nosotros iba en aumento, pero yo aún no estaba lista. Mi novio era tan hermoso y considerado que respetaba mi decisión.
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ꜱᴇᴄᴜᴇʟᴀꜱ ᴅᴇ ᴜɴ ᴀᴍᴏʀ || #1
RomanceA veces las heridas son más profundas de lo que imaginamos, vamos por la vida dejando todo atrás... hasta que las secuelas aparecen. Aquí estoy, cerrando el círculo enfermizo en el que seguía atrapada.